La bailarina danza con el caballo |
Los meses estivales son sinónimo de fiestas en pedanías, pueblos, incluso en urbanizaciones. Una celebración poco publicitada por el Ayuntamiento de Alicante y llena de encanto, es la que se lleva a cabo en la Ermita de San Jaime el 24 de julio.
Se halla en la partida de la Cañada del Fenollar. Por la tarde, un espectáculo de caballos danzantes invita al visitante a admirar tanto a los bellos animales, los jinetes y al cuerpo de baile que, al unísono, bailan al compás de la música.
Se halla en la partida de la Cañada del Fenollar. Por la tarde, un espectáculo de caballos danzantes invita al visitante a admirar tanto a los bellos animales, los jinetes y al cuerpo de baile que, al unísono, bailan al compás de la música.
Las gentes rodean el lugar habilitado para las coreografías y hasta el ocaso los aplausos, los taconeos, y las miradas nobles de los equinos endulzan el lugar. Por los altavoces dan las gracias a los asistentes.No, gracias a ellos. Eramos pocos pero los ya veteranos disfrutaron y los nuevos fuimos muy bien recibidos.
En la explanada donde está situada la ermita ya habían habilitado varios puestos donde se ofrecía comida, juguetes y en el escenario, los instrumentos daban pistas de lo que ocurriría tras la procesión.
La campana comenzó a tañir sin pausa y una hilera de personas que portaban velas custodiaron a la Virgen llevada por cuatro mujeres.
Ya era noche cerrada, la brisa apareció para acompañar a los fieles en su ritual. La imagen era impresionante. Una señora preparó un castillo de fuegos artificiales al paso de la Virgen, el cielo se llenó de colores y tras sonar el himno de España, devolvieron a la inmaculada a su hogar.
La campana comenzó a tañir sin pausa y una hilera de personas que portaban velas custodiaron a la Virgen llevada por cuatro mujeres.
Ya era noche cerrada, la brisa apareció para acompañar a los fieles en su ritual. La imagen era impresionante. Una señora preparó un castillo de fuegos artificiales al paso de la Virgen, el cielo se llenó de colores y tras sonar el himno de España, devolvieron a la inmaculada a su hogar.
Los lugareños esperaban con sus viandas el fin de la ceremonia. Una vez concluida, la explanada se llenó de mesas, pequeños y grandes se sentaron para disfrutar de una cena en un rincón de nuestro Alicante lleno de magia y fiesta sosegada.
Les dejamos frente a la orquesta, con una temperatura ideal, dispuestos a disfrutar de la noche ya de Santiago. El año que viene no deberías perdértelo.
Les dejamos frente a la orquesta, con una temperatura ideal, dispuestos a disfrutar de la noche ya de Santiago. El año que viene no deberías perdértelo.
Joana Sánchez
2 comentarios:
yo estuve alli y me gustó.
Todos los elmentos de una película de Berlanga los reune esta fiesta, genial por otro lado.
Publicar un comentario