COMANDANCIA DE MARINA. PROPIEDAD ALACANTÍ DE PROFIT |
Ignoro
si algún día de mi vida podré comprender a mi ciudad.La verdad es si
llegaré a comprender a aquellos que la han gobernado (o desgobernado).Hay
páginas en la historia de mi ciudad escritas con la sinrazón, al pairo y lo peor,
cuando ha sido en beneficio de ciertos intereses.
Menos mal que en ocasiones ha imperado la cordura, hasta la ley, aunque en ocasiones se la ha pasado por el arco de triunfo.
Como alicantino, por ejemplo, nunca comprenderé como se autorizó partir por la mitad la casa Alberola ahí está, mírala, mírala. Hubo edificios protegidos pero de alguna manera "estorbaban", y se demolieron.Así fue el caso de la Comandancia de Marina y todo lo que nos quisieron vender.Sí, el pescado estaba más que vendido.
O aquel antiguo Club de Regatas con su techo artesonado e inaugurado por Alfonso XIII.Ahora hay otro sin valor arquitectónico alguno.Y hay más, se pretendió demoler el auditorio, La Concha, de la Explanada.Se pudo parar la excavadora.Y se dejó de la mano de Dios el edificio de Correos, hoy felizmente y milagrosamente recuperado.
El
cine Ideal de momento está, solo está.Hay otros casos, que
con otras connotaciones muy diferentes fueron desapareciendo del paisaje
urbano alicantino.
El cine Monumental -Salón Moderno, la casa al lado del Mercado
Central (al parecer por estar en estado de ruina inminente) o aquella
casa ubicada en el portal de Elche que se derribó prometiéndonos su
reedificación piedra a piedra (numeradas) y cualquier parecido con la realidad
en la actualidad es pura coincidencia.
Algunas
cosas se están salvando del pico y la pala por
esa mayor concienciación ciudadana y la legalidad vigente (en algunos
casos).Solo pretendo resaltar dos casos increíbles. Uno, el centro del Portal
de Elche. Allí había una fuente y luego se levantó un kiosco, sustituido
por otro modernista, derribado a su vez en 1975.
Y hace pocos años reconstruido a imagen y semejanza del modernista y con varios usos hasta el momento. Es la política alicantina de derribar y rehacer en vez de preservar, rehabilitar y conservar nuestras señas de identidad.
Otro, la estación de ferrocarril.Aquella de estilo neoclásico con sus columnas y el frontón triangular.Databa de 1858, 110 años después, 1968, se tiraron al suelo.
Hasta
que en 1997 quedó como está. Y ahora se les ocurre a las cabezas pensantes,
igual para tapar otros temas, reconstruir la fachada original, con
su frontón triangular y sus columnas.Quisiera llegar a entender estas cosas
pero no llego.
Se destruye lo original para, o bien hacerlo desaparecer o hacer reconstrucciones exactas al original.Podríamos hablar de muchos casos y cosas. ¿Para qué? Solo me gustaría poder comprender todos estos tejes y manejes, para mí absurdos.
Sin ir más lejos, Alicante, mi ciudad, ha perdido un pasaje público, Amérigo, en beneficio de un local comercial. Pero claro, esto es Alicante.
Paco
Huesca