Novelda, qué hermosa eres

Desde este blog llevamos meses o quizás años, pregonando las bondades del interior de Alicante. Reivindicamos el color verde, las fiestas y los pueblos que rodean a la ciudad de Alicante, desde el norte hasta el sur.

Este fin de semana, con el uniforme de excursionistas, nos dirigimos a Elche, allí llevaban a cabo la feria del campo. Un conglomerado de puestos donde ofrecían las bondades culinarias, agrícolas, incluso animales (observamos gallinas ilicitanas junto a sus homólogas alicantinas) nos reservaba una sorpresa: una máquina que ofrece leche fresca.

El tiempo acompañaba, eso de la bajada de temperaturas no va con estas tierras. De la camiseta de manga corta pasamos a la de tirantes. Pero "a pesar" del mercurio, disfrutamos de la feria ilicitana. Siempre es un placer acercarse por Elche.

A continuación nos dirigimos a Novelda, para contemplar el majestuoso Santuario de Santa  María Magdalena. Dedicado a la patrona de la localidad, tierra de uvas junto al río Vinalopó.

El santuario tiene forma de jarro, y su autor fue: José Sala Sala, un noveldense que cursó estudios en Cataluña, de ahí el parecido indiscutible a la Sagrada Familia de Gaudí. Su forma simboliza el jarro que Santa María Magdalena llevó a Jesús.

Su construcción comenzó en 1918 y finalizó en 1946. En su fachada principal hay dos torres de 25 metros en cuyos extremos hay dos cruces pétreas.

La decoración exterior mezcla motivos medievales y barrocos.

José Sala combinó piedras del propio río Vinalopó con azulejos, ladrillos y mampostería, repartidas por todo el exterior del edificio.

La temperatura ideal, la brisa, la soledad por la hora a la que acudimos, convirtieron aquel lugar en lo más próximo al Paraíso terrenal. La vista un lujo, la belleza y la creatividad del monumento te reconcilia con el mundo y con algunos seres humanos. Resulta mágico que de las manos de una persona surgiera una construcción tan bella.

Y está aquí en nuestro Alicante. Hay vida más allá de las playas.

Terminamos la jornada en Agost. Allí celebraban una fiesta donde los protagonistas son unos cabezudos, que bailan al son de la música y cuando para, los niños se pueden acercar porque quedan petrificados. Una no es muy fan de estos personajes, pero eso es otra historia. También celebraban una feria gastronómica, donde tenían expositores de Galicia, Pinoso, etc. Una mezcla curiosa.

Con crisis o sin crisis, ¿por qué no te unes a la diversión minimalista? el disfrute y lo que te llevas a casa es tan grande...

Las fotos fueron tomadas por Roberto Muñoz. Si coges alguna para reproducirla no olvides mencionar su nombre, ¡gracias!

Joana Sánchez

Imágenes: Roberto Muñoz