Siempre que escuchaba esta canción se me ponía el vello de punta. Ahora me sucede mientras redacto estas líneas. La canción tiene unos años pero su letra se puede trasladar perfectamente a 2011.
Llevo cuatro semanas en la Villa de Madrid, y sus prisas se me contagian sin darme cuenta, lo veo cuando comienzo a bajar las escaleras mecánicas ¡y voy bien de hora! por otro lado, miro con envidia el respeto a la cultura en sus calles, en sus locales. La cultura se palpa y se huele en la ciudad.
Ayer visité el barrio de las letras. Federico García Lorca y Calderón de la Barca presiden la plaza de Santa Ana. La gente paseaba entre carteles pintados a mano recordando a nuestros mejores escritores, con lemas en letras doradas que pisábamos sin piedad los viandantes.
El sábado fui a la Filmoteca. Es más grande que algunos cines de Alicante. La semana pasada se realizó un ciclo dedicado a Woody Allen, allí vi Ratatouille (la semana gastronómica era la protagonista) Me costó 2,50 €.
Las pupilas se llenan de actores en gigantescos carteles, de música, de fachadas hermosas cargadas de historia, de estatuas de bronce, de templos,de salas por donde un módico precio puedes pasar una velada escuchando a un cantante o a un humorista y su monólogo.
¿Madrid es grande y por eso se lo pueden permitir? Tal vez la Gran Vía sea un pequeño Broadway, es cierto,pero todas las ciudades, y me refiero a Alicante, con más dedicación, inteligencia y amor podrían llegar a convertirse en lugares donde la frase más escuchada un domingo no sea "¿dónde podemos ir?"
¿Pensamos en Madrid? Si a una simple ciudadana se le ocurren miles de ideas para mejorar su Alicante ¿qué ocurre con los que nos gobiernan? ¿Acaso han abandonado el sano hábito de pasear y dejar volar la imaginación?
Seguro que podemos adaptar algunas de las ofertas que ofrecen aquí. El turista en invierno no está por la labor de darse un bañito. Por cierto, los museos abren los domingos ¡es una gozada! y la gran mayoría son gratis.
Seguro que podemos adaptar algunas de las ofertas que ofrecen aquí. El turista en invierno no está por la labor de darse un bañito. Por cierto, los museos abren los domingos ¡es una gozada! y la gran mayoría son gratis.
Mientras sigo descubriendo esta ciudad sonrío esperanzada. Alicante tiene mucho que ofrecer: más que sol y unas playas magníficas.
Joana Sánchez