Seamos francos, los españoles somos propensos al lamento. A nosotros nos parece una forma de ser, pero a veces bordeamos el absurdo. Podemos crear grandes dramas por anécdotas del día a día y no admitir que tampoco es para tanto lo que nos haya acontecido; la vida no nos trata cruelmente.
Pero como muchos defectos al final se convierten en tics divertidos, hagamos un experimento. ¿Nos quejamos juntos? Puede que esta fusión lastimosa genere una nube gigantesca de negativismo que acabe difuminándose en la estratosfera.
Echa un vistazo a este grupo de simpáticos finlandeses y exprésate como ellos. Quién sabe, tal vez de aquí nazca la versión hispana de ¿Por qué todo me pasa a mí?
El desahogo emocional que conlleva contar a otros tus penas, no importa su tamaño ni su color, es proporcional al grado de mejoría de las mismas.
¿Y tú, de qué te quejas?
Joana Sánchez
1 comentario:
A mí me pone nerviosa encontrarme las bolsas de basura fuera del contenedor. Será una tontería pero me fastidia verlo.
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