Dejamos las críticas para otro día y cada cual que elija su compañero de viaje.
A mí me gusta observar, y como el paisaje ya me lo conozco pues miras a tu alrededor. A veces no es necesario que hagas grandes esfuerzos. No todos los usuarios son defensores del ocultismo con auricular.
Ayer contemplé una discusión contenida entre dos partidarios de dos equipos de fútbol. El conductor quedó atrapado entre un seguidor del Real Madrid y otro del Barça. Hasta ahí normal, o no... porque el cartelito "prohibido hablar con el conductor" estaba presente, pero esto es España.
Lo que comenzó con unas bromas sin mucha gracia bajo mi humilde punto de vista:"Os vamos a meter diez", "Este año el Real Madrid está mucho mejor que el Barça, fuerte fuerte"..., derivó en una suerte de improperios hacia los catalanes (evidentemente por parte del seguidor madridista)
"Ni en pintura, no los quiero ver ni en pintura, si vas allí sólo lees carteles en catalán y árabe, pero en castellano no, que no quieren ser españoles que te lo digo yo". Y a mí que me recordaba a algún tertuliano de la tele fusionado con un personaje de dibujos, porque el señor no había ido nunca a Cataluña, pero "sabía" de lo que hablaba.
"Ni en pintura, no los quiero ver ni en pintura, si vas allí sólo lees carteles en catalán y árabe, pero en castellano no, que no quieren ser españoles que te lo digo yo". Y a mí que me recordaba a algún tertuliano de la tele fusionado con un personaje de dibujos, porque el señor no había ido nunca a Cataluña, pero "sabía" de lo que hablaba.
Curiosa y preocupada, pensé en el abducido conductor que permanecía en silencio. ¿Sería su familia de Barcelona? ¿Se habrá tirado por la diminuta ventanilla? ¿Quién conduce?
No sé si ayer se jugó el partido del siglo. Sé que hubo muchos goles y enhorabuena a los premiados [sic Gomaespuma]
El tema aquí es el transporte público y cómo un buen sociólogo haría un trabajo de campo sobre el comportamiento humano en tan reducido espacio.
Es llamativo cómo la política y el fútbol suelen dominar ante otros temas. Los sujetos, con una desinhibición que roza lo surrealista, se suben al atril con ruedas y reparten a diestro y siniestro, también se lleva su parte el gobierno local, claro luego está la "oposición autobusera" y es ahí cuando se altera el ambiente.
Al final, los dos hombres del inicio de nuestra historia acabaron llegando a un acuerdo, que de tan simple me resultó conmovedor:
"Bueno, bueno, pero también se puede ser alicantino y ser español ¿no crees?"- reflexionó el seguidor del equipo culé-
"¡Ah, sí, eso sí...! claro, claro..."- le dio la razón el madridista
Creo que más de uno necesita tomar otro medio de transporte y viajar. Primero por nuestra provincia y luego por todo nuestro país y no bajarse en nuestra bendita Plaza de los Luceros por muy hermosa que sea.
Joana Sánchez