27 de junio de 2011

Dos militares mueren en Afganistán, en un atentado.

Tarde de domingo. Por fin  se acabó la fiesta para unos cuantos. Ahora decidíamos nosotros. Partimos rumbo a Benisa. Nos lo merecíamos. Por muchas razones. Con esas fotografías, emociones, risas, y belleza, escribiríamos un artículo para el blog, para compartirlo con vosotros.

Al montar en el coche prendemos la radio. Un vicio.La voz de la Ministra, Carme Chacón hace presagiar una mala noticia.

No me gusta cómo habla esa señora. No me la creo. Pero por desgracia, confirmó la muerte de dos militares: Manuel Argudin, y Niyireth Pineda. Sargento y soldado. Un hombre y una mujer. Además tres soldados resultaron heridos. Viajaban en un vehículo blindado  tipo "Lince". No bastó. Saltaron en pedazos, como hace unos días lo hicieron otros tantos españoles al explosionar un artefacto. No ocuparon grandes portadas, pero ambos (otro hombre y otra mujer) regresaron a casa con sus piernas amputadas.

Muchas personas pensarán "es su trabajo", "no es noticia que muera un soldado". Demagogia.Los toreros también se supone que se exponen a la muerte (una muerte no equilibrada, el toro no tiene escapatoria) y sus cogidas o muertes, incluso sus accidentes de tráfico, se convierten en noticias que colman diarios y televisiones hasta hartar.

Estar en contra de todo lo que representa el Ministerio de Defensa, es ser  ignorante. Y lo dice una, que ha tenido su momento como tal. Ahora, veo las cosas desde otro prisma.

El Ejército no es lo que nos han querido vender. No es un estereotipo. No es bueno ni es malo. Pero hay tantísimas acciones que desconocemos, que se llevan en secreto por parte de personas que permanecen en el anonimato, para que tú y yo, podamos vivir en paz.

Se juegan la vida-ok, porque quieren- pero también porque sienten que han de ayudar a su país, tienen un sentido del servicio que más de uno o más de dos debiera plantearse. También es un trabajo y a él se dedican médicos, entre otras profesiones. Los hay buenos, los hay regulares que ingresan en el Ejército como una salida, pero ¿qué ocurre con los que lo hacen por vocación? Merecen nuestro respeto.

¿Qué va a ser de esos dos militares amputados? ¿Tendrán una paga? ¿Cómo afrontarán el día a día? ¿Les ignoraremos como hacemos con los discapacitados físicos o limitados, civiles?

Ayer escuché al Almirante Gonzalo R. González Aller en RNE, hablaba con entusiasmo y respeto de Alvaro de Bazán y le apenaba el desconocimiento y quizás, algo de desinterés que había en España por la Historia Naval. En "No es un día cualquiera" Pepa Fernández le dio un espacio. Fue un placer escuchar a este hombre de la mar.

A veces, somos tan arrogantes que creemos que nosotros y nuestras acciones del presente son las que cambiarán el mundo. Y el pasado es el que viene en los libros que nos imponen en ocasiones leer. Deberíamos quitarnos clichés de encima, sacudirlos y sobre todo: estudiar, leer, porque leyendo y escuchando, la mente se abre y deja espacio para personas que merecen la pena y tienen cosas más interesantes que contar de lo que hubiéramos pensado.

Descansen en paz estas dos personas, y ojalá pronto regresen de Afganistán todos los militares en misión por la OTAN. Y ante los críticos no puedo más que decirles: leed, escuchad, y pensad antes de lanzar una crítica contra una Insitución que ante tu problema, no te preguntaría si estás a favor o en contra, simplemente te echaría una mano.

 
Entrevista al Almirante Gonzalo R. González. Un señor al que merece la pena conocer


Joana Sánchez

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay solución militar para Afganistán. Nuestros soldados deberían volver ya. DEP.

Marina García dijo...

Me resulta curioso no encontrar este artículo lleno de comentarios. Somos un país extraño. Unidos sólo cuando hay un partido de fútbol por medio. Nada más. Puede que Estados Unidos hagan cosas con las que no esté de acuerdo, pero se respeta a las víctimas. A todas. Dos personas, en realidad más han muerto en una misión de la OTAN que se alarga en el tiempo y da igual.Luego saldrán a la calle a manifestarse por cualquier estupidez, pero ¿y las muestras de cariño hacia estas personas y sus familias? Estaban en misión de paz en mitad de una guerra, en un país caótico. Sigamos en nuestro paraíso de cristal, donde el problema para el que no está en paro es una tontería comparada con la que viven estas personas-tanto los militares como los afganos-insisto somos un país muy raro.

Pedro dijo...

Descansen en paz todos los que han caído en esa guerra. Mientras los demás estamos preocupados la mayoría de las veces por estupideces, ellos se dejan la vida. Gracias por recordarlos. Este país es así. Encumbran a gente que da patadas a un balón, pero no se paran a pensar en los demás.