18 de diciembre de 2010

Navidades de película (en blanco y negro)


Navidades grises. Navidades en blanco y negro. No sólo en las pelis de guerra que era lo suyo, sino también en nuestras vidas. El gris es ahora un color, incluso de moda, pero antes era un estado de ánimo, casi un uniforme de nuestro espíritu. 

La Navidad de mi infancia, aunque feliz, la veo siempre en blanco y negro. Mi casa, mi calle, mi colegio, lo que me rodeaba todo era gris.



Hasta los años sesenta no entró el color a formar parte de nosotros. Me parece que la década prodigiosa lo fue en España, más que nada, por la entrada del color. Mi ración de posguerra, y eso que se llamó la prosperidad de los cincuenta,tiene en mi memoria, el sabor gris imposible de olvidar.



Las Navidades en blanco y negro de mi infancia comenzaban de verdad la mañana del día de la Lotería, los niños de San Ildefonso cantando números por la radio,la esperanza en todos,y terminaban cuando a eso de las seis de la tarde de Reyes te dabas cuenta que al día siguiente había colegio. 

En medio de belenes grises (pastorcitos, lavanderas, el hombre que hacía las gachas, los soldados de Herodes,el castillo,el río de papel de plata,el musgo...),todo gris .Y es que poner un belén era como dirigir una peli.


Escaparates grises en las tiendas de ultramarinos, jamones envueltos en celofán, nervios y temblores grises en los más pequeños,monótonos discursos gris marengo de Franco por radio la noche del 31,mientras los mayores se arreglaban - fijador y colonia Álvarez Gómez por ejemplo - para ir a fiestas con abundancia de Anís del Mono y cerrojazo final con churros y chocolate plomizo.





Bares con mostradores de zinc y pizarras donde se escribían con blanco España los resultados de los partidos. Puros Farias, el Talgo, la cabalgata de Radio Madrid, apoteosis de lo gris. 

Pero gris no quería decir aburrimiento.Aquellos fueron también días emocionantes, Navidades emocionantes.Supimos inventar, más bien sacar la emoción del blanco y negro. A veces como un relámpago, la nieve era azul en "Mujercitas".



Se recibían más cartas en casa, familiares de fuera, conocidos...El basurero felicita a usted las Pascuas. Como el barrendero, el cartero...El aguinaldo con una perra gorda,chica,la moneda de dos reales con agujerito en el medio,un billete de una peseta¡ el colmo!.

Si algún vecino recibía una cesta era siempre de Mantequerías Leonesas, jo ¡cómo eran de bonitas! Era el gran acontecimiento de la casa. Y es que las cestas sólo las veíamos en los tebeos, en el extra de navidad del DDT.



Lo más bonito de las Navidades era pensar en ellas.Tienen algo especial. Es obvio. Nunca he podido descubrir su misterio, su magia.Va mas allá de la unidad familiar,de los buenos deseos, de los regalos, del Adeste Fidelis. 

Creo que la Navidad es como una quinta estación que nunca aparece -ni aparecerá- en los calendarios pero que todos llevamos dentro. A lo mejor resulta que la Navidad es sencillamente nuestra infancia.



Recuerdo una Nochebuena en casa,cenando, hubo un momento que todos nos quedamos en silencio. Había sido una tarde normal. Yo había ido al cine. Mi madre y mis tías prepararon la cena.Y mi padre llegó antes a casa.Todo iba bien. Pero de pronto se hizo el silencio...

Mi madre intentó arreglar aquello,charlando por los codos...a los postres, que casi nadie probaba, el sueño me iba venciendo. Pero esa noche quería acostarme tarde, no acostarme, descubrir la magia de la Navidad. Esa noche tenía permiso. Para algo era Nochebuena. Hasta dí una chupada al chester de mi tía Conchín.



En la calle se oía -los peces en el río,ande,ande,ande,los campanilleros- y la gente parecía feliz.Y hacía frío. Mi madre y mis dos tías se fueron a la misa del Gallo. Mi padre recogió algo de la mesa.Y me acostó. Con mucho cariño me arropó,me trajo los tebeos de "El Guerrero del Antifaz" y de "Roberto Alcázar",y me dio un beso. Y eso que no era besucón.



"Papá",le dije."¿Qué?",me preguntó sonriéndome con sus ojos tan azules."¿Siempre es así la Nochebuena?".Y esbozó una sonrisa.



Evidentemente el tiempo me ha dado la respuesta.




Paco Huesca





Nuestro amigo Paco, además de formar parte de Alicante Cuenta, tiene su propio blog en el diario INFORMACIÓN:






Sólo hay que registrarse (lleva medio minuto) para poder dejarle allí comentarios de otros tantos escritos estupendos como el que acabáis de leer. Gracias.

6 comentarios:

paco huesca dijo...

gRACIAS, QUERIDA

Anónimo dijo...

Ay, Paco! Qué hermosa forma de describir la Navidad. Me sentí transportada a mi niñez, época en la que todo era inocencia y quizás la gente un tanto más buena. Creo que nos hemos vuelto fríos e indiferentes. Considero que nosotros debemos luchar porque eso no nos suceda. Cuando mencionaste a tu padre creí ver al mío que también tenía ojos azules y un corazón tan grande que no le cabía en el pecho.
Gracias amigo por tan bello escrito. Un beso desde Argentina
Marta Améndola

jesus dijo...

¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!

Pedro Ríos dijo...

bonito retrato de la navidad. Uno se puede imaginar y hasta ver las imágenes.Enhorabuena por este artículo tan entrañable.

Jose Antonio dijo...

Decía un sabio que a los humanos se les mide por la cantidad y calidad de sus amistades, tengo la fortuna de que formes parte de mi entorno.

Te deseo una Feliz Navidad en compañía de los tuyos y que tus sueños se cumplan siempre.

Un abrazo

F. Sánchez dijo...

Hermoso relato de los recuerdos navideños. Desde aquí mandarle a Paco Huesca, a quien no tengo el placer de conocer personalmente, mis felicitaciones por compartir sus sentimientos y vivencias de un modo tan ameno de leer y de imaginar.
Un saludo.