14 de octubre de 2010

Juntos hacemos más

Estar viviendo en directo el rescate de los mineros chilenos es algo emocionante. Me recuerda al sentimiento eufórico de la llegada del hombre a la Luna. Es una sensación de bien común, esperanza y alegría. En pocas ocasiones hemos visto últimamente a tanta gente de distintas naciones persiguiendo un mismo fín, como en el rescate de los hombres atrapados a 700 metros bajo tierra.

La hazaña es una gesta técnica inigualable y como ser humano me siento orgulloso de la especie cuando veo esos gestos de generosidad y amor al prójimo. 

Desde el primer momento los medios de comunicación publicitaron el hecho del derrumbe y la grave situación en que se encontraban los mineros. Muchas personas no pensaron en un final feliz. La mayoría de desgracias en minas se saldan con la muerte de los trabajadores.

Gracias a la únion de conocimientos especializados como de la agencia espacial americana, ingenieros de todo tipo, psicólogos, médicos, oficiales de submarinos de Chile, y un largo etcétera se ha obrado el milagro. Parafraseando a Hannibal del equipo A, “Me encanta que los planes salgan bien”.

Por qué será que muchas personas, comunidades o países enteros sólo reaccionan buscando soluciones concretas para casos concretos cuando sucede algo excepcional

¿Si no hay crisis económicas, guerras, desastres naturales tremendos, no existe ese empujoncito necesario de afán de superación y desarrollo como especie? ¿Por qué nos acomodamos?


Tenemos el potencial de conseguir nuevas metas juntos en cualquier momento. Seamos seres inteligentes y saquemos alguna enseñanza positiva de tan trágico acontecimiento pero de final feliz que se está produciendo en Chile.

 

El ser humano puede ser la criatura más maravillosa, sensible, agradable y desprendida o convertirse en un monstruo cuando se dan las circunstancias adecuadas. Olvidemos la parte maligna y destructiva de nuestra condición humana y centrémonos en ser mejores personas.

Ser mejor persona es algo muy sencillo, no cuesta dinero y da valor a quien lo es. Se resume en ser “más humano”. Ser más humano significa tener sentimientos, cultivar la empatía. La gente que dedica su vida a ayudar al prójimo, las personas que mueven el mundo con sus buenas acciones, que hacen que la vida siga y sobreviva, no están en las revistas ni programas de “prime time”.

No se les ve, pero su trabajo es el desarrollo que disfrutamos hoy en día como raza humana a todos los niveles. Son seres como tú y yo, que de forma anónima y desinteresada ponen su granito de arena en el lugar justo, así se construyen las bases de un mundo que evoluciona.

Acabo con una frase que me gusta de Jim Stovall:


“La integridad es hacer lo correcto aunque nadie nos esté mirando”.



Roberto Muñoz




8 comentarios:

Alicante Cuenta dijo...

Sé que lo escribiste ayer y hasta hoy no lo he publicado. Más vale tarde que nunca, además ya están los 33 mineros fuera. Esa es la noticia. Y el mensaje que intentas mostrar, de lo más obvio y hermoso no creas que todos los seres humanos son capaces de practicar la empatía. Un diez para el artículo. Y otro para ese grupo de hombres y mujeres responsables de la operación de rescate. ¿Alguien se ha fijado que el último en salir fue un médico? Increíble lo que es capaz de hacer un ser humano.

Anónimo dijo...

Resulta llamativo que las masas que ayer se pasearon por este blog y otros lugares, hoy permanezcan mudas ante un artículo lleno de metáforas.Casi todas relacionadas con ser mejor persona. Es más divertido o fácil ofender que halagar o, al menos, pararse a leer. Ya me he dado una vuelta por aquí y hay buen material. Os sgo la pista

Anónimo dijo...

He de decir que llevo mucho tiempo siguiendo este blog, pero nunca me he parado a comentar ningún artículo. Sin embargo, ayer leí ciertos comentarios que, inevitablemente, me molestan. Me molestan porque las personas hacemos daño muchas veces, de manera gratuita, sin saber, sin conocer a la persona a la que ofendemos y sin valorar muchas cosas antes de hacerlo que, indudablemente han de ser valoradas antes de opinar.
Este artículo de Roberto es uno de los que más me han gustado. Habla de algo muy sencillo, o por lo menos que creemos que es sencillo, como el hecho de intentar ser cada día mejor persona y que, sin embargo, cada día nos damos cuenta que cuesta mucho, es mucho más fácil hacer daño que intentar pararse a pensar antes de escribir...
Desde aquí mucho ánimo a la gran periodista y al resto de colaboradores de este espacio. ENHORABUENA por vuestro trabajo.

(....Patita);)

Enrique dijo...

Cultivar la empatía ....... Precioso artículo

Tereseta dijo...

Muy bonito. Deberíamos practicar ese ejercicio de empatía con la persona que tengamos cerca. Es hermoso mirar por televisión un espectáculo así, pero ¿y en el día a día? Ahí es donde fallamos. Nos cuesta ponernos en el lugar del otro porque nuestros problemas y angustias están en primer lugar. Insisto, es una reflexión positiva pero difícil de llevar a cabo cuando surge la oportunidad.

Anónimo dijo...

Roberto, excelente tu artículo. Es verdad que es en los momentos de incertidumbre y en situaciones muy críticas cuando el hombre, genéricamente hablando, saca a relucir lo mejor y también lo peor de su condición como tal. Pero este acontecimiento que conmovió y movilizó al mundo entero creo que ha sido una muestra y también una señal de que sólo unidos y siendo solidarios podremos transformar el mundo. Creo que se acercan momentos difíciles para la humanidad o quizás ya los estemos transitando, pero debemos concientizarnos que debemos juntar voluntades, reflotar valores perdidos, ver ejemplos en las personas que verdaderamente lo son por su calidad humana y convencernos que sólo un sentimiento nos puede salvar y es el amor incondicional. Afectuosamente
Marta Améndola

Roberto Muñoz dijo...

Ojalá todos sepamos sacar fuerzas en los momentos de mayor adversidad tal como lo demostraron los mineros con su moral alta hasta el final.
Gracias por los comentarios elogiosos y un cordial saludo a todos.

Alicante Cuenta dijo...

9 años después, este hermoso artículo vuelve a estar de actualidad. Quizás se hayan dado otros casos o instantes que hayan permanecido en el anonimato. Pero qué fácil sería esta vida si todos, como bien decías, diéramos lo mejor de nosotros por ayudar a los demás y practicáramos la empatía.

Siempre, los 365 días del año.

Enhorabuena, 9 años después otra vez.