6 de junio de 2015

Lo que no se ha dicho de Álvaro de Luna y de Alicante


Álvaro de Luna (Imagen: RTVE)
Si hay algo de lo que me alegro de esta edición del festival de Alicante es el premio a la carrera de  Alvaro de Luna. Un gran profesional, actor versátil con más de 80 películas y cantidad de series en televisión así como obras teatrales.

Desde aquella aparición en "El verdugo" (1963) y sus comienzos como especialista en el cine. No solo fue el famoso "Algarrobo" de la serie de Curro Jiménez  que le catapultó, detrás hay una gran carrrera nacional, europea e internacional. 

Acompañó en el cine a muchos cantantes y niños prodigio de la época, Mara Lasso, Li Morante, Lina Morgan, Los Bravos, Pili y Mili, Manolo Escobar, Andrés do Barro, Mónica,...Fue imprecindible en los spaguetti-western, tanto con directores españoles como italianos, así como en peplums como "El coloso de Rodas". 

Actor básico en las coproducciones en  España como "El tulipán negro" con Alain Delon, "La máscara de Scaramouche" con Gerard Barray, "Estambul 65"con Horst Bucholz pasando por la comedia celtibérica del destape. Pero también fue llamado por directores intelectuales como Saura, Armiñán, Camino, Mercero o Fernán-Gómez.

Pero lo que quiero incidir en estas letras son dos cosas. Películas que protagonizó a  nivel  internacional y su conexión con Alicante y provincia. 

Figuró en la película "Por un puñado de dólares"(1964)  de Sergio Leone junto a Clint Eastwood en el papel de Rojo Gang y que se dijo era un remake en clave de western  de  "Mercenario" de Kurosawa .

Vino también el penúltimo film de Leone "¡Agáchate, maldito!" (1971) con James Coburn y Rod Steiger y en donde interpretaba el papel de  Papa Miranda. "Trampa bajo el sol" (1965) con Jean Marais y Marisa  Mell dentro del más puro cine de acción inspirado en James Bond.


Su conexión con  Alicante, aparte de vivir la mitad del año en Denia, son las películas que bien ha  protagonizado aquí o ha sido dirigido por algún director alicantino.En 1962 rueda una pretendida  saga con "El  hijo del capitán Blood"  de Tulio Demicheli con Sean Flynn, hijo del mítico Errol, y que desaparecería durante la guerra de Vietnam.



En 1966 se rueda de nuevo en Alicante "Kid Rodelo" (Los fugitivos de Yuma) de Richard Carlson junto a  Janet Leigh, Don Murray que diez años antes había protagonizado "Bus Stop" con  Marilyn Monroe, y Broderick Crawford.


El director alcoyano Carlos Pérez Ferré  lo escogió junto a Jorge Sanz , Emma Suárez y Quique  San  Francisco para "Tramontana" (1991) Y en 2006 cuando ya Ciudad de la Luz comienza a hacer más que aguas rueda "Teresa. el cuerpo de Cristo" de Ray Loriga.

Por supuesto me uno a ese homenaje más que merecido a un actor todoterreno y comprometido con sus ideas políticas.




Respecto al festival, pues como siempre, ha terminado...¿y qué? Yo ya no sé si es nacional, internacional o universal. Debe ser esto último porque sigue siendo marciano. Palabra de un buen amigo y mejor periodista.


Paco Huesca

31 de mayo de 2015

El otro día volví a los Astoria


Morir, dormir,tal vez soñar...Y el otro día  volví  a los Astoria. No me pregunten como fue la cosa pues no tendría una respuesta clara, nítida, hasta real. Pero volví después de 15 años desde aquel 5 de mayo de 2000 que salí una noche  oscura  para jamás volver a  entrar.

Pero la magia, quizás el cine, ha hecho posible este regreso tantas veces anhelado.Y ellos seguían en pié como los árboles,un poco pochos, sin el esplendor de antaño, sin la bella época del pasado. 

Pero aprecié  en su interior de leyenda después de esos 21 años, seguían  como una continuación de mi casa y la de muchos alicantinos y no alicantinos y  siguen vivos sus moradores de antaño. De un pasado no muy lejano, un antaño de leyenda en donde se fusionan muchas cosas, demasiado tal vez. Y es que allí andaba el amigo americano charlando con Sebastiane como en aquel 1979.



En los sofás rojos del vestíbulo de la sala 1 se encontraban de charla Verónica Voss, Gaspar Hauser,María Braun y Fitzcarraldo mientras Oscar daba la matraca con su tambor de hojalata.

Pepe Blanco cantaba su Sombrero en unas bodas de sangre y Pink Floyd revivía su concierto en Pompeya y en el muro. Ludwig bajaba por la escalera majestuoso hacia la sala Luchino Visconti mientras Aguirre, Matteotti y Johnny-no sé si  Guitar o el del fusil, igual los dos, hablaban en la terraza sobre la batalla de Chile.

Y Messidor con Monsieur Verdoux,Pauline y Georgia recordaban su particular laberinto de pasiones. Era un sin parar. No daba tiempo a ver a tanta gente,tantas películas, tantas historias, tanta  vida. De repente Betty Blue miraba tras el cristal a la rubia del bar.

Henry V, Ricardo III,el profesor de música  se daban el festín de Babette. Caravaggio y Cyrano  con Yo Dou y Qiu Ju se tomaban una copa en la cafetería. Mientras el marido de la peluquera con delicatessen seguía pensando todas las mañanas del mundo  en   Indochina.

Y Luis Cuadrado con Mr. Butterfly subían a la sala de su nombre para ver ese espíritu de la colmena ya en pleno arrebato. Casi seguían lloviendo piedras. El espíritu del Astoria se palpaba de una forma  decadente pero estaba ahí. Impertérrito, inconmensurable, pero inalcanzable.

Lo quise recoger, atraer, pillarlo como pudiera  entre mis brazos, retenerlo y hasta robarlo pero algo me lo impedía. No era falta de valor, ni de ganas,ni de ilusión.Ellos y ellas seguían estando ahí, no querían marchar. Querían seguir contando sus historias, sus películas, y ya no querían saber nada de mí.

Igual con los años pasados, los días del pasado, ya ni me reconocían. Sería eso,ya era como un extraño en sus vidas. Por ello no sé si esta vuelta, ese regreso, no era muy conveniente aunque lo deseara tanto y con todas mis fuerzas.

Y marché por segunda vez para quizás no volver jamás.Y eso me entristeció más que la primera vez.Esta vez era todo más oscuro,más siniestro.De lo que no  estoy muy seguro es si todo fue un sueño o de verdad volví a los Astoria.

Puede ser que todo ande entre ese tener o no tener o el sueño eterno.De esa manera sí lo puedo comprender.Aunque al final de la escapada será el último refugio,mi particular muerte en Venecia.Mi especial regreso a Bountiful.

Paco Huesca

28 de mayo de 2015

Se les acabó el chollo

Si los votos de la ciudadanía no fallan, las matemáticas tampoco, y el sentir popular por esa necesidad más que ganas y viceversa ,en esta ciudad mía a  muchos se les va a acabar el chollo.


Y no me refiero al de  muchos de esos puestos de libre designación, asesores, amiguetes, palmeros o  como ustedes quieran llamarlos de la clase política. Me refiero en el ámbito que más he podido ver, palpar, olfatear, saber, oír,el de la Cultura alicantina y todo lo que le rodea. 

Sí, a esos señores y señoras que a costa de un cargo se están pegando la vida de padre y muy señor mío haciendo lo justo o no haciendo absolutamente nada. Pero ellos fueron bendecidos desde hace  más de  dos décadas para acá como los auténticos  agentes culturales de nuestra ciudad. Y no importa en qué arte. Los hay y en todos.

En música, en danza, en teatro, en pintura, en literatura, y hasta en cine.Y claro con todo ello la ciudad a nivel cultural es lo que ha sido,un cortijo donde esas personas han hecho lo que han querido sin ningún rigor ni pudor, con osadía no exenta de altivez y prepotencia porque se han  creído los mejores, los  gurús de la cultura alicantina.

Pienso que es hora de hacerles ver, con todo respeto y educación , aunque algunos carecen de ello, que ha tocado retirada, que sean más humildes y hagan también su autorreflexión y preparen las maletas.

Esos reinos taifas de la cultura municipal y colaterales  con sus visires al frente  deben desaparecer y aquellos que sean sostenibles y necesarios someterlos a una profunda transformación.No son cargos vitalicios,no pueden ni deben hacer lo que les viene en gana a modo de reunión de amigotes y encima remunerados con dinero público. 

Hagan a partir de ahora esos saraos pseudoculturales en sus casas o monten sus chiringuitos culturales propios  como muchos alicantinos lo hicimos y lo hacen, y sigan jugando  a hacer cultura, bueno eso que ustedes llaman cultura.

Es indecente, perdón por la palabra  no me surge otra mejor, que durante años hayan conseguido montárselo de p.m. con dinerito público haciendo y deshaciendo y en ocasiones teniendo secuestrado al político de turno. Han sido intocables.

Solo espero y deseo que esa inmunidad termine de una vez por el bien de la buena  Cultura  y por supuesto de Alicante.



Paco Huesca

25 de mayo de 2015

Retrato de un amigo, Ignacio Melón Andrés (Las sonrisas de Nacho)



Conocí a Nacho en 2005. Me cayó bien desde el minuto uno. Era verano. Un chico rubio, de ojos claros con el pelo recogido en una coleta con aspecto de inglés simpático me esperaba.

Comenzamos a hablar y a caminar. Todos los temas parecían no tener fin. Música, cine... Creo que nos recorrimos Alicante de arriba abajo. Ya éramos amigos. Nuestros pasos nos condujeron al puerto, y de ahí a deshacer el camino, entre más conversación de la buena.

Tenía una sonrisa adorable y una mirada pícara. Me habló y mucho de su hermano Víctor. Era su colega. El mismo con el que ayer mantuve una conversación para pedirle permiso y compartir estas imágenes. 

Cuando estás a gusto con una persona, las horas vuelan. Y exprimimos bien aquella tarde. Donde nos tomamos un batido mientras compartíamos confidencias con mucho humor negro. Creo que nos contamos nuestras vidas, o parte de ellas. 

Saltábamos de un tema a otro, de una anécdota a otra con ansiedad, como dos cómplices amigos que hace años que no se ven, y un día se reencuentran por una calle por casualidad.

Él había quedado con unos amigos por la tarde-noche. No quería acudir. Eso me gustó (señal de que estaba a gusto) pero siempre he pensado que a las amistades hay que cuidarlas. Y le convencí de que mejor sería que se fuera; yo me iría a casa hasta un próximo encuentro y asunto resuelto, pero me invitó a ir con él. Ese era Nacho.

Y en un pub, junto a un par de amigos, nos sentamos en un lugar donde sonaba música, ahora no recuerdo cuál. Y no me importa confesarlo, al revés, allí me enamoraron las sonrisas de Nacho, que eran muchas y variadas. Quienes lo conocen y lo recuerdan lo saben. Incluso mejor que yo.

Cayó la madrugada y ninguno quería que el día se acabara. ¿Por qué no llevar la contraria a las leyes del universo? Y continuamos charlando. Si digo que aquello fue especial os miento, fue mejor. 

Es sencillo cautivar a alguien con otras cosas, él lo hizo con una personalidad auténtica. La bondad mezclada con una inteligencia y empatía que formaban un cóctel explosivo.


5 de mayo de 2015

Jesús Hermida, el hombre que no pisó la luna pero nos lo contó




Jesús Hermida Pineda ha muerto. El gran comunicador. El de la dicción perfecta. El hombre que contaba historias. Ha sido a los 77 años. 

Con él se ha ido una forma de hacer periodismo personal. El corresponsal en Nueva York, el elegido para narrar la llegada del hombre a la Luna.

El hijo de pescadores que en Estados Unidos representaría la figura de hombre hecho a sí mismo. Radio y televisión. Sus dos segundos hogares. El hombre sencillo, se convirtió en un referente, era imitado por los humoristas de la década de los 90 como Martes y 13;y sus pausas, así como sus gestos llamaban la atención al espectador.

En sus programas no había gritos, ni espacio para personas que no eran del gremio. Él era periodista y un excelente comunicador. El magnetismo se tiene o no. A la cámara no le cae bien todo el mundo. Se rodeó de mujeres, algunas con más fortuna que otra en su carrera periodística.


Pero Hermida podía con todo tipo de formatos: entrevistas, informativos, locutor de radio...

Hace unos años fue la imagen de una aventura llamada "Escuela de Presentadores de Jesús Hermida". Y me presenté. Grabé un vídeo casero y entré en el programa. Todo desde nuestras casas, a través de Internet. Cada vez que él intervenía y escribía me costaba dejar mi opinión. Pero lo hacía. Sabía que era una oportunidad que no se volvería a repetir.

Cada semana, elegían a unos cuantos y se marchaban a Madrid a pasar una prueba. Mi vídeo gustaba, así me lo hicieron saber, pero fallaba en algo, en la cuestión monetaria. Por esta razón jamás me reuní con mis compañeros que no entendían nada. 

Un día, recuerdo que era la hora de la comida recibí una llamada, era de la Escuela.

Esta fue la conversación:

- ¿Diga?

- Hola, soy L. de Tracor y te llamaba porque me veo en una especie de obligación de corte humano podríamos decir...

(Yo permanezco callada y algo alucinada)

- Verás, ayer habló conmigo Jesús y me dijo (tú ya sabes cómo habla él) "esta chica tiene algo que contar, es distinta, vosotros veréis lo que hacéis..." pues eso, yo anoche, estuve venga que darle vueltas a la cabeza a su comentario porque se ha visto tus dos vídeos, y se lee todo lo que escribes y considero justo que lo sepas...

- Perdona, ¿me estás hablando de Jesús Hermida?

- Sí, - se ríe- claro... ya sabes cómo es y tras tanto insistir he creído que era ético que te llamara. No estás preseleccionada pero eso no significa nada... queda una segunda parte, tampoco quiere decir que vayas a entrar pero bueno, la web la vamos a mantener y si quieres seguir escribiendo. Sólo quería que supieras que se te lee...


Esa fue, más o menos, la conversación. Apenas dije nada y no sé ni cómo le pedí el correo electrónico de Jesús Hermida para darle las gracias. Tardé dos días en escribirle, lo hice y me contestó a la semana, fue escueto:

"Querida Joana:

Creo que lo que escribes tiene un gran valor y el email me ha parecido interesante. Te deseo suerte en lo que emprendas"

Jesús Hermida


Así que hoy, me quito el sombrero ante él, como profesional, por pertenecer a una generación donde hacer periodismo era sinónimo de seriedad y saber hacer, y le vuelvo a repetir su palabra favorita: gracias.



Joana Sánchez González


26 de abril de 2015

Retrato de José Ramón Borja



Nació en Alicante en 1929. A los seis años su abuelo materno le llevó a  una  librería y le compró lo necesario para iniciarse en el dibujo, que sería su pasión. Los años de la guerra civil los pasó en Cabezo de Torres (Murcia).

A la vuelta a Alicante con nueve años se fue a vivir con su abuelo materno, Alejandro Valor, muy cerca del taller del pintor alicantino Francisco Muñoz. A los doce años su pasión por la pintura le hacía estar en la puerta, viendo cómo pintaba.


Al tiempo el pintor le metió como discípulo suyo en el taller de pintura.Ya se empezaban a hacer carteles para los cines de Alicante. Aprendió pintando  en tapices de grandes maestros como Velázquez, Murillo, Goya, Van Dick, Leonardo...Su maestro, al finalizar la guerra civil,  hizo la primera hoguera  de Alicante en 15 días : Negrín huyendo al extranjero con una maleta en la mano, para el Mercado Central.



Es curioso que Muñoz y Juan Esteve (autor del panteón del torero alicantino Carratalá) hicieran hogueras por aquellos años.

Borja llegó a entrar en el  taller de Rafael Muñoz, hermano de Francisco cuando el esplendor del cine comenzaba a resurgir.Y ahí comenzó a renacer su ilusión por el cine pintando cartelones para los cines de Alicante. 

Al fallecer su maestro y por enfermedad de su hermano, comenzó por su cuenta hacer carteles para cines de Alicante, Cartagena, Novelda, Ibi  y hasta Puigcerdá (Gerona).





Compaginaba su trabajo de cartelones de cine con trabajos en la feria  como los frontales de atracciones, el Tren Fantasma, La Ola, Toboganes, Barracones de Tiro...cuando se colocaba la feria en el Paseo de Campoamor.El nombre de José Borja ya sonaba.

La mayor parte de su vida se la llevaron esas carteleras hechas en papel de grandes dimensiones con las grandes estrellas del cine.Mezcla de colores hecha con cola de conejo y pintura en polvo que había que mantener caliente para que no cuajara.

Poco a poco fueron desapareciendo los cartelones pintados por Borja dando paso a carteles por transparencia o los pasquines con luz por detrás.



Y algo fue cambiando en la vida de Pepe Borja. Es entonces cuando se dedicó a pintar reproducciones de cuadros de grandes maestros y hasta bodegones para el Palacio que le estaban construyendo en Marbella al hermano del Rey de Arabia Saudí.Y así hasta su jubilación.

Cuando en 2003 comisarié la Exposición de cine en La Lonja "Historia de una pasión" quise rendirle un emotivo homenaje de los cerca de cien cartelones que doné al Ayuntamiento y que se encuentran entre el Archivo Municipal y Las Cigarreras, algunos a falta de restaurar.

Estos cartelones los encontré por casualidad en Muro de Alcoy en donde un inglés los estaba vendiendo a Canadá. No había forma de encontrar a Borja pero el día de la inauguración una persona entrañable con mirada de buena gente se acercó y me  dijo: "yo soy Pepe Borja".



Y desde entonces nació una amistad con visitas a su casa,contándome la historia de esos cartelones que es la historia cinematográfica de décadas en Alicante.

Volví a rendirle parecido homenaje en la segunda exposición de 2013, también en la Lonja. En las marquesinas del Avenida e Ideal, en el Monumental, Capitol, Casablanca o Carlos III se pudieron ver esas grandes obras únicas a mano como "El Gatopardo", "La visita del rencor", "La reina del Chantecler", "El balcón de la luna", "Francisco de Asís,"Madame Sans Gene" "La bella Lola" y tantas otras.Y en mi niñez y adolescencia fueron para mí verdaderos tesoros pictóricos.



En 2003 me llamó y me citó en La Explanada y me entregó un retrato a carboncillo que me había hecho durante la exposición sin yo saberlo con una dedicatoria; "A Paco Huesca con motivo de la Exposición de cine por su gran pasión por el cine que me ha hecho rejuvenecer".

Gracias  amigo y descansa con tus cartelones llenos de estrellas... de cine.


Paco Huesca


Imágenes: Joana Sánchez

24 de abril de 2015

Castillo de San Fernando, el olvidado

El castillo de Santa Bárbara no se encuentra solo en Alicante. No muy lejos le acompaña el castillo de San Fernando, un desconocido para muchos.

Se localiza en el monte Tossal y recibió el nombre de San Fernando en honor al rey Fernando VII. Se construyó entre 1809 y 1812 para completar la línea defensiva de la ciudad y así impedir un posible ataque por parte de Francia en la Guerra de la Independencia.  



Su construcción se llevó a cabo bajo la dirección de Pablo Ordovás y Sastre, ingeniero militar sevillano que dirigió la defensa de Alicante contra los franceses, y su función principal era la de ser una prisión que no se llegó a utilizar porque no hubo ataque de los franceses. Además, obtuvo críticas negativas debido a que se construyó en relativamente poco tiempo y pronto empezó a mostrar deficiencias




Actualmente se encuentra deteriorado y sucio, a pesar de los intentos de darle una imagen mejor como el fracasado parque temático. Ahora cuenta con un bar, con pistas de patinaje y de monopatín, de toboganes, de pequeñas parcelas de golf...y de un sinfin de 'graffitis' que han empeorado notablemente la fachada del castillo, y qué decir de las antenas parabólicas que también ayudan a darle una peor imagen.





Recuerdo pasar tiempo de niña en este castillo disfrutando de las actividades que se realizaban como cuentacuentos, títeres, talleres de manualidades…actividades que dudo si se siguen realizando para los niños.




La historia ya está escrita y no se puede dar marcha atrás, pero la fama de este castillo sería otra si la historia se hubiera desarrollado de otra forma. ¿Cómo trataríamos a este castillo si los franceses sí que nos hubieran atacado y los soldados hubieran hecho un buen uso de él? ¿Y si se hubiera estrenado? ¿Y si se hubiera construido con paciencia y bien? 

Los alicantinos estaríamos orgullosos de nuestros dos castillos y no sería sólo el castillo de Santa Bárbara el que fuera tratado como un diamante sin 'graffitis', sin suciedad, con cámaras de vigilancia y con actividades que animan a la gente a visitarlo.

(i) "Alicante en blanco y negro"

(i) "Alicante en blanco y negro"

Alicantinos y alicantinas, valoremos nuestra historia y lo que ha quedado de ella. El castillo de San Fernando existe aunque, lamentablemente, para muchos seguirá siendo ese gran desconocido.

Imagen: Wikipedia


Imágenes: Irene Martín

Doy las gracias a Irene por haber pensado en Alicante Cuenta tras visitar, como bien lo define, el Castillo San Fernando, el olvidado. ¡Gracias!