Dos premisas básicas.La presunción de inocencia de cualquier ciudadano y la justicia es la que tiene que dirimir.
Ahora bien, leyendo durante estos días partes del sumario del Brugal , sobre todo conversaciones telefónicas y temas concretos ,ando más que asqueado de ver el vocabulario y léxico que utilizan ciertas personas que se supone estaban arriba y por encima.
Algunas regían políticamente nuestros destinos y otras socialmente estaban más que bien vistas. No puedo, cuando menos decir , todo me está resultando vomitivo. Más bien lo siguiente.
Si me lo tomo como una pura peli del neorrealimo italiano,podría superar ciertos films de Fellini, De Sica,Germi, Comencini, Risi o Blasetti. Pero en el caso que nos ocupa, presuntamente, la realidad supera con creces la ficción.
Allí había picaresca,cierto gracejo. En el fondo pobres ladronzuelos del tres al cuarto con actores tan entrañables como De Sica, Totó, Mastroianni, Carotenutto y señoras tan estupendas como Sofía, Gina o Stefanía. Las comparaciones son odiosas pero para gustos colores.
Por eso insisto que el guión original de esta peli que nos ocupa es de lo mas barriobajero, cutre y casposo. Se burlan de chóferes lesionados que están de baja, me parece deleznable.
Todo se compra con el dinero, absolutamente todo.Viajes en jets privados a isla del Egeo, yates,fiestas, favores, prebendas, regalos, sobres, coches de alta gama y baja cama, hasta una posible rama por narcotráfico...y mucho ron.
Y es aquí cuando ese posible neorerealismo italiano se convierte en otro género cinematográfico,el de los capos mafiosos o auténtico cine negro con tintes políticos.Y en este género ya tenemos grandes maestros y actores como Scorsesse, Coppola, Brando, De Niro,Pacino, Duvall,...Las copias suelen ser pésimas.
No soy quien para juzgar a nadie, insisto.Sí para dar una opinión. Soy libre aunque no voy por ahí. Los jueces harán lo que tengan que hacer.Lo único que quisiera dejar clarito es mi hastío como ciudadanito al leer esas conversaciones entre personas que me han estado gobernando, sus amiguetes y demás pelotaris, y han usado nuestro dinero,y en ocasiones hasta nuestra confianza y el poder que se les otorgó en las urnas.
Eso, señoras y señores, es más que vomitivo si no se demuestra lo contrario. A día de hoy sólo siento repugnancia.
Paco Huesca