Paco Luis Huesca, alicantino de corazón y de facto es una persona con aspecto sereno. De mirada clara, este hombre vestido de negro, defiende con un tono de voz suave pero enérgico a la vez sus ideas con el respeto como base.
Sonríe tras contestar alguna pregunta, se emociona al mencionar a su familia. Recuerda los cines Astoria con cariño aunque tal vez tanta lucha no sirviera para nada.
El optimismo se refleja a través de la pasión reflejada en sus críticas al tratamiento del cine en su ciudad. Fundador de Salvem el Benacantil, Movimiento por la Paz y la Concordia en Alicante, Amigos del Casco Antiguo ": Donde he ido siempre me ha gustado implicarme", confiesa. Señoras y señores con ustedes un alicantino, un exhibidor de cine creativo, un trocito de Alicante.
¿Sabes a qué hora naciste? En mi casa eran muy escépticos con estos temas. De hecho mi nacimiento fue bastante traumático por lo que contaba mi padre. ¡Tardé casi un mes en nacer! Por poco hubo que elegir entre salvar la vida de mi madre o la mía… fue un 22 de junio, entonces la plantá era el 21, no sé si fue a las 12 o a las 11:55 o 12:05 y por unos minutos pude ser géminis o cáncer. Lo que pasa es que oficialmente fue el 22 por lo tanto soy cáncer. Aunque tengo mucho de géminis.
¿Por qué te llamaron Francisco Luis? Es muy sencillo. Mi padre se llamaba Francisco y mi madre era María Luisa. Y mi abuelo materno al cual no conocí por un año también era Luis. Antes los nombres compuestos estaban de moda. Yo siempre he sido Paco Luis hasta que conozco a Mario Conde y me quita el Luis. En la familia seguía siendo Paco Luis. Pero luego ya fui Paco para todos.
¿Cómo eras de niño? Muy tímido. El otro día una persona me decía que seguía siéndolo, pero le contesté que ahora no soy tímido sino asocial. De pequeño era tan tímido que cuando íbamos al cine, por ejemplo, yo me moría porque me dieran un taquito de cuatro o cinco programas, pero era incapaz de pedírselo a la persona encargada de darlos. Entonces, mi padre guiñaba un ojo, sin que me diera cuenta, para que me ofrecieran alguno. Con el tiempo y los años además de la profesión que escogí sí que me abrió. Pero algo queda…
Un recuerdo de tu niñez que te haga sonreír. En este año estoy aparcado en el pasado en el recuerdo y últimamente sueño mucho con mi familia. Mi hogar. Y cuando digo hogar me refiero Mi padre, madre y sus dos hermanas. He tenido la suerte de tener tres madres. Los llamo “los four roses”. Es la única bebida que tomo, ése bourbon y así me refiero a ellos, como mis cuatro rosas.
¿Qué querías ser de mayor? Quería ser director de cine, pero cuando era más pequeño decía que deseaba ser dos cosas: Papa o Faraón. Tenía hasta nombre buscado si era lo primero: León XIV o Benedicto XVI-risas- y lo de faraón venía por mi fascinación hacia Egipto. Mi padre me decía “estudia una carrera”, y lo hice, “haz una oposición” la hago… pero cuando me preguntaba en qué quería trabajar mi respuesta era: director de cine.
¿Tenías algún apodo entre los amigos? No, ninguno. Paco Luis.
¿Qué edad tenías cuando pisaste una sala de cine? Me llevó mi tía Conchín al cine Capitol, fuimos a ver “El hijo de rostro pálido” con Bob Hope, era una película del oeste y yo me acuerdo que no le hacía ni caso y me dedicaba a levantar todos los asientos. Tenía unos cinco años. Ella fue un poco la “culpable” de iniciarme en el cine, mis otra tía, Carmela (mi gran cómplice) también. Otra vez me llevó al Monumental que era programa doble y emitían Robin Hood, la versión de Richard Todd. Flipé y todas las tardes me tenían que llevar. Entonces ahí me empezó a gustar el cine.
¿Algún amor-confesable-fuera de la pantalla? En la pantalla muchos y algunos eran prohibidos. Al principio mi familia, mis primos se burlaban pero luego me dieron la razón. Yo era pequeño, tendría unos diez años, entonces por eso tenía algo de prohibido e inconfesable. Era Sara Montiel en “El último cuplé”. No me dejaban entrar al cine Avenida pero también lo estrenaron en el Ideal y pude verla. No era normal por la edad que tenía que me gustara. También Marilyn fue un icono por la época que me tocó vivir. Fuera de la pantalla también los he tenido, pero sin que sea un complejo edípico, mi gran amor es mi madre.
¿Cómo viviste la llegada del hombre a la luna? Era verano, estábamos en Vistahermosa y nunca nos lo creímos en mi casa. Luego vi una película titulada Capricornio Uno donde hablaba de que todo había sido un montaje. Nunca me lo llegué a creer.
Continúa...