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18 de agosto de 2010

Carmencita, Valor... y una cocina de Alicante

Asómate a tu cocina. Sí, sí. Echa un vistazo a los alimentos que te rodean. Agudiza el oído porque esas aceitunas te están hablando. ¿Qué dicen? "somos alicantinas, somos alicantinas"


Paso a contarte lo que me ha sucedido hoy:


Abro un armario. Suena el himno de Alicante. Cierro y miro alrededor. Las tazas a un lado permanecen mudas-siempre han sido unas sosas- y las manzanas tratan de salir rebotando contra la puerta del frigorífico. ¿Qué está pasando en mi cocina? Segundo intento, con sigilo y despacio reabro la puerta y es entonces cuando algunos productos destacan del resto con luz propia.


Primero me dice un hola edulcorado la sacarina, se gira coqueta y leo "Jesús Navarro, Novelda".


Sonrío. Ya capto la indirecta. Nuestras cocinas están repletas de productos alicantinos y como es lógico son mediterráneos, les gusta brillar como nuestros fuegos artificiales.




De reojo observo al orégano que despacito, se acerca a su compañera, me acerco a su etiqueta y también ha llegado de Novelda.


De repente  escucho algo detrás, ¡es la miel! que regordeta y simpática me susurra :"de Callosa, yo soy de Callosa d'en Sarrià", le guiño un ojo y echo mano de un bote de cacao que también tiene algo que comunicar: "Villajoyosa también existe", me anuncia con tono altanero.




Aquello parece una manifestación reivindicativa culinaria. Las ñoras Carmencita le hacen un gesto de aprobación a la sacarina y al orégano que siguen reluciendo y exclaman: "yo también, yo también", leo la bolsa y aparece Novelda escrito en letras de colores.




Me tengo que despedir, así que con mucho mimo entorno la puerta, y  un ligero "toc, toc" llega a mis oídos, abro el armario de abajo, y allí, vanidosas y subidas unas sobre otras, los botes de las aceitunas "La española" me saludan con un hola con acento alcoyano. No puedo más que devolverles el saludo y susurrarles que adoro Alcoy y a su Tirisiti. Sonríen cómplices.


Salgo de la cocina con orgullo alicantino ¡mira que son majas mis ñoras, mis aceitunas...!


¿Sabías que Alicante puede estar tan presente en tu casa? Acércate a tus armarios y escucha.



Joana Sánchez

17 de junio de 2010

No hablamos de Hogueras ¿un palito?


A principios de mayo me decidí a hacer una receta de mi abuela. Para todos, nuestras abuelas eran (o son) las mejores cocineras ¿verdad? Esta sección estaba congelada, hoy la he sacado, está en su punto y me apetece compartirla. 

En Alicante Cuenta nos gustan las mezclas e igual te hablamos de la caliente actualidad, de historia, ocio, cultura o reflexión al dente. Nuestra especialidad es la variedad temática sazonada con crítica unas veces y humor otras tantas.

Vamos allá. Dedicado a nuestras cocineras profesionales que forman parte de la familia bloguera: Viena y Pecado da mesa

Lo primero de todo, armarse de paciencia, colocarse un delantal ¡y a disfrutar!



PALITOS DE LIMÓN

Ingredientes: 2 huevos
4 cucharadas de aceite frío
6 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de leche
Zumo de 1/2 limón y la ralladura
Una cucharada rasa de levadura en polvo
Harina que admita la masa
Azúcar lustre

Preparación: En un recipiente hondo se baten los huevos con el azúcar, luego se echa la ralladura del limón y la leche. Cuando lo tenemos batido se echa el aceite frío y el zumo del limón. Bien mezclado todo se añade la levadura y la harina, haciendo una masa hasta que se desprenda de las manos. Se van formando palitos que se fríen en el aceite y cuando se sacan de la sartén se espolvorean con el azúcar lustre.


Las gracias a mi maravillosa abuela: Angeles Morata Chacón, un ángel. Ella sí sabía.


Joana Sánchez

12 de junio de 2010

De Tirisiti,Alcoy y Lolo



Esta historia comienza el día de año nuevo. Nos situamos en Alcoy (Alicante) Las calles están llenas de gentes abrigadas y sonrientes ¡debemos ser muy blandos o nuestros abrigos no cumplen su misión! 

Ese día se cumple con una tradición: Todos los niños y mayores acuden a ver la función del Tirisiti. Nosotros no íbamos a ser menos. Era nuestro bautismo como alcoianos de adopción aquel fin de semana. Algo perdidos buscamos un lugar donde comer a buen precio-la crisis no respeta fiestas entrañables ni Tirisitis pícaros- sin conocer muy bien el lugar fuimos a topar con el único restaurante abierto por la zona del Teatro.

El lugar se llamaba "Lolo" el nombre nos resultó simpático. No íbamos a comer de menú sólo queríamos tomar algo antes de ver la función, así que nos quedamos frente a la barra en una mesa desde donde se veía entrar y salir a mucha clientela de los salones del interior. 

Aquel restaurante debía ser muy popular. La decoración muy chic y sencilla ¿se puede? Se puede. Con tonalidades cálidas y un ambiente minimalista (al menos en la entrada)

Se acercó un señor con una respetable calva y una sonrisa amable. No sabíamos que era el dueño. Había un anuncio sobre la barra del lanzamiento de un libro. Al mirar con detenimiento resultó que el escritor era el mismo caballero que nos había preguntado por las viandas ligeras. "Un tipo sencillo",pensamos.

Al instante aparecieron nuestros platos. ¡Sólo habíamos pedido un tentempié y parecía que el mismísimo Ferrán Adriá hubiera realizado la presentación! Miré mi plato y no quería comerlo. Luego lo hice y me alegré de mi decisión aunque para ello destrozara con mis mordisquitos aquella obra de arte culinaria.

 No. No se trataba de una comida desestructurada ¡allí todo estaba en su sitio! Disfrutamos de la comida, el precio fue asequible y nos despedimos de nuestro nuevo ídolo.

Al doblar la calle nos encontramos con su libro en una librería pequeña. Los fondos irían destinados a unas monjas, rezaba un añadido en la portada. Buen restaurante, mejor servicio y generoso. Lolo se ha convertido en parte de una tradición: Visitar al descarado Tirisiti y comer con el simpático Lolol. 

Las ganas de hablar con el susodicho se quedaron en el aire y la sorpresa fue agradable al encontrar a la semana siguiente la promoción de su libro en el periódico.

No es una crítica culinaria al uso. Es tan sólo una recomendación de personas sencillas para lectores que gusten de disfrutar comiendo si un día pasan por Alcoy, no es necesario que sea uno de enero.  Lo que está claro es que no hay que mirar el New York Times para descubrir un buen cocinero. Lo tenemos ahí al lado.Bon profit!

Joana Sánchez

4 de abril de 2010

Huevo de Pascua (Doña Petrona y Juanita)


Pascua. A la mente nos viene la típica mona con su huevo. Imaginamos un día soleado, un grupo de amigos en busca de la naturaleza para disfrutar del manjar.


Conocemos la historia y los orígenes del dulce, pero ¿alguna vez habéis pensado en realizar vuestro propio huevo de pascua? Vemos las grandes superficies repletas de conejos y demás figuras envueltas en papel dorado, pero ¿quién podría mostrarnos cómo preparar el nuestro?


Doña Petrona, una experta. Pero, ¿quién fue? Una señora con mucha personalidad y una ayudante fiel (Juanita) que a través de la pequeña pantalla enseñó a cocinar, con un lenguaje cercano y con la ayuda de la silenciosa y servicial Juanita, a varias generaciones de argentinos. Es muy querida y valorada todavía en aquel país. Sus libros se siguen vendiendo con gran éxito.

Genial frase (no os la perdáis) "Hoy tengo mucho calor, voy a hacer trabajar a Juanita"

Un personaje digno de nuestro reconocimiento y respeto, Doña Petrona.


¡Feliz Pascua y a cocinar!



Joana Sánchez