Cines Astoria. Los minicines Astoria. Paco Huesca. Alicante. El Barrio. Cine del bueno. Lugar donde escaparse para vivir otras historias. Un clásico. Alicante.
Han sido muchos los artículos y muchas las ocasiones en las que hemos hablado de cine en este blog. Nos gusta. Nos apasiona. Y la persona que mejor refleja esta pasión en el ámbito local es Paco Huesca García.
Hoy no vamos a profundizar en su trayectoria, son muchos los alicantinos y gentes del séptimo arte (de toda España) quienes lo conocen y saben de su afán por salvar este rincón especial, y a la vez, concienciar a todo el que ha querido escuchar, que la cultura es además de importante, necesaria.
Hace un par de semanas me encontré con este espectáculo. La fachada de los Astoria llena de pintadas y desangelada. Él ya lo sabía. Y otras personas que pasan a diario por la zona. Yo, admito no haberme parado a mirar últimamente con detenimiento, y cuando lo hice no me gustó la sensación.
Soy realista. Los negocios se cierran. Se traspasan. No hay espacio para la emotividad en estos menesteres. Pero, estamos hablando de preservar unos cines que tienen escondida una historia en cada butaca, en cada rincón, y que nos ha hecho felices. Hablamos de un espacio de culto durante décadas.
UN GRUPO DE AMIGOS FRENTE A LOS ASTORIA. JOANA SÁNCHEZ.
Hace unos años, pudimos disfrutar de la primera exposición de carteles de la colección que Paco donó al Ayuntamiento de su ciudad. En 2013, la pasión continuaba, y así lo decía el título:
Ahora yo me hago una pregunta, siendo consciente (muy consciente) de las carencias que sufren todas las ciudades en nuestro país. ¿Alguna vez será el momento adecuado para devolver a Huesca lo que él ha hecho por los alicantinos?
Esta vez no hablamos de una calle, sino de algo más importante si cabe: aprovechar sus conocimientos y valía para asesorar en cuestiones cinéfilas. He visto a Paco moverse por la ciudad, dando charlas, ofreciendo conferencias sin cobrar por ello, feliz por saber que le esperaba un auditorio.
En todas partes es bien recibido y por personas de todas las edades. ¿La razón? A todos nos gusta aprender y él sabe y mucho y no sólo de cine. Sabe de Alicante, de sus calles, su historia y aunque a veces sea un tanto pasional, una que se fija siempre en el lado bueno de las personas, Paco lo tiene y sigue desaprovechado su talento; y todo lo que conoce no debería permanecer en una página de una red social.
En mis manos no está, pero a quien corresponda: Paco, ha sido uno de los primeros activistas y uno de los primeros alicantinos que se ha preocupado por mejorar nuestra ciudad. No creo que haga falta añadir más. Bueno sí, que viva el cine.
Porque los Astoria fueron objeto de deseo pero también de amor de muchos alicantinos
Fue un 15 de abril pero de 2010 cuando regresé a la Santa Faz el día grande, el de La Peregrina. Ya conocía el Monasterio y había hecho ese viaje desde niña muchas veces. Pero, por una buena causa - acompañar a Roberto Muñoz para vivir una experiencia nueva para él- rememoré el ritual tras años de no acudir a la cita.
Todo fue gratificante: madrugar, elegir un camino para llegar hasta el Monasterio, observar a los anónimos acompañantes de viaje, agotarnos a la vuelta; y sonreír ante algunos de los elementos que permanecían intactos como los puestos de alfarería que vienen de Murcia desde hace décadas. Y los garrotes pequeños, una debilidad.
Atrás quedaron esos años de peregrinación con las amigas, con la radio, con mochilas llenas de bocadillos y golosinas. También el acercarse a la feria (¡Me sigue gustando!)
El asunto es que aquel año no reconocí el entorno. Aquello parecía un mercado más. Uno de esos medievales que están en todos los pueblos. Bonitos pero para mi gusto, desubicados. Apenas hay zonas verdes donde poder sentarse y degustar las viandas.
Por el camino, todo tipo de marcas, asociaciones y demás, ofrecen merchandising y una no sabe si está en un centro comercial al aire libre, o camino a un ritual de corte religioso.
A pesar de estos cambios, para muchos alicantinos mañana será un día especial, divertido y el domingo más, puesto que el ambiente es más tranquilo y se pueden visitar los puestos de toda la vida con calma. El milagro de la lágrima une a creyentes y a personas que sólo desean pasar una jornada divertida.
¿Cómo llegar?
Andando, en bici, en autobús, empujando un carro de la compra (es broma, eso está muy mal)
A las 7:00 h tendrá lugar el reparto de 10.000 cañas de romero, de las cuales, 4.000 se repartirán en la Concatedral de San Nicolás, y 6.000 en el zaguán del Ayuntamiento.
De 7:00 a las 11:30 h., Paraeta Municipal, frente a la salida del Complejo de Vistahermosa en la Avenida de Denia, donde se podrá degustar por los peregrinos, los típicos rollitos de anís, acompañados de mistela.
A las 10’00 h., llegada al Monasterio de la Santa Faz de la Comitiva Oficial y posterior apertura del Sagrario de la Santísima Faz, para el traslado de la Sagrada Reliquia al altar levantado junto a la fachada principal del templo.
A continuación celebración de laSanta Misa, presidida por el Excmo. Rvdmo.Sr. Obispo de la Diócesis de Orihuela- Alicante, en compañía de otros sacerdotes de Alicante. Actuación de la Coral Tabaquera.
A su finalización, sobre las 11’30 h., devolución de la Sagrada Reliquia al Camarín.
Y sobre todo, si acudes, pásalo bien y si te acuerdas, tráeme un garrote o un xiulet, que el último se me rompió.
Manga. Como la gran mayoría, yo pensaba que los seguidores de este tipo de lectura japonesa se reunían de vez en cuando en eventos, se disfrazaban y lo pasaban bien. Como una opción más de ocio un tanto pintoresca.
Este año, gracias a Maribel Iborra, me vi inmersa en una aventura como la del 5º Salón del Manga de Alicante que organiza junto a dos compañeros: Rogelio y Miguel.
Los artículos especializados los encontraréis en distintos medios. Hoy quiero explicar cómo ha sido esta experiencia para una novata, desde el punto de vista de quien se siente intruso en una fiesta al principio, y al pasar las horas comienza a notar una sensación positiva acompañada de una comodidad que agradecí.
Con Miri, profesora de inglés, voluntaria y conocedora de la cultura japonesa
Me asignaron el puesto de Información. Un lugar desde donde debía indicar a los asistentes los horarios, las zonas de inscripción a los distintos actos, o atender cualquier otra cuestión. Si no hubiera sido por Mercedes y por Manu, mi tarea habría sido complicada.
Con Antonella, responsable con mayúsculas
Desde el minuto uno, comprobé el buen ambiente que reinaba entre los voluntarios. Personas que deciden ceder su tiempo y energía, en ayudar a que todo funcione en un espacio, donde son otros los que se divierten. Generosidad en estado puro. En esta ciudad nos quejamos de que no se llevan a cabo muchos actos culturales, de ocio..., o más bien que no se publicitan. En este caso, la afluencia de gente de todos los puntos de España, me resultó llamativo, aunque pronto he sabido que el trabajo que llevan realizando desde hace un lustro ha dado sus frutos y por ello, gozan de prestigio entre este tipo de actos que se llevan a cabo en ciudades como Barcelona o Murcia. Cada año el número de visitantes aumenta.
En cuanto al perfil de los presentes: niños, adolescentes, adultos, familias... Algunos venían vestidos como los personajes de algún vídeojuego, manga, anime... y resultaba atractivo, curioso, incluso divertido. Sé que hoy muchos medios recogen esas imágenes porque son las llamativas (algunos atuendos eran espectaculares) pero, al vivir el Salón desde dentro, he comprobado que no existe un comportamiento homogéneo. Por ejemplo, este año contaron con Paco Huesca para hablar sobre cine y se proyectó "Los 7 samuráis". No pude asistir a su charla pero los asistentes me dijeron que fue de lo mas entretenida y didáctica.
Con una madre creativa
A estas alturas, no sabría ni definir qué significa "friki". Una señora, me comentó que sus hijos se vestían para acudir al Salón y un vecino no lograba entender cómo lo 'consentía' Cuando él pertenece a la fiesta de Moros y Cristianos, una fiesta diferente pero donde también existen ciertos rituales. El resumen que hizo de porqué le parecía buena la manera de divertirse de sus hijos me pareció sensato y a su vecino también, menos mal :) "Mi hijo utiliza la imaginación cuando se hace un atuendo.Invierte tiempo en confeccionarlo. Se relaciona con otras personas, comparten gustos; por ejemplo, en la acampada de esta noche, he comprobado la solidaridad entre ellos, mi hija tenía un problema en un pie y rápido alguien se ofreció a solucionarlo. Compartir y relacionarse es importante, sano, y es lo que veo aquí, si puedo les acompaño porque también me divierto."
Con un compañero apasionado por las chapas y con ganas de ayudar
Estoy de acuerdo, porque el ser humano nace para aprender y crecer, pero no todos siguen esa línea. O creen que sólo se aprende en lugares concretos. Vivir va de la mano de observar desde escenarios donde jamás imaginaste estar presente, para llevarte gratas sorpresas. Por otro lado, en una sociedad donde adueñarse de lo ajeno se ha convertido en algo natural, durante estos dos días, nos entregaron carteras con dinero en efectivo, móviles, y todo tipo de enseres perdidos. Honradez y empatía. Nunca he pertenecido a asociación alguna, ni había sido voluntaria. Supongo que ayudar en mi entorno me parecía suficiente.
Con Irene, que vino a visitar el Salón y a mí, mil gracias
Mercedes, que vino desde Elda sólo para acompañar a su marido y acabó trabajando. Dulce y eficaz.
Pero compartir mi tiempo con personas de edades diferentes a la mía, colaborar en una causa común: que el engranaje del evento funcionara, fue un acto natural. Que se llevó con sentido de humor, un algo de agobio en momentos puntuales, un bastante de dolor de pies nada grave ayer domingo, un trato por parte de los organizadores espléndido (comida, transporte, etcétera) pero sobre todo, con compañerismo.
Sentados: Miguel, Maribel y Rogelio junto a los responsables de las distintas áreas
Para mí, como intrusa, repito, y un tanto asustada por vivir algo nuevo, ha resultado además de positivo, una lección de humildad (una más) donde destaco cómo una pasión puede convertirse en un acto que tan buenas críticas recibe, y que llevan a cabo personas a las que no les gusta ni hablar en público ni el protagonismo. Ellos sólo querían divertirse.
Mi recompensa: un diploma, mi camiseta de voluntaria y una ilustración preciosa que me regalaron.
Acabo de ver "Las ventajas de ser un marginado". Una película basada en un libro de Stephen Chbosky. No conocía el libro, ni en 2012 o 2013 cuando se estrenó la película le presté atención. A veces, las buenas historias tienen que aparecer en el momento justo. Esta tarde lo era.
Charlie, el protagonista, es un chico solitario, con una carga de sufrimiento que compensa redactando cartas a un amigo. Su objetivo: encontrar a alguien con quien hablar. Él es dulce, listo, prudente y frágil.
Adentrarse en la adolescencia es un terreno arduo para el cine, y no digamos para la novela. Los estereotipos acechan al autor a la mínima. Y cualquier producto que tenga a estos personajes como protagonistas despierta un recelo en el espectador. No es mi caso. De hecho, me aburren de manera soberana, muchos de los temas denominados 'importantes' desde el punto de vista adulto.
Lo esencial en nuestras vidas no es más que: la lucha por no sentirnos solos, la lucha por encontrar amor, saber sobrellevar el dolor, gestionar la locura que todos en un grado u otro, llevamos de serie, aprender a dejarnos llevar, recuperar la alegría y vencer a los miedos por muy grandes que sean. Y el de Charlie es un miedo que roza el trauma.
En "Las ventajas de ser un marginado", no hay historia de amor perfecta, ni amistades al uso, sólo problemas y alegrías que le pueden pasar a cualquiera, pero que a una determinada edad se viven con mayor intensidad y que si no se gestionan bien, pueden convertir a una excelente persona, en un hombre o mujer invisible para el resto, y peor aún, con un sentimiento de culpabilidad que no le permitirá vivir en paz jamás.
Pero no creo que sea una película o un libro para adolescentes, sino para personas que sean capaces de vibrar con una canción a todo volumen dentro de un coche. Para las que todavía, tengan la edad que tengan, les apetezca vivir esta corta vida como les da la gana. Sin hacer daño a nadie, pero sin pertenecer a ninguna tribu: los casados, las madres, los que interpretan la edad que tienen, no según cómo se sientan, sino como les han dicho que tienen que sentirse y así hasta el infinito.
Tal vez sea cierto que hay una edad para cada cosa. No lo sé.
Lo único que sé es que me emociona hablar y pensar sobre los temas que trata la película. Y me aburre hasta dormirme de pie, lo convencional.
Nadie dijo que tener dieciséis o dieciocho años fuera maravilloso. Está bien que este tipo de películas recojan, un drama, mezclado con la valentía de unos chicos que se sienten perdidos y que sufren y a la vez, viven minutos en los que experimentan la felicidad plena al sentirse vivos, aunque sólo sea a ratos. El cine es diversión, pero en ocasiones, existe espacio para la reflexión.
Nunca vería "50 sombras de Gray" y sí un par de películas más como "Las ventajas de ser un marginado-invisible" ¿Por qué? Porque es más auténtica y real, incluso en lo que a sexo se refiere.
Curiosidad: Leo una crítica en la que destacan que gustará a personas que eran jóvenes en los 90. No creo que los jóvenes de ahora carezcan de sentimientos y de empatía (al menos no todos) Director: Stephen Chobsky Guión: (Libro de Stephen Chobsky) Reparto: Logan Lerman
Nota II: Paso de un trailer cuando no recoge la esencia de la historia que hay detrás. Nota III: La vida sigue siendo hermosa y complicada a pesar de creernos más sabios. Al final lo que duele, duele y mucho, pero cuando se es feliz... somos infinitos, con 16, 26, 36...
Hay personas que maldicen cuando el despertador suena. Maldicen en arameo. Si se les queman las tostadas o la leche se calienta demasiado, vuelven a maldecir. Cuando salen de casa y sus piernas les llevan hasta su vehículo o el autobús de turno, miran el cielo y se quejan si hace demasiado sol, o si por el contrario, llueve.
Quejarse es su forma de ser. Su 'encanto'. Y se dedican a protestar por cualquier pequeña contrariedad que surja en su rutina, como que alguien a quien hace tiempo que no ven, les salude y les haga perder cinco minutos de su vida mientras almuerzan.
La vida les molesta. Los demás les molestan.
Si un conocido, o amigo, acude a ellos para compartir un problema, se alteran. ¿Cómo osa ese ser humano a perturbar su paz? ¡Sus problemas sí son importantes! ¿Acaso cree ese desdichado que va por la vida con un diván soportando las neuras de los demás?
No hay mayor ofensa para él, que una persona con dificultades. ¡Él las tiene! ¡Y mucho peores! Es más, el planeta entero debería darle las gracias por tratar de ser amable. Es un esfuerzo tan grande, que ni un Óscar sería suficiente premio a su gesta.
Ayer, me encontré en una parada de autobús a un matrimonio veterano. Ante las preguntas de rigor sobre el tiempo que llevaban esperando, me dieron una lección. Una más de las que tengo que seguir recibiendo.
Ni era mi mejor día, ni tenía ganas de estar allí. Quería que el autobús llegara y marcharme a casa. Pero ellos tenían un plan. Mucho mejor que esos vídeos motivadores tan buenos que encontramos por Internet.
El hombre, un caballero sin un cabello en su elegante cabeza, con pequeñas gafas y mirada pícara, me confesó -como suelen hacer las personas con ganas de hablar- que llevaba 65 años junto a ésa mujer.
La mujer, una señora con la sonrisa puesta desde el minuto uno, no paraba de insistir en que me sentara a su lado. A lo cual me negué dándole las gracias.
Llevaban desde las 12 sentados allí, esperando un autobús que no llegaba nunca. Él miraba a la acera y señalaba con la cabeza las gotas de lluvia que hicieron acto de presencia. Frunció el ceño.
Pero ella, más rápida, me contó que todos los días amanecía diciendo lo mismo: hoy va a llover. Sin importar el mes, la estación, ni la hora. Mi primera sonrisa del día, o tal vez la segunda.
Luego le incitó a que no protestara. Llevaban varios días sin salir de casa, y al menos habían:
- Visto pasar coches
- Les había dado el aire
- Y estaban hablando con una chavala simpática (ahora explico lo de chavala)
No he visto una manera tan graciosa y digna de transformar una pésima situación en algo agradable. ¿La comida? Ya no le daba tiempo a preparar algo sofisticado, así que gracias al autobús comerían algo distinto. Sencillo.
El hombre me miró mientras observaba un coche. Tenía uno nuevo en su campo y nadie lo utilizaba. Asentí. ¿Era una propuesta?
A esas alturas de la conversación, y de espera, cansada de estar en esa posición en la que se colocan los futbolistas, pero con bolsa de la compra en vez de balón, acabé sentada junto a la señora que estaba más contenta que el niño que a nuestro lado, nos martirizaba con los petardos que tiraban al unísono él y su padre, uno de esos seres vestido como si fuera un adolescente, que sonreía de manera un tanto estúpida, he de confesar. Lo apunto porque intuía que estaban molestando a mis venerables acompañantes, pero tampoco le dieron mucha importancia, así que me olvidé del niño y del progenitor ipso facto.
De repente el caballero lanzó al aire un suspiro: "Qué malo es hacerse viejo". Y sin pensarlo le contesté que peor era no serlo. Provocadora...
Me sonrió mientras me preguntó lo que todos los señores que saben que aparentan menos edad, gustan de plantear: ¿Cuántos años crees que tengo? y sin darme tiempo a decir una cifra, me espetó, "90"
¡90! ¿90? 90...
"Y yo, 83", anunció la mujer mirando al suelo.
¡Aquello era imposible! Esa pareja de tórtolos habían hecho un pacto con el diablo. Y con las buenas maneras, todo sea dicho.
"¿No te he dicho que llevo 65 años junto a esta mujer?", me preguntó con una media sonrisa...
Un poco roja, asentí. Supongo que cuando me lo había dicho mi cabeza estaba saturada de otros pensamientos más "importantes".
¿Entienden ahora lo del término 'chavala'? Prácticamente una adolescente para ellos.
Antes de llegar el autobús, la señora, adivinando que en mi cara mucha alegría no se reflejaba me comentó que no debía estar triste. "Uno tiene que estar triste cuando fallece una persona a la que quiera mucho, nada más"
"Tengo tres hijos. Buenos chicos. Los tres tuvieron novia muy jóvenes. Los tres se quedaron sin ellas tras diez años juntos. Fueron ellas... ellas les dejaron. Creo que una está arrepentida"
Yo la escuchaba con atención.
"He sufrido mucho con ellos. Estaban tristes. Pero ahora son felices los tres. Con tres buenas mujeres"
Y yo no pude evitar pensar en que me estaba contando un cuento. Y los tres vivieron felices para siempre y comieron perdices, pero pronto volví a recuperar la sensatez.
El volvió a sacar el tema del coche. "Ninguno de ellos lo quiere. Y está nuevo, de verdad..." a lo que ella añadió como si él no la escuchara "Es que ya no está para conducir..."
¡90! ¿90? 90...
Y el milagro se produjo. Nuestro vehículo llegó. Ya no estaba nerviosa. Y creo que triste tampoco. Las miradas tiernas de esos dos personajes, me habían trasmitido mucha ternura y paz. Deseé que fueran mis abuelos. O amigos de mi familia de toda la vida. Y poder visitarlos. Valoro el sentido de humor y cómo gestionan los momentos desagradables, algunas personas. Sé que aquella mañana no les importó estar sentados durante una hora en aquella parada.
Sé que me faltó algo: darles un abrazo. Y lo pienso ahora que escribo estas líneas. Sí, soy de esas locas que preguntan "¿Te puedo dar un abrazo?" Y estos dos, se merecían uno y bien grande.
Las mejores historias no ocurren en paisajes ideales, sino en lugares donde el asfalto, las prisas, y la gente conviven. Sólo hay que detenerse, y escuchar.
Los lugares son como algunas personas. Si te importan, descubres recovecos aunque las hayas visto o escuchado un millón de veces. Con el castillo Santa Bárbara ocurre lo mismo. Visitarlo hoy fue una improvisación por parte de una amiga. No entraba en mis planes, como la mayoría de las cosas bonitas de la vida.
Con una humedad que convertía las aceras en pistas de patinaje y un sol que a su vez, calentaba nuestros rostros, hemos iniciado el ascenso a uno de los lugares más emblemáticos de Alicante junto al parque de la Ereta. Pero no estábamos solas, otra amiga se ha unido a esta pequeña aventura. Cuantas más mejor.
Y así, juntas, con mochilas y ganas de respirar otro aire hemos pasado una jornada de sol, de historias que desconocíamos, como la del burro Manolo y horas después hemos descendido ligeras de equipaje y de problemas.
No sé si debo dar las gracias al Benacantil, a ellas o a todos los iones que se han venido conmigo. Pero la esencia de la felicidad no está en los grandes sueños o metas que nos imponemos, sino ahí al lado, junto a esa amiga, frente a esa playa, dando de comer a unos gorriones.
Cuando era pequeña me gustaba automecerme. Ahora suena extraño pero me pasaba
horas balanceándome contra el respaldo del sofá entonando una melodía. Era la
pesadilla de las escasas visitas de mis padres. Recuerdo que añosmás tarde reían recordando
lo absurdo de mi comportamiento, pero probablemente aquél baile tenía algún
significado profundo.
Cuando era pequeña una señora mayor cuidaba de mí. "A la niña no te la lleves al médico que allí hay microbios" le
espetaba a mi madre cuando debía ir con mi único hermano. A los niños no se les
puede dejar a cargo de cualquiera pero ella tenía un pañuelo especial para mí.
Además de una caja de galletas inmensa que guardaba en un armario que a mí me
parecía siniestro hasta que veía que regalaba dulces.
Íbamos juntas a hacer la compra. Yo debía medir
'dos centímetros' pero llevaba una capacita como la suya. "Niña, cuando tú
vayas a cruzar siempre tienes que mirar a los dos lados" y su acento gaditano
me hacía sonreír mientras asentía. Le ayudaba a hacer la comida aunque mi única
labor consistía en poner en la olla una pastillita de Knorr, más de una vez
abrí ese cuadrado que olía tan bien y lo probé. Sabía a rayos y centellas, pero
nunca me regañó. O sí, prefiero pensar que no.
Un día se tuvo que marchar y se
fue hasta Vigo a vivir. Ya no era la niña de nadie. Sí de mis padres pero no de
esa señora que me trataba como a una adulta y luego me mimaba como a una
princesa sin reino. Llegó el momento de las cartas y el ver cómo crecía a
través de fotografías. Le contaba todo, mis cosas, las que ocurrían en el
barrio... Poco a poco iba perdiendo algo de oído y cuando llamaba sabía que le
tenía que gritar. "Niña, ¿tienes novio?" "No..."
"Mejor niña, mucho mejor" .
Y esta madrugada, a la una... su
hija, tan maravillosa como ella me dio la noticia: mamá ha fallecido. Tenía cien años y ocho meses. Pero su voz era juvenil, alegre. No creo que se sintiera mayor
nunca. Tal vez aquella actitud también me lo enseñó porque en más ocasiones de las que
debiera me siento como una niña. Señora Concha hizo usted más por mí de lo que
imagina.Bueeeno la tutearé que siempre lo olvido. DEP.
Toda España habla de "caos aéreo". De que por primera vez en Democracia entramos en Estado de Alarma. Todo es una locura, un despropósito. El país en vilo en manos de unos cuantos señores y señoras privilegiados, los cuales son conscientes de que por su posición pueden paralizar un país.
Un médico canario que ha quedado en una terminal atrapado declaraba: "¿Qué ocurriría si yo me pongo en huelga (aunque esto no lo es...) y me negara a operar al hijo de uno de estos señoritos? jamás haría algo así". Todo un caballero dadas sus circunstancias, y un motivo para reflexionar.
¿Cómo ha llegado a tener tantísimo poder este colectivo? Por supuesto que tienen derecho a la huelga, pero ¿lo fue? La imagen de nuestro país en el exterior queda dañada. ¿Acaso les importa?
Las personas que debían volar por mil y una razones tampoco les quitarán el sueño. Ellas han visto truncadas sus ilusiones por unas merecidas vacaciones, un viaje por trabajo, la asistencia a un funeral, a una boda, etcétera. ¿Y su dinero, y los gastos que vendrán, quiénes los cubrirán?
Ese grupo de trabajadores no practica la empatía ni con niños durmiendo en el suelo, ni con mujeres embarazadas, ancianos, personal del aeropuerto que cobra unas cantidades irrisorias y están atendiendo lo mejor que pueden a los clientes por el desaguisado que han provocado. ¿Deberían pedir la baja estas personas por estrés? No lo harán porque ellos sí son profesionales.
Pero vamos a centrarnos en nuestra ciudad, Alicante. Ha llegado a mi correo una historia (de tantas) que trata sólo de ser un ejemplo de lo que están pasando esas personas que compraron sus billetes y se han visto involucradas, sin quererlo, en esta locura.
Os dejo un fragmento de dicho email enviado por los amigos de Artegalia: Un avión con ayuda humanitaria y una expedición de más de 160 personas, entre cooperantes, voluntarios, familias acogedoras y miembros de ONG, se ha visto retenido en el aeropuerto de Alicante, atrapado por el "secuestro" de los controladores aéreos españoles, desde las 20'00 h. del viernes por la tarde.
Todo el cargamento, así como los activistas que iban a viajar durante estos días a los campamentos de refugiados saharauis, llevando ayuda humanitaria, niños enfermos, y un cargamento de numerosos materiales de primera necesidad, está cancelado desde este viernes, por la acción terrorista cometida por los controladores aéreos, que han secuestrado en los aeropuertos españoles a más de 300.000 victimas.
Un miembro de Artegalia Radio formaba parte de esta expedición al Sahara, y está también retenido en el aeropuerto de Alicante a la espera de nuevos acontecimientos. Entre las 160 personas, aparte de niños enfermos saharauis que regresaban a los campamentos, se encuentran representantes de instituciones públicas, miembros de ONG, y personas llegadas desde Valencia, Madrid, Albacete, Murcia y Zaragoza, que no tienen medios para regresar a sus ciudades y se encuentran en las instalaciones del aeropuerto.
Siempre he querido trabajar en un medio de comunicación. Al igual que sabes cuál es tu plato favorito a veces tienes claro lo que te apasionaría como trabajo. A mis ocho años ya escribía (niña repelente) Pero la radio me cautivó, fue un amor a primera escucha. ¿Escribir? Quería ser una columnista, escritora, guionista... y siempre, siempre iba con una libreta y un bolígrafo ¡que la inspiración me pillara con herramientas de trabajo!
La soñadora se dio de bruces con la realidad. Con una voz radiofónica - o eso me comentaban- trabajé en una radio pero de recepcionista. Estudié publicidad porque era igual que periodismo. A pesar de ello trabajé en alguna publicación digital, comencé una novela, hice prácticas en un periódico y estuve al frente de una nueva revista. Mi candidez y ese pensar "todo el mundo es bueno" cayó fulminado
¿En qué punto estoy? En el de luchar por Alicante Cuenta. Por rescatar y dar voz a Paco Huesca, por ejemplo, ¿la razón? leed el post "Pongamos que hablo de..." y los comentarios contestarán a esa cuestión. A personajes de esta provincia. Contar con colaboradores como Roberto Muñoz que hace un soberano esfuerzo para escribir sus curiosidades, reflexiones y dar ese punto de originalidad al blog. Estrechar lazos con lectoras desde Argentina, también es un ejemplo.
Tras pasar por pseudoentrevistas en las que te ofrecen trabajar gratis y vivir una experiencia virtual en Escuela de Presentadores de Jesús Hermida un tanto especial; otra vez los piropos y otra vez la nada... me hallo aquí. En Alicante, donde nací.
Mis sueños nadie me los robará y si no hay un hueco en tal o cual medio, ¿me he de quedar muda? Hoy escuché a un periodista colombiano, hacía alusión a la forma de tratar la noticia, él se consideraba de la Escuela Norteamericana donde el informador se limita a los hechos y sus editoriales no cojean hacia un lado u otro de la clase política. ¿Lo podremos conseguir aquí?
Estoy aquí porque no renuncio. No quiero conformarme. Y Alicante Cuenta nació como muchos proyectos que emprendí sólo que en esta ocasión una persona maravillosa está a mi lado. Y tras este desnudo emocional sólo me queda mandar un beso a Nacho, mi amigo que nos dejó el pasado día 7. Tu entorno es el que te suministra el combustible para no pisar el freno.
Gracias por leernos en este modesto y pequeño rincón.