12 de abril de 2011

No es nada mamá, solo el recuerdo.


Mamá, nueve años ya. Y parece casi una eternidad. Porque no fue ayer. Fue un viernes doce de abril de 2002. Por cierto un día después de Santa Faz,y a una hora muy cinematográfica, las seis de la tarde.La hora de la primera sesión. Siempre el cine, mamá.

Lo malo es que fue la última (sesión) y se puso el fin a una historia que nos duró cincuenta y seis años juntos.Cincuenta y seis años de amor y de ternura,de enojos,de cariño y de lealtad inquebrantable.Más del doble que la de mi padre.

Sin pretenderlo tuve un matriarcado.Estás presente todos los días,casi todas las horas, pero en esto de los aniversarios suele ser más duro.Se agolpan los recuerdos trágicos y los momentos dramáticos.

Aunque quisiera recordar los bonitos,las épocas alegres,tu risa y lo guapa que eras (recordabas a algunas estrellas de la época como Hedy Lamarr), aunque me decías que era el hijo menos zalamero,cariñoso - en cristiano un soso - y tú la madre menos besada.

Ya sabes que lo mío siempre va por dentro.Exteriorizaba poco. Dudo exista hijo que te haya llorado- y llore- más .Perdona.Siempre digo que todas las madres son ricas cuando aman a sus hijos.No existen madres pobres,ni feas,ni viejas.Y nuestro pecado fue querernos demasiado.

Ayer cuando entré en tu casa, vi el sillón donde te sentabas,no es simplemente un sillón. Ni la mesa en donde comíamos es solo una mesa. Ni siquiera la ventana por donde te entraba la brisa primaveral es sencillamente una ventana.

Todas esas cosas,y muchas más,poseen ahora una pátina de tu cuerpo y de tu mente,una especie de resplandor que, aunque invisible,les presta un halo.Y no te hablo de los perfumes, los olores.En ocasiones abro el Chanel nº 5 o el Arpège de Lanvin, y creo andas por ahí.

Te fuiste por primavera hace nueve años y espero este año darte una bella noticia que sé te va a alegrar y mucho porque me quieres.
 
Pero de eso hablaremos con calma.Y la putada porque esa es la palabra,"cuanto más envejezco, más pienso en mi madre".
 
Bueno mamá,la frase no es mía. Es de Ingmar Bergman. Ya ves, bombón, siempre con el cine a cuestas.Y sigo.Era una gran mujer a quien debo casi todo cuanto soy. Te quiero, y besos al resto.
 
Paco Huesca

3 comentarios:

Joana dijo...

Lo que más me gusta de este blog- y está mal que lo diga yo- es la autenticidad. Si tenemos que hablar de un museo, de política,de cine, criticar, elogiar, describir, lo hacemos.

Pero cuando los sentimientos se convierten en noticia (hasta los personales) los tratamos con el mismo respeto y los difundimos por igual.

Las madres (las gran mayoría) están hechas de una pasta especial. Enhorabuena por haber tenido una madre maravillosa, ella seguro que está orgullosa de su hijo.

paco huesca dijo...

Gracias mil por lo que dices y por publicarlo,Joana.Besos.

Marta dijo...

Maravilloso artículo, pleno de sentimiento. Esta nota te pinta de cuerpo entero, como eres, un hombre de una gran nobleza y ternura. Te mando un gran beso y sabes, mientras los recordemos ellos estarán siempre junto a nosotros.
Marta Améndola