4 de octubre de 2010

Mi vida es una cancha


Salto inicial, da comienzo la mejor liga del mundo de la canasta con permiso de la NBA.



Partido inaugural: Real Madrid versus Estudiante, uno de los clásicos de la historia de la ACB. Nosotros, mejor dicho el Meridiano Alicante, nos enfrentamos nada más y nada menos que con el actual campeón de liga, el Tau, perdón el Caja Laboral (Domingo 3 a las 12:30). El equipo viaja con la baja del base francés Heurtel y la incorporación (con contrato por un mes) del argentino Matías Ibarra para reforzar el puesto de base.



Las sensaciones que tengo después de ver el partido de presentación ante el Blancos de Rueda Valladolid, aparte de lo positivo de la victoria (83 – 78) son encontradas, es decir, veo calidad exterior, jugadores con capacidad para generar canastas y buen tiro desde más allá de los 6,75m y en estos incluyo a Doellman que tiene una excelente muñeca y visión para asistir a sus compañeros, pero su capacidad reboteadora es menor que la del lituano sevillano; por otra parte, echo de menos un hombre que genere canastas cerca del aro.



Pape Sow nos da esa consistencia defensiva y entrega que tanto agradecemos en un jugador, pero tanto el senegalés como el lituano Martynas son más finalizadores de jugadas. 

De todas formas esta temporada partimos con la ventaja de no tener una rémora en el puesto de pívot, ya que parece que todos vienen en forma y Erdogan (espero que esté centrado) es mucho más jugador que nuestro amigo Hill.



Seguiremos la trayectoria del equipo y contaremos algunas anécdotas relacionadas con el deporte de la cesta en próximos artículos.





Un saludo desde la línea de tres.





P.D. Vuelvo a animar a todo el mundo para que se abonen que el espectáculo está asegurado aunque lamentablemente no cobre comisión (espero que el club tenga el detalle de mandarme aunque sea una bufanda de segunda mano)




Francisco Sánchez

2 comentarios:

Alicante Cuenta dijo...

Sólo por el amor que sientes por este deporte, al menos deberían regalarte una bufanda nueva, digo yo. Buen artículo.

Enrique dijo...

Bien, muy bien. Bien por el baloncesto, quiero decir. Es necesaria esa ilusión que describes para conseguir lo que se consiguió años atrás y que ahora cuesta un poco más mantenerlo.
Siguiendo a mi hijo desde Agustinos hasta Montemar, para acabar peleando contra el Miguel Hernández de la época, fui baloncestista de grada, sujeto al infarto emotivo de la canasta del último segundo de rigor hasta que ya mi hijo lo dejó y se me fue a Murcia. A él le sigue "pirrando" todo lo que hable de canastas y a mi ya me cuesta ir a cualquier sitio, pero ese es el camino. El deporte en general y el basquet en especial, son soluciones para muchos que aún no saben ni que existe.