Es
difícil saber cómo se encontrarán los familiares de las víctimas de la barbarie
cometida ayer en Oslo y en Uyata. Y los mujeres y hombres que han quedado
con vida y observaron; unos el estallido de una bomba, y otros el disparo
indisriminado hacia sus compañeros y amigos.
Noruega,
un país al que admirar, por muchas razones. Un lugar donde el desempleo no
existe. Donde sus gentes tienen una tasa de alfabetismo del cien por cien. Un
país bello y frío pero, donde te vas a la cama tranquilo.
A
muchos noruegos-sobre todo de más de sesenta años- les gusta pasar aquí sus
días de jubilación. En nuestra provincia, lógicamente. La capital no les ofrece
lo que uno merece en esa etapa: tranquilidad y buen clima.
Hoy
estarán además de sorprendidos, llenos de dolor por lo ocurrido en su
país.Vayan para ellos nuestras condolencias.
¿Qué
decir? Les mandamos un abrazo, nuestra solidaridad desde el conocimiento-por
desgracia-de lo que significa vivir una tragedia de esas dimensiones y sin
justificación.
Beklager
Joana
Sánchez