Estar viviendo en directo el rescate de los mineros chilenos es algo emocionante. Me recuerda al sentimiento eufórico de la llegada del hombre a la Luna. Es una sensación de bien común, esperanza y alegría. En pocas ocasiones hemos visto últimamente a tanta gente de distintas naciones persiguiendo un mismo fín, como en el rescate de los hombres atrapados a 700 metros bajo tierra.
La hazaña es una gesta técnica inigualable y como ser humano me siento orgulloso de la especie cuando veo esos gestos de generosidad y amor al prójimo.
Desde el primer momento los medios de comunicación publicitaron el hecho del derrumbe y la grave situación en que se encontraban los mineros. Muchas personas no pensaron en un final feliz. La mayoría de desgracias en minas se saldan con la muerte de los trabajadores.
Desde el primer momento los medios de comunicación publicitaron el hecho del derrumbe y la grave situación en que se encontraban los mineros. Muchas personas no pensaron en un final feliz. La mayoría de desgracias en minas se saldan con la muerte de los trabajadores.
Gracias a la únion de conocimientos especializados como de la agencia espacial americana, ingenieros de todo tipo, psicólogos, médicos, oficiales de submarinos de Chile, y un largo etcétera se ha obrado el milagro. Parafraseando a Hannibal del equipo A, “Me encanta que los planes salgan bien”.
Por qué será que muchas personas, comunidades o países enteros sólo reaccionan buscando soluciones concretas para casos concretos cuando sucede algo excepcional.
¿Si no hay crisis económicas, guerras, desastres naturales tremendos, no existe ese empujoncito necesario de afán de superación y desarrollo como especie? ¿Por qué nos acomodamos?
Tenemos el potencial de conseguir nuevas metas juntos en cualquier momento. Seamos seres inteligentes y saquemos alguna enseñanza positiva de tan trágico acontecimiento pero de final feliz que se está produciendo en Chile.
¿Si no hay crisis económicas, guerras, desastres naturales tremendos, no existe ese empujoncito necesario de afán de superación y desarrollo como especie? ¿Por qué nos acomodamos?
Tenemos el potencial de conseguir nuevas metas juntos en cualquier momento. Seamos seres inteligentes y saquemos alguna enseñanza positiva de tan trágico acontecimiento pero de final feliz que se está produciendo en Chile.
El ser humano puede ser la criatura más maravillosa, sensible, agradable y desprendida o convertirse en un monstruo cuando se dan las circunstancias adecuadas. Olvidemos la parte maligna y destructiva de nuestra condición humana y centrémonos en ser mejores personas.
Ser mejor persona es algo muy sencillo, no cuesta dinero y da valor a quien lo es. Se resume en ser “más humano”. Ser más humano significa tener sentimientos, cultivar la empatía. La gente que dedica su vida a ayudar al prójimo, las personas que mueven el mundo con sus buenas acciones, que hacen que la vida siga y sobreviva, no están en las revistas ni programas de “prime time”.
No se les ve, pero su trabajo es el desarrollo que disfrutamos hoy en día como raza humana a todos los niveles. Son seres como tú y yo, que de forma anónima y desinteresada ponen su granito de arena en el lugar justo, así se construyen las bases de un mundo que evoluciona.
Acabo con una frase que me gusta de Jim Stovall:
“La integridad es hacer lo correcto aunque nadie nos esté mirando”.
Roberto Muñoz