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17 de marzo de 2016

Un paseo amoroso por Alicante


Hace unos días recibí un correo desde Alemania de parte de una persona muy amable. ¿La propuesta? Enlazar una página web que llevaría a mis lectores a encontrar lugares de su interés. 

No, gracias. No creo que quien se asome por este blog espere que le ayude a localizar tiendas, hoteles..., al menos así lo espero.

Aquí se habla de lugares que nos gustan, con encanto, con alguna historia detrás. En fin, con alma. 

En todo caso, saludos a Alemania y a algunos lectores que han pasado por aquí: 



Será porque se acerca la primavera pero he pensado en dar un paseo por Alicante amoroso, ¿sensual?, uno de esos paseos que se dan levitando, ya sabéis con esa sensación de que todo es más bonito de lo que en realidad es porque vamos 'colocados' en el mejor sentido de la expresión.

LA EXPLANADA.
JUAN JOSÉ AMORES Y DANIEL MOYA OS CUENTAN LA HISTORIA DE ESTE EMBLEMÁTICO PASEO

Tienes quince años, tus padres te dejan ir a la discoteca por la tarde los sábados (OH!) allí te tomas un refresco, bailas y lo más importante: oyes la música que te gusta a todo volumen junto a tus amigas. 

Esperas que lleguen los lentos con su ritual. La lámpara de colores chillones asciende a los cielos y las baladas del momento envuelven el lugar. Momento en el que muchos huyen a los billares, y otros no saben si mirar al fenómeno paranormal que se produce en el techo o a quien le gusta.

Y como a esa edad todos nos enamoramos de verdad, un chico te invita a dar un paseo, (probablemente no tiene ni idea de bailar)  Es el más moderno del lugar, te dice que trabaja como modelo, y a ti te parece lo más sofisticado que te ha pasado en tu corta vida.

LOS LENTOS, UNA COSTUMBRE DE LA DÉCADA DE LOS 90. IMAGEN: DIAADIA


"Salgamos a dar un paseo" y el chaval que parece David Bowie con su pelo rubio y un abrigo negro que le llega a los pies te propone dar una vuelta por La Explanada. Y con el corazón en un puño, pisas las teselas con forma de olas, le miras de reojo, y él como mucho te pasa la mano por los hombros. Debe medir como 1,80 y tú pareces su hija, pero en esos momentos de nervios en el estómago, de hacer como que miras los puestos, da igual. 

Somos unos alicantinos de tantos y tantos que pisarán ese suelo entre palmeras. Nuestras pisadas se mezclarán con las de otros paisanos que sintieron la misma emoción que nosotros, con quince, con dieciséis o veinte años.

RETRATOS ESDRAS SERNA

Pero el amor es efímero, y a esas edades más. Entonces, con unos cuantos años más vuelves a enamorarte de verdad. Esta vez es francés y ni siquiera os entendéis. El diccionario pasea con vosotros por las calles de Alicante. Por el puerto. Y le maravilla la Comandancia de Marina, un edificio que fue destruido vilmente por las autoridades. 

A él le asombra y a ti más, sólo quedan los restos... le explicas que las cosas hermosas y con historia, a veces se esfuman, y no por voluntad propia sino por el expreso deseo de quien no tiene sentimientos o sentido de la lealtad. 

Como ha visitado Alicante desde hace años, no lo comprende pero tú tampoco. 

Y con ropajes blancos, como si saliéramos de una fiesta ibicenca, tomamos un helado en el mítico kiosko Peret que lleva en la Explanada unos cien años. Somos una de tantas parejas que se han sentado allí y han degustado un sabroso helado en el verano alicantino.

Un día aparece con un retrato. Dice que lo ha dibujado él pero tú sabes que se lo ha encargado a uno de esos artistas que se sitúan en el paseo y reproducen fielmente las caras de niños que impacientes posan, o fotografían a carboncillo una imagen que alguien les ha cedido (seguro que ése fue el caso)

Él añade una frase: "JE T'AIME POUR LA VIE" pero, la vida sigue y el amor se esfuma. O no...

VISTAS DESDE EL CASTILLO SANTA BÁRBARA. SERRA GROSSA.

Y pasados unos años, vuelves a pasear por encima del suelo. El atontamiento dulce ha vuelto. Y se producen de nuevo las presentaciones: "Aquí mi corazón, perdón, aquí mi ciudad... aquí:.." y el amor a primera vista, surge. 

Se cuelga de ti, del Barrio, de la Biblioteca Azorín o Biblioteca de la playa, la Literatura que emana del edificio le debe volver loco porque te dice "te quiero" y tú le crees. En realidad, no, piensas que debe ser efecto del cóctel provocado por la dopamina, adrenalina y norepirefrina y la brisa de la playa del Postiguet.

VISTAS DESDE LA BIBLIOTECA AZORÍN


Tras recorrer playas, calles con solera, locales donde la música suena mejor y la lima con limón sabe más ácida, el tiempo pasa y compruebas que el amor no es para siempre, pero como una cría de quince años sigues creyendo que tropezará de nuevo contigo.

Sin embargo, es la ciudad la que sigue ahí, a veces dolida por cambios que no le sientan bien, que dañan nuestra vista y nuestros recuerdos, pero al final, su esencia es la que perdura y la queremos con sus defectos y sus virtudes. 

Ese es el amor verdadero. El que acepta al otro tal y como es, o como puede ser porque a veces, no está en sus manos.

Una vez más, recorreremos Alicante con emoción y curiosidad. 

El Parque de la Ereta, las calitas, el Barrio de Santa Cruz y nos sentaremos en los bancos del Teatro Principal no sé si a esperar a esa persona que nos acelera el corazón con la cual ya no paseamos, o sencillamente para ver pasar a la gente. A otras parejas que a pesar de todo, se miran como si acabasen de bailar un lento en un aparcamiento lejos de las miradas.

Joana Sánchez