Esa gran señora: Begoña Aranguren



BEGOÑA ARANGUREN

Y Begoña Aranguren firmaba libros en Alicante.Y apurando el tiempo al máximo,había recogido con anterioridad, de mi casa,"Lucía Bosé ,diva,divina"(2003) y "El amor del rey"(2010),puse el collar a Chipi,el perro de mi prima Mercedes que tenía que pasearlo, y nos fuimos a que los firmara. 

Eran ya cerca de las 20,30 horas, y allí estaba, sentada en una mesa.Una sonrisa limpia y un rostro claro con una bonita medio sonrisa.

Su pelo claro y sus ojos brillantes hace que uno se sienta cómodo.

¡Hola Begoña! Me llamo Paco ,estudié en Bilbao,me encanta todo lo vasco y te he seguido como periodista.

Hizo el intento de levantarse, me besó y comenzamos a charlar como si nos conociéramos de toda la vida. Con ese acento tan vasco y a la vez tan cercano. Al menos para mí.

Hablamos de Bilbao, de la palabra amante que considera la más bonita aunque algunos no la comprendan.Estoy de acuerdo, Begoña.Seguimos hablando de la censura,y de lo que tuvo que sufrir con su libro"Memorias de Emanuelle Dampierre".

De la hipocresía, de la política.Sobre todo del doble rasero. Y me espetó ,"si es que todos deberíamos echarnos a la calle, Paco".

Me preguntó qué hacía. Le dije, hice.Y me contestó te pega lo que me has dicho...Ya se había pasado casi diez minutos de la hora oficial de firmas y seguíamos porque nadie nos molestó. Ella con un perfecto traje de chaqueta negro con rayas de diplomático seguía haciéndome preguntas sobre Alicante.

Y uno que no tiene pelos en la lengua,decía lo que pensaba.Soy alicantino.Me habló de Madrid ,y las reuniones que se hacían en su piso.Salió a colación Mario Conde,dije que fui su compañero, y como buena vasca soltó,"pues parece tu padre". Gracias , Begoña,y yo tu hijo llevándonos un año a tu favor. El final fue hablar de Sthendal.No sé por qué.

Fue muy gratificante en este desierto poder haber hablado uno quince minutos con esta mujer que admiro.Gente cercana,sin conocerla,y que hace sentirte tan cerca y tan bien.Una maravilla.Si la mitad de personal fuera así sería un lujo la vida y la comunicación.

Cuando nos despedimos se dió cuenta que llevaba al perrito de mi prima,Chipi.Pobre, qué paciente es.Lo acarició y me confesó que tenía uno igual y se llamaba Cosme.

En la dedicatoria,entre otras cosas,me puso:"A Paco, un nuevo amigo".Y se despidió con un, "nos veremos pronto".

Reconfortante.Al salir del local,me comía el mundo, Chipi y yo.

Paco Huesca