A lo
largo de los años hemos repetido la misma canción: Alicante es algo más que
playa, y nunca como una crítica sino con la esperanza de que alguno de nuestros
lectores se animara a conocer estos rincones que humildemente hemos compartido.
Sobre
los que nos gobiernan, tal vez hayan mejorado un poco la relación Alicante y sus pueblos, pero la playa continúa en el primer
puesto como reclamo turístico. Hoy quiero rescatar una salida de hace unos
meses. ¿Conocéis La Cañada? Vamos con las presentaciones.
Esta
población se encuentra en la parte más occidental del Valle de Biar en el Alto
Vinalopó, a unos 57 km de Alicante. El término municipal tiene 19,8 kilómetros
cuadrados y es rico en acuíferos y canteras de donde se extraen rocas
utilizadas en la construcción.
Al
norte está la sierra de la Solana, al sur se alza la sierra de San Mayor, cuya
altura máxima en el término de la Cañada es la Creueta con 657 m. Pero
como en todos los viajes, uno decide qué parte escoger para contemplar.
Si
dispones de tiempo lo recomendable es visitar el pueblo, su iglesia parroquial
y sus dos ermitas. Y fue una ermita la que visitamos. Una ermita mágica, no
obstante se trata de uno de los atractivos del lugar junto con el Auto
Sacramental celebrado todos los días 6 y 7 de enero.
Cuentan
con su propia página donde nos muestran tanto las actividades, como la historia
que durante 200 años se ha venido repitiendo a pesar de las vicisitudes y los
cambios lógicos en la sociedad.
Un
rincón especial
La
ermita Virgen del Carmen es el reflejo, por su decoración, de la fiesta con más
arraigo en el lugar y se puede visitar sin necesidad de esperar a Sus
Majestades. Pero este lugar tiene su propia historia.
A
continuación, os mostramos algunos rincones de la ermita.
Situada
en un montículo de la ladera de la sierra de la Villa, la ermita fue erigida en
1891 a instancias del entonces cura de Cañada D. José Molla Planes, que había
sido Carmelita Descalzo con el nombre de Padre Salvador. En la misma fecha se
construye el via crucis que rodea la ermita.
En un
cuidado jardín hay que destacar la puerta, un óculo elíptico sobre ella y la
espadaña realizada en ladrillo macizo. Decoración de color azul y fajones
blancos.
La
planta es de nave única en forma de cruz griega, bóvedas de cañón en los brazos
y cúpula ciega sobre pechinas en el crucero. Contiene en su interior la losa
sepulcral de su inspirador con esta inscripción: “Con la Virgen en Cañada,
para siempre el P. Salvador”
(La Canyada Digital)
Sus
fiestas se celebran entre el 13
y el 18 de julio en
honor a Nuestra Señora del Carmen: con ofrendas, procesiones, un desfile de
carrozas (el 14 de julio) juegos populares y fuegos artificiales.
En
resumen, La Cañada tiene atractivos durante todo el año, bien sea invierno o
verano. Ahora sólo falta elegir un día.
Imágenes:
Roberto Muñoz