"Me gusta que los planes salgan bien" espetaba al final de cada capítulo, George Peppard.
El senderismo o el descubrir nuevos pueblos, lugares de tu provincia no es sencillo. Al carecer de información por parte de la Administración local, normalmente los aventureros se nutren de la información de blogs, webs y demás espacios que los lugareños ofrecen a los futuros excursionistas.
Almendros en flor |
Todo está preparado. Mapa. Características del lugar a donde nos dirigimos, indicaciones un tanto vagas por parte de nuestro guía, pero con la impresión de que será un buen domingo.
Estamos cerca. Llegamos. Echamos un vistazo a la hoja. "Señal de stop en un camino de tierra". Allí no hay nada. Ni señal, ni tierra. Tenemos dos opciones, perdernos-hobby que practicamos a menudo- o intentar encontrar nuestro objetivo.
Nada. La nada. El vacío.
¿Por qué no añaden señales que indiquen que nos acercamos a un paraje? Costoso no es. Imagino la cantidad de visitantes que regresaron por donde vinieron con su gozo en un pozo muy hondo.
Domingos sólo hay uno y el optimismo estaba a escala diez sobre diez. Por lo que decidimos acercarnos a Benifallim. Un pueblo de no más de 125 habitantes. Los almendros nos rodeaban y parecía que Japón sintiera envidia de nuestros almendros (¿Por qué siempre nos parece mejor lo de fuera?) El blanco y el rosado poblaban nuestro entorno.
Vistas desde la Carrasqueta |
Maravilloso paisaje para degustar nuestras sencillas viandas.
Para terminar de volver loco a nuestro plan, subimos hasta la Carrasqueta. Frío intenso. Curvas y una sensación de libertad que es difícil encontrar. Hoy lunes, entre el asfalto y los humos, me pregunto ¿Los planes salieron mal?
¿Os hace un paseo por Benifallim? Perdeos, merece la pena.
Joana Sánchez