Fue una semanita dura en eso de perder gente importante en el mundo de la cultura española,y del cine en particular.Se ha pasado por alto los treinta años del primer Oscar del cine español. Era lunes, 11 de abril de 1983.Y a la hora de comer, en el telediario, mientras los españolitos andábamos comiendo, veíamos a la actriz de los años 30 , Luise Reiner con dos Oscars a sus espaldas, y Jack Valenti dar a conocer el Oscar a la mejor película extranjera.
La Reiner gritó mientras extendía los brazos hacia lo alto con el ya clásico "Volver a empezar".Algo histórico. Garci con llamativo smoking blanco recogía la estatuilla diciendo en un inglés macarrónico, algo así como" toda mi vida he soñado con este momento.Los sueños, a veces,se convierten en realidad".
Y lo dedicó a su amigo, productor y distribuidor, José Esteban Alenda, Enrique Herreros (que tanto tuvo que ver con la Montiel), Milton Goldstein y el crítico Alfonso Sánchez al que le había hecho un corto.
Y lo dedicó a su amigo, productor y distribuidor, José Esteban Alenda, Enrique Herreros (que tanto tuvo que ver con la Montiel), Milton Goldstein y el crítico Alfonso Sánchez al que le había hecho un corto.
Aquel año España llevó la peli de Garci de rebote pues las otras candidatas,"La colmena", mucho mejor, y "Demonios en el jardín",hizo que los seguidores de la de Camus por no votar a la de Gutiérrrez Aragón,se decantaran por la de Garci.Era la primera película en español con Oscar aunque Buñuel lo había ganado antes pero con película francesa.Y el personal peregrinó para ver "Volver a empezar" por las estrechas calles del casco antiguo.
En Alicante se había estrenado en el cine Arcadia sin pena ni gloria. Una semanita en cartel. Cumplir. A los meses, el film fue señalado para competir al óscar y pasó todos los cortes hasta llegar a estar entre los cinco finalistas.
Gerentaba los minicines Astoria y aposté por ella una semana antes de la ceremonia de los Oscars sin compromiso alguno.
En esa repesca estuvo una semana y días de forma discreta.Sin grandes cosas.Pero aquel lunes después de comer y sabida la noticia, me encaminé a trabajar al casco antiguo como todos los días, siempre con tiempo ,y cuando llegué pude comprobar ya una cola que bajaba por Cisneros, cruzaba Santos Médicos, con camino a La Rambla. Quedé sorprendido. Ahora la película "tocaba " verla.
Se proyectaba en la sala 1 y en cuatro sesiones diarias.Y así estuvimos más de dos meses a sala llena, y en ocasiones con colocación de sillas a petición del personal.Me sentí desbordado.
Y durante esos meses abriendo la puerta de emergencia para evacuar la sala ya que el vestíbulo estaba repleto para la siguiente sesión,me sabía de memoria el final con esa bonita banda sonora con "Beguin de Beguin" y el canon de Johanne Pachelbel.
Y durante esos meses abriendo la puerta de emergencia para evacuar la sala ya que el vestíbulo estaba repleto para la siguiente sesión,me sabía de memoria el final con esa bonita banda sonora con "Beguin de Beguin" y el canon de Johanne Pachelbel.
Había días que se vendían las entradas por anticipado y debido a la capacidad de la sala (156 butacas) se fulminaban las cuatro sesiones diarias en minutos.Me decía a mi mismo, si la peli era la misma de la semana anterior....pero claro ahora tenía el Oscar y España no había tenido ninguno en su historia.
Fue una experiencia única y maravillosa y sin entrar a decantarme por la película, algo que puede ser más que cuestionable. La crítica española se ensañó con ella. Garci y Alenda me enviaron una foto del día de la ceremonia dedicada en donde me daban las gracias por " volver" haber apostado en Alicante por su película.
De nada. Y yo contento con la experiencia pues supuso que muchos alicantinos/as subieran por vez primera al Barrio, a los Astoria en concreto, pues había que ver la peli por decreto-ley,aunque los minicines ya estaban abiertos cuatro años...pero claro ,estaban en el Barrio. Cosas.
Paco Huesca
