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22 de septiembre de 2011

Se busca


Hace un año, inocente que es una, propuse una idea: dejar un libro en un punto de la ciudad de Alicante y que viajara de mano en mano, de lector a lector como dice la copla: "como la falsa monea que de mano en mano va", sólo que este libro era mío y pensé en compartir (eso tan de moda en las redes sociales)

Ayer, mantenía una conversación con Roberto Muñoz y surgió el tema. ¿Dónde estará el libro? Tras su sonrisa pude percibir un cariñoso: "ya te lo dije", así que ahora ha llegado el momento de recuperarlo. Lo sé, otra idea más infantil si cabe.

Este invento de ocultar libros y que sean recogidos por lectores no es mía, ni nueva. Por eso creí que funcionaría, pero lo han secuestrado.


Pienso en su día a día. ¿Habrá soportado con entereza la lluvia?, ¿habrá sufrido algún tipo de humillación al ser garabateado? ¿Acabó, ante su estupor, en el contendor de basura, de la mano de un alicantino enfadado? o lo que es peor, ¿lo mató la indiferencia?.

Ahora sólo me queda su recuerdo. La ilusión con la que lo escondí en ese quiosco del barrio de Carolinas.

Si sabes dónde está, si fuiste testigo de su final, házmelo saber. Pero utiliza palabras edulcoradas, porque a pesar del fracaso, sigo creyendo en los alicantinos lectores, en los que comparten la frase:

"Él nunca lo haría"


Joana Sánchez

2 de febrero de 2011

Libros huérfanos

“Los libros son como los amigos, no siempre es el mejor el que más nos gusta”. 
Pío Baroja (1872-1956)


 
¿No les ocurre a veces que tienen en su biblioteca libros que desde que los compraron nunca los han leído? Después, un día cualquiera, cogen ese libro y descubren unas enseñanzas desconocidas. Entonces uno se pregunta: “¿como pudo estar aquí esta joya sin saberlo? ¿ Por qué no lo leí antes?”. 

Suele pasar a menudo que por falta de tiempo o pérdida de interés por ciertos temas, marchita durante años en un estante un libro que solo será leido cuando se den algunas circunstancias casi “mágicas”. 

Suele ocurrir que cuando uno está listo para cierto conocimiento aparece ese libro, una especie de maestro hecho papel, que nos guía en una inquietud intelectual o espiritual. 

Los libros pueden llegar a ser un oasis de conocimiento amurallado entre dos paredes de cartón. Encierran una fuente de conocimientos, de recursos de información y también historias increíbles que nos trasladan a una república etérea de fantasía y aprendizaje.

Alimento para el alma, sin duda. Algunos dicen que los libros son algo así como tu mejor amigo, porque aconsejan y transmiten cosas muy interesantes. 

Pero si lo pensamos bien, un libro puede llegar a ser mejor que un amigo, puesto que es capaz de transmitirte una visión de las cosas que ni tu mejor amigo se atrevería a decirte.

Después de leer estas lineas por qué no se acercan a su pequeña, o gran, biblioteca y otean el paisaje de los libros olvidados. Seguro que alguno tendrán en esta situación que he descrito. Quizás hoy haya llegado el momento de abrir cierto libro y dejarse llevar a un nuevo descubrimiento personal. Espero que disfruten de su buceo literario. Saludos.

Roberto Muñoz