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6 de abril de 2015

La mona, Alicante y rincones bellos

Mona tradicional. Fuente: Wikipedia
"Día de mona", día de ir al campo. "La mona" es una de las fiestas más arraigadas en nuestra provincia, Cataluña y Murcia al finalizar la Semana Santa. Son la guinda a días donde las procesiones y las misas son las protagonistas. Aunque desde hace años la connotación religiosa no va unida a esta celebración.

El nombre proviene de la munna, término árabe que significa «provisión de la boca», regalo que los musulmanes hacían a sus señores.

Este dulce se relacionaba con los días de abstinencia propios de la Cuaresma. "La mona" era un obsequio que se les daba a los niños por parte de sus padrinos. Aunque hoy día lo importante es hacerse con una, y cumplir con la tradición de ir al campo a degustarla. Te la puede regalar un amigo, o comprarla tú mismo.

En mi niñez recuerdo que íbamos al campo, tanto en Alicante como en Mula (Murcia). De adulta también. Ya que en esta zona tanto el domingo como el Lunes de Pascua, comer la torta junto con el huevo - que acaba estampado en la frente de alguien del grupo- se vive con la misma intensidad que aquí o en Cataluña. Eso sí, un poco de chocolate no puede faltar.

A pesar de que los años traen costumbres nuevas, llama mi atención que el sábado mucha gente no quisiera trasnochar porque al día siguiente "se iban de mona". 


Mona de Pascua catalana


Otros eligen el Castillo de Santa Bárbara para pasar el domingo o el día de hoy. Las monas de Alicante no son tan elaboradas como las de Cataluña donde el chocolate está presente, pero poco a poco, la sencillez del dulce ha ido variando, y las pastelerías compiten en sus escaparates por mostrar la más original. 

En los supermercados las venden con toda clase de formas y sabores. Pero no pueden equipararse a las que preparan los panaderos. Por añadir una curiosidad, en un centro comercial pude observar una suerte de "gallinas" de chocolate procedente de Francia, destrozadas, aquello daba pena. Todo un pasillo con figuras bien elaboradas, que irían a la basura por diversos destrozos.

Así que para finalizar, quien no haya comido "la mona", aún está a tiempo. Solo o en compañía, hay ciertas costumbres que no se deben perder, aunque sólo sea por el placer de sonreír, mientras alguien te persigue para "esclafar" el huevo en tu frente.




Joana Sánchez