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6 de julio de 2013

Cuatro horas (casi insoportables) con Mario


Y llegó la noche de Mario Conde. La tv.movie basada en  su tocho "Los días de gloria" que fui incapaz de acabar. El primer capítulo está bien interpretado y cuenta- a su manera- la efervescencia financiera de una época que dio lugar a la cultura del  pelotazo y al dinero fácil. En esta  parte se habla de los días de gloria más bien poca gloria (como un Mario extraño en el plató comentó)

Quedan los años de la caída, siempre más dura, hundimiento y resurrección como apuntaba una y otra vez la maestra de ceremonias Ana Rosa Quintana.Y en esta parte jamás se vio un hombre derrotado o humillado. Todo lo contrario. Un Mario Conde sobresaliente sin reconocer sus errores, ni actuaciones delictivas. El fue la víctima del sistema. Y él solito contra el sistema. Esa es su argumentación.Y de ahí no lo sacan. 

Una peli de casi puro cine negro donde hay malos, muy malos, y buenos..como él .Con un  Solchaga, Rubio, Boyer malísimos. La figura clave es Abelló al que le debe todo, y así reconoció en plató en un inusual acto de humildad por parte de Mario. Bien dibujada y en donde- una vez más- Mario con ese don del cinismo que siempre le ha caracterizado, va apartando porque ya no le interesa.

Pero Abelló demuestra su "savoir fair" y se aparta antes, y aunque no se dice en la serie a instancias de la mujer de este. 

En la serie se demuestra el  ascenso del ya banquero que quería ser político aunque lo suele negar, y en donde para estar"a la page" debe comprar fincas, ir de cacerías, regatear con don Juan y hasta gustar del Rocío, cosas que jamás gustó...Y Garro en la primera parte sale poco. El traidor.

Y Navalón, el intermediario  en el personaje más negro y siniestro de la serie. Mario se configura como un posible salvador de la patria en donde culpa de todo la alianza entre González y Aznar. No le interesaba la política-dice y vuelve a decir - pero su ambición hubiera sido liderar la derecha española que por entonces hacía su travesía del desierto sin orden ni concierto.


Y esto en la primera parte.Luego vino la entrevista en plató y la escenificación de un no- debate con periodistas y economistas en un set aparte de ese plató en donde la estrella era Mario por contrato. 

Un Mario en momentos hasta lloroso, algo teatral y en donde su ironía -antes se llamaba mala milk- salió en varias ocasiones cuando  pusieron comentarios de conocidos periodistas a los que al parecer Mario no conoce y llegó hasta humillar, y tuvo que salir al quite Ana Rosa.


No ha cambiado.Sigue igual. Con esa sonrisa forzada, los tics,su palabra fácil y sentando cátedra.Cuando parecía comenzar el no-debate, el periodista Ernesto Alkaizer ,muy enojado, dijo que el formato elegido por Mario no era correcto, y al estar alejados no permitía ningún tipo de debate y  emuló  que  ahora hay presidentes que hablan en plasma y  no se hacen preguntas y debates a distancia sin derecho a réplica.Y tenía razón el periodista.

Y uno como ya andaba cabreado desde el comienzo en donde por enésima vez la cadena sacó la  película  y fotos privadas  que Mario y yo nos tomamos en primero de carrera con el rótulo: "escenas inéditas" y desde las diez de la noche,ya era demasiado para el cuerpo.

Así que me largué a tomar un bourbon. Lo necesitaba más que nunca. Espero rectifique -lo dudo- y en la segunda parte tenga las agallas suficientes como para someterse a un debate de verdad. Mario, rectificar es de sabios.



Paco Huesca