6 de septiembre de 2012

Alicante insólita




Andaba el otro día por la parte final de la calle San Francisco, la más cercana al Portal de Elche. Iba cargado y me resultaba bastante difícil circular por dicha calle, en ese tramo es peatonal, y a diestra y siniestra estaban colocadas las mesas y sillas de los restaurantes dejando un paso muy estrecho. 

Tal es así que no cabíamos los que íbamos en una dirección con los que venían en la otra.

Y eso mismo ocurre, en mayor o menor medida, en otras calles céntricas de la ciudad. San Ildefonso, un tramo de Castaños, y no digamos de plazas como Portal de Elche o Calvo Sotelo tomadas por mesas, sillas sombrillas.

También los paseos, que se llaman así porque eran para pasear o sentarse en un banco, están siendo tomados por sillas, mesas y sombrillas. 

El parque de Canalejas también se sumará, si es que no lo ha hecho todavía es que a este paso, nunca mejor dicho, los viandantes deberemos andar o pasear por la carretera, por el puro y duro asfalto, y dejar los paseos y calles peatonales para mesas y sillas. Y es que estas cosas  suelen ocurrir en Alicante.

Si ya con lo de Ciudad de la Luz está dicho todo. Unos estudios que eran para rodar pelis. Los más de Europa. El Jolibú español como lo llamó un exalcalde. Pero como no se rueda ni una bicicleta. Se les "alquila" a los cineastas amateurs para sus prácticas y para rentabilizarlos (?) se realizarán cenas los fines de semana a modo de restaurante.

No me digan ustedes que esto no  es surrealismo puro. Pero para que haya constancia de que en  unos tiempos  no muy lejanos se rodaron eso, películas, en  Ciudad de la Luz, a la Dipu se le ocurre  la ingeniosa idea  de proyectar por la provincia las pelis que se han rodado en dichos estudios. Como dejando constancia de la cosa. Porque lo de próximas  es más que impensable.

 Y la guinda, el Hércules, farolillo rojo, el último de la lista con tres partidos perdidos consecutivos sigue el entrenador, y el presi dice estar con él. Y traen a unos jugadores que pasaban por ahí, y el dueño del cortijo, a  vivir que son dos días. Una afición y una ciudad que no se merece semejante esperpento. Pero parece una comedia bárbara.

A esto, lo otro, y lo primero, le llamo Alicante insólita. No se me ocurre otro adjetivo.



Paco Huesca

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