18 de abril de 2011

Un autobús llamado deseo


En muchas ocasiones he de tomar la línea 6. Por las tardes hay menos autobuses que por la mañana. ¿La razón? La desconozco. El otro día salí de casa a las 15: 40 para llegar a las 16:40 a Renfe donde me esperaba una persona.

Llegué justo a esa hora. Es decir, estuve esperando veinte minutos y tardé casi cuarenta en llegar al centro de Alicante.

Esta ciudad no es muy grande. ¿Quién me devuelve esos minutos? Siempre no se puede coger el coche, ni tampoco bajar andando (que lo hago en ocasiones) Tengo una vida.


Tengo minutos que rellenar con experiencias, con cosas que me hacen sentir bien. Los libros antes me "sabían" bien cuando iba a la universidad y debía tomar cuatro autobuses diarios, ahora no. Me estresa la lentitud. La parsimornia.

No me gusta estar encerrada entre esas cuatro paredes yendo a paso de tortuga como si fuera ciudadana madrileña. Lo digo por las dimensiones de la capital, no por su transporte que es de quitarse el sombrero. Y amigos, Alicante no es Madrid. Es diminuto.

Me aburro, señor responsable de los autobuses. Y además no me gusta llegar tarde. Por ello salgo con tiempo pero ¿para qué?  si usted no hace los deberes.

Esto no es la típica carta de un ciudadano enfadado a un periódico a la sección de Opinión. Es el reflejo de todos los usuarios de esta línea. No queremos TRAM, ni flores que decoren cada rincón, simplemente queremos ser dueños de nuestro tiempo. Que lo esencial, funcione.

Y ya que nosotros predicamos con el ejemplo tomando transporte público exijo un cambio. Que retiren las "cien"paradas que hay antes de llegar a la última.

A los conductores y a la única conductora (majísima) les doy un diez por su paciencia y su saber estar. Esta reflexión cargada de apatía hacia nuestro transporte público va dirigida a  los jefes, el Ayuntamiento y a quien corresponda.

A veces las cosas pequeñas pueden convertirse en grandes tragedias (laborales, entrevistas, encuentros significativos...) las personas no tomamos el autobús por su comodidad. Al menos la línea 6.


Joana Sánchez

4 comentarios:

LaCuarent dijo...

Es así mi niña, los pequeños estamos menos atendidos debe ser eso que llaman rentabilidad
Besos
Ah! he creado un premio para los seguidores del blog si se te apetece es tuyo

YoSabina dijo...

Se me hizo muy interesante el título pero luego no encontré demasiada relación con "A Street Car Named Desire".

Aunque si debería de mejorarse el transporte público y los conductores (algunos) tienen estrellita por su paciencia.

YoSabina

La que desea la llegada del bus dijo...

Lo siento YoSabina. Puede que hoy no esté muy inspirada, pero lo que más deseo cuando estoy en una parada, y en breve he quedado con alguien, es la llegada de ese vehículo.

Sé que que el contenido no es tan atractivo como el título de la película (tranvía) pero al menos han entrado y has dejado un comentario y te lo agradezco.


Joana

Anónimo dijo...

++++++++++++, bravo.
Yo vivo en La Playa y eso es como el 6, no sé si será hasta peor. Decimos en La Playa que las paradas del autobús se ve a lo lejos pues cuando ves a un peatón en el centro de la calle con la mano haciendo visera buscando en el horizonte, (por si ya viene el bus), ahí hay una. Por otra parte cuando te sientas en un banco de las paradas, tan monas ellas y ves a alguyien allí sentado y le preguntas si lleva mucho, te das cuenta que, sin hacerlo, parece que te va a insultar.
Suerte con tu 6, yo seguiré con mis 21 y 22, llorando por su mejora.