13 de diciembre de 2014

Los fantasmas del Ideal.




Sepan aquellos que no estén al corriente de que el Ideal Cinema, del que estoy hablando fue un cine de estreno preferente que iluminaba la antigua avenida de José Antonio. 
Echaban NO-DO y películas de esas que tú detestas y me chiflan a mí, llenas de amores imposibles y pasiones desatadas y violentas.Villanos en cinemascope y color por de Luxe.Hermosas damas y altivos caballeros del sur tomaban café en el  Ideal cuando apagaban la luz.
Era un típico local como el Avenida  al que  no le faltaba un gallinero con bancos de madera, oliendo  a zotal , mirándose en sus ojos claros y el patio de butacas aplaudió con frenesí  en la penumbra del Ideal ella dijo que sí.
Yo fui uno de los que lloró cuando anunciaron su cierre sin un cartel de Borja "próximamente en este salón".En medio de una roja polvareda el Ideal dio su última función y malherido como King Kong se cerró y en su lugar se instaló una tienda de ropa  ideal. 
Pero de un tiempo acá, en la tienda, ocurren cosas a las  que nadie encuentra explicación.
Un vigilante de seguridad nocturno asegura que un transatlántico atravesó la entrada y en cubierta Fred Astaire y Ginger Rogers se marcaban el Continental.
Atravesó la puerta de cristal y se perdió en dirección al Mercado Central.Y como pólvora encendida por Alfonso el Sabio y la Constitución está corriendo la voz que los fantasmas del Ideal son  algo más que un rumor.
Cuentan que al ver a Clark Gable en persona en la sección de chaquetas con su sonrisa doblada y socarrona, una   cajera  se desplomó. Y que una dependienta  sorprendió en un vestidor al mismísimo Glenn Ford abofeteando a una rubia platino.
Así que no se espante ,amigo, si esperando el autobús le pide fuego George Raft.
Son los fantasmas del Ideal que no descansan en paz.
Paco Huesca

11 de diciembre de 2014

De exposiciones, talento y una seta en mitad del camino.



Hacía años que 'conocía' al pintor Fran Romero por estos mundos de Internet pero no en persona. Ayer por la tarde, con la llegada de una exposición itinerante en la que una de sus obras participaba, la también pintora y escultora, Elisabet Ibáñez y servidora nos dirigimos con paso firme al Casino Mediterráneo.

Previamente, hicimos una parada en la Asociación de Artistas Alicantinos donde ella iba a participar en un próximo evento y necesitaba entregar sus cuadros. Aproveché para revisar algunas pinturas de la exposición "El desnudo en el arte" donde participó con "El yin y el Yang". 





De vez en cuando es interesante respirar creatividad. Mirar los olores que emanan de las pinturas y creer que todavía existe la suficiente sensibilidad para que algunas personas pasen horas y horas frente a un lienzo dibujando, creando...


Una vez finalizada la primera visita, desafiando el mal tiempo o esta bendita humedad de Alicante, caminamos hacia el puerto. Con la buena idea de atajar el camino, nos dirigimos a la Calle San Francisco, tan conocida por estar poblada por unas 'setas', contra las cuales no tengo nada ni a favor ni en contra, el protagonista inesperado de la tarde fue el suelo. Un suelo mal pintado que me invitó a mirarlo más de cerca. Sí, me caí.

Y mi pregunta es: ¿Qué hubiera pasado si el mal hubiera sido mayor que una herida en mi rodilla y un brazo y muñeca ídem? Mi compañera me advirtió de que la pintura empleada no era la correcta, su textura la hacía especialmente resbaladiza y con la humedad aún más.

A todos nos gusta la belleza. Pero la belleza es un término con muchos significados y un tanto subjetiva, tal vez el dolor que siento se me vaya en un par de días, pero ¿era necesario cambiar el suelo? de hecho ¿eran necesarios estos hongos? ¿la calle resulta más hermosa a los ojos del viandante?

Tras la surrealista historia sólo puedo llegar a dos conclusiones, la primera, no dejen de visitar las dos exposiciones, sobre todo cuando no haya mucha gente, así se disfrutan más, y por otro lado, cuidado con las setas que las carga el diablo, pisen firme y lleguen a su destino con una sonrisa tal y como me la dibujé yo.


Joana Sánchez

8 de diciembre de 2014

¿Cumpleaños feliz?






Cumplir años para mí es una bendición. ¿Más mayor? Sí, claro. Y  más tiempo que he invertido en intentar ser mejor persona. Sumar años es algo que ocurre sin darnos cuenta, sobre todo cuando te sientes espiritualmente joven, mentalmente curiosa, con tanto por hacer y descubrir todavía. 

Pero sobre todo, cumplir años es una suma de aciertos y errores de los que aprender y crecer, porque he hecho muchas cosas mal, quizás no a propósito y sí por desconocimiento...

Os contaré una historia. El otro día un señor andaba perdido buscando una parada de autobús, le dije que me acompañara. Medía un metro y noventa centímetros aproximadamente, llevaba una sudadera negra con capucha bajo una chaqueta del mismo color. Su porte era elegante y juvenil.

Tenía 71 años y venía de un centro de mayores "de bailar". Estaba algo deprimido. "Son todos viejos" me confesó. Y mientras esperábamos el bus le dije que le entendía porque las personas no llevamos un sello en la frente que nos identifique como jóvenes o mayores y nadie tiene derecho a decidir qué nos gusta dependiendo de nuestra edad. Cuanto menos un centro municipal con la etiqueta "para mayores".

Para él aquella experiencia había sido un mal trago ¡se sentía joven! ¿Por qué le dolía todo después de haber estado sentado allí horas y horas? Porque no había bailado y el ambiente le había deprimido, una locura ¿verdad?

Su esposa estaba enferma pero le parecía bien que él (mejor de salud) saliera a bailar porque era lo que le llenaba de vida. Tras una breve conversación se bajó en su parada tras besar mi mano y desearme feliz navidad. 

Le miré, "ahí va un viejo-joven", pensé. Espero que encuentre ese sitio donde encajar.

Pues eso, que hoy es mi cumpleaños y me siento joven como él, con energía y afortunada. No he tenido un millón de regalos pero sí de abrazos, de llamadas, también de esas felicitaciones por Facebook que tanto nos ilusionan ¡venga, que sí, que nos gusta! y ayer me cantaron el cumpleaños feliz ¿se puede pedir más? 

No. Que te quieran es el mejor regalo.

Sólo deseo cuando tenga la edad de ese hombre si no encajo con las personas de mi edad que me dejen rodearme de gente positiva, joven de espíritu y con ganas de descubrir este mundo con tanto por ofrecer.

Sois muy guapos todos, por dentro y por fuera. 

¿La última llamada? la de mi segunda madre, la mujer cuyo marido se fue a trabajar sin dormir tal día como hoy hace muchos años por mi culpa. 

Esa canción de ahí arriba va por vosotros porque hoy he dicho muchas veces gracias, pues por si me he dejado a alguien, este es mi regalo: ¿Bailas?. 


Añadido: Regalo con el que me he encontrado hoy. Cosas de Maribel Iborra y que servidora agradece.

Mentiría si dijera que éste fue un gran cumpleaños, ninguno lo es si no están TODOS y faltó alguien muy importante en mi vida. Mi mejor amigo.






Joana Sánchez

3 de diciembre de 2014

Pastora Soler, el pánico y la curación.











Le he dado mil vueltas a la idea de escribir o no este artículo. 


Reconozco que me gusta su forma de cantar, y busqué información sobre qué le había sucedido. "Angustia, impotencia, corazón roto... recuperar la confianza", esas palabras, presentes en su comunicado, calaron en mí. 

Pero lo que finalmente me ha empujado a escribir es ver cómo una persona compartió un artículo en Twitter que escribí en 2011 sobre la agorafobia que sufrí hace varios años. Su título: "Agora sí" 

Esta chica hacía alusión a que quizás podía ser de ayuda en 2014. No lo sé.

En 2014 puedo decir que los males que nacen de la mente son dolorosos, y pueden llegar a anular a una persona, y a la vez, cuando llega ese momento en el que comienzas a ver la luz te sientes como el Ave Fénix: fuerte, feliz, como si de repente todo tuviera sentido. El sufrimiento tenía un fin pero el camino es duro, no lo voy a negar.





¿Cómo explicar qué es el pánico? Muchos profesionales tienen su versión y sus herramientas para que la persona salga adelante, pero hasta que das con el adecuado, con el que conecta contigo, te sientes como un extraterrestre.

Es una sensación que sólo quien la ha padecido puede llegar a entender, así de sencillo.

Autoestima. Puede llegar a desaparecer. Si una no es capaz de hacer lo mismo que los demás sin saber la razón puede llegar a creer que no es valiente, que es diferente, cuando lo único que nos diferencia es la gran valentía precisamente que poseemos al ser capaces de afrontar un ataque de pánico: similar a creer que vas a morir. 

Pero no te mueres... :) 

Las personas que son (somos) perfeccionistas y exigentes tenemos tendencia a sufrir estos episodios a  lo largo de la vida, pero esto no nos convierte en débiles ¡al revés! además, el pánico se puede superar con ayuda. No importa el tiempo que lleves en la lucha.

No se me olvidará cuando ya había superado la etapa más difícil y apareció una chica más joven que yo temblando como una hoja en la puerta de la consulta de mi médica. Sus padres le habían traído hasta la consulta en coche pero ahora debía estar sola hasta hablar con la psicóloga. 

Al final no pudo reprimir las lágrimas porque estaba muy tensa. Era muy guapa y me inspiró mucha ternura. Recuerdo que le dije que aquello se le pasaría. Me miró con incredulidad, y sin dejar de temblar me preguntó con la mirada cómo lo sabía...

Le conté que hacía unos meses yo me había sentido igual y ahora estaba ahí, sola, esperando que llegara la doctora ¿quería una prueba mejor que ésa? Y entonces sonrió. Se calmó.

Desde ese día me prometí ayudar, por supuesto no de una manera profesional, a cualquier ser humano que se cruzara en mi vida con el alma frágil pero fuerte como una roca a la vez. ¿Cómo? Con palabras. 

Me da igual que sea una cantante conocida o la chica de Twitter, el caso es que este asunto se cura. El pánico desaparece y sin varitas mágicas, tiene que nacer de uno que esto suceda, es difícil, te deja sin fuerzas el intentarlo pero a la larga lo logras, y cuando llega ese momento, habrá comenzado la cuenta atrás hasta sentirte de nuevo libre.

Se puede y se debe salir de esa espiral. 


Joana Sánchez

30 de noviembre de 2014

Valiente.



Valiente.
(Del ant. part. act. de valerlat. valens, -entis).

1. adj. Fuerte y robusto en su línea.

2. adj. Esforzado, animoso y de valor. 

3. adj. Eficaz y activo en su línea, física o moralmente.

4. adj. Excelente, primoroso o especial en su línea.


Un día nos hicimos amigas. La conocía desde siempre. Mismo barrio, mismo colegio, años más tarde mismo instituto. Y luego vinieron momentos de ocio compartidos, conversaciones... la vida.

Hace unos meses le diagnosticaron un cáncer de mama, pero ella no llora. Ella elige luchar. Esta es la historia de una valiente. De una mujer a la que le gusta reír, conversar con las amigas, la música de Carlos Baute, una madre que no solo quiere a su hijo sino que ha sabido educarlo bien, sencilla, graciosa, a la que le gusta bailar, buena hija, de esas que cuando llama por teléfono te pregunta por toda la familia (le ocurra lo que le ocurra a ella)

La capacidad que tiene el ser humano para sobrevivir a situaciones en principio dramáticas, o difíciles no deja de asombrarme. Al igual que en otros me entristece esa forma de caer en la autocompasión en vez de buscar una solución al obstáculo que no nos permita sentirnos plenos.

El cáncer de mama se asocia a un lazo rosa, con alguna campaña realizada con buena voluntad por parte de famosos y muchas asociaciones donde se asesora y ayuda a mujeres y hombres a sobrellevar esos momentos hasta la curación plena.

Son esos momentos, los que convierten a mi amiga en una Wonder Woman. Esas horas son como un combate de boxeo pero ella se levanta después de cada asalto. El aprecio por la vida, las ganas de salir adelante pueden más que esas sensaciones que aparecen y le destrozan el ánimo. 

Ella es 'esforzada, animosa y de valor'. 

Las emociones hay que dejarlas salir, que estallen como globos en una fiesta infantil: la rabia, el dolor, el miedo, la frustración pero también las importantes: la alegría, gratitud, esperanza, diversión, ilusión, asombro y amor.

Me admira (o no, ya la conozco...) su actitud. Ella es capaz de conversar y reír a pesar de estar "de bajón". El humor también lo tiene bien entrenado y somos capaces de reír en una charla donde ella ha hablado con naturalidad de su tratamiento.

Los héroes, las heroínas no habitan en las películas, ni en los clásicos, los valientes son esas personas que nos rodean, y que todas las mañanas se levantan para librar distintas batallas sin quejarse, sin odio, sin buscar culpables a su desazón.  

Ella se pondrá bien ¡de eso no hay ni una diminuta duda! por esta razón escribo estas líneas, para gritar a los cuatro vientos que los valientes hablan y se quejan cuando toca, claro que sí, pero el resto del tiempo lo dedican a luchar sin descanso porque se saben ganadores.

Valiente, valiente, valiente, valiente.


Texto: Joana Sánchez.
Dibujo: Maribel Iborra (Si hablara el Benacantil)




26 de noviembre de 2014

Casa-Museo del cine.



Hoy he leído un artículo firmado por Marc Llorente, el cual les invito a que lean. ¿La temática? Una idea nada descabellada, la de convertir algunos lugares que ahora mismo no albergan nada, en una Casa-Museo del Cine donde Paco Huesca pueda exponer todos los objetos cinematográficos que a lo largo de la vida ha ido coleccionando.

El artículo se titula Casa-Museo del Cine 'Paco Huesca'

Si Marc Llorente demuestra una coherencia en primerísimo primer plano, Paco Huesca también y todos los que hace ya más de un año asistimos a "Una exposición de cine II. Diez años después, la pasión continúa". 

Marc llama a Paco, padre espiritual de la Casa-Museo del Cine, y no podía haber elegido una palabra mejor, puesto que por ahora todo son conjeturas. Sin embargo, en este nuevo guión puede que haya cabida para la esperanza o un final feliz.

Por ahora, les dejo con el vídeo que en su momento produjo Marc, con imágenes de la exposición que tuvo lugar en La Lonja en 2013. Les recomiendo que se queden, que dejen lo que estén haciendo, y disfruten tanto de las imágenes como de la música. Varias sorpresas se esconden tras esos dieciocho minutos que condensan toda una vida de cine, la de Huesca.


Joana Sánchez

24 de noviembre de 2014

Elisabet Ibañez Ferrer y una pregunta.


Todas las obras de arte esconden una historia. Piensa en ese momento mientras paseas entre las paredes de un museo y te detienes ante un cuadro. ¿La razón? Los colores, las formas, las texturas, quizás la mirada de uno de sus protagonistas te ha hechizado.

Os propongo entonces un juego. Un juego en el que tenemos ventaja porque la artista, la responsable de este cuadro es Elisabet Ibañez Ferrer, y ella participará con nosotros.

Junto a ella os formulo esta sencilla pregunta: 

¿Qué título creéis que encaja con esta pintura? ¿Qué breve historia se os ocurre?

Podéis dejar vuestras contestaciones aquí, y al finalizar esta semana la autora resolverá el misterio: nos dirá tanto su título como la historia que solo ella conoce. 

¿El premio? Un regalo sorpresa de parte de la artista.


¡Adelante, deja volar tu imaginación!


Joana Sánchez