No era agosto, bueno el último día de julio, y se repite el guión,quizás el más oscuro, en el mes vacacional por antonomasia, con crisis y sin crisis.Y me estoy refiriendo al abandono de mascotas.A mí me encantan los animales, quizás más que las personas, soy así de raro. Siempre he tenido perros, gatos ,pericos, y la gente que me conoce,lo sabe.
El verano de 2000 por estas fechas llegó un perro cruzado de labrador, tamaño mediano, sediento ,cansado como de haber andado bajo un sol de justicia y cariñoso como él solo. Abrí la cancela, y se metió. Le puse agua, y bebió, y se quedó dormido en el porche. Esa fue la forma tan sencilla de encontrar su nuevo hogar. Le puse por nombre Vittorio (creo había fallecido Vittorio Gassman por entonces),le di de "alta municipal" y le compré una caseta de madera que tiene su nombre todavía.
Fue mi último perro pero apareció en la etapa más dramática de mi vida, y me hizo mucha compañía, y como era muy marchoso , debía sacarle más de tres veces de paseo, le encantaba y se ponía de pie con dos patas de la emoción que le entraba.Era maravilloso y agradecido.
Fue mi último perro pero apareció en la etapa más dramática de mi vida, y me hizo mucha compañía, y como era muy marchoso , debía sacarle más de tres veces de paseo, le encantaba y se ponía de pie con dos patas de la emoción que le entraba.Era maravilloso y agradecido.
Era un perro abandonado pero encontró casa y cariño.La pena es que una leishmaniasis a los tres años acabó con él. Está en el jardincillo, al lado de la palmera, con una inscripción que le puse : "Vittorio, mi último amigo compañero".Y me dije que sería mi último perro.Yo seguía con mis familias gatunas. El fue una víctima de las vacaciones de agosto de sus "presuntos" amos.
Y el 31 de julio, al volver de Alicante y " aterrizar " , ya que me esperaban mis gatos ávidos por comer,era la hora y no perdonan, reparo en un pequeñajo negro con collar y el rabo como si fuera un pompón (espero de nacimiento). ¡Es nuevo!, me digo.Y ese gatito no ha podido saltar la valla y encima lleva collar, algo que no me gusta ,máxime siendo pequeño.
Andaba asustado. Desprevenido lo cogí, lo tuve entre mis manos acariciándolo y le quité el collar que le oprimía. Ahora anda durmiendo, después de haber bebido agua y mucha, con sus nuevos hermanos, primos, madres, padres, tíos , tías y demás familia. Ha encontrado casa, comida y por supuesto cariño. Que sepa esa mano que lo ha dejado caer en mi casa,que se encuentra bien,y sin collar.
Igual soy muy perverso pensando que lo han abandonado y colocado porque se iban de viaje o por otra causa de más peso y no había otro remedio que deshacerse de él. Sea cual fuere el motivo,está feliz "Pompón".Y por favor no abandonen animales en agosto, ni nunca.Y si sus hijos o sus padres quieren mascotas para abandonarlas más tarde, se los compran de peluche, por favor. Gracias.
Paco Huesca