He
sido, soy y seré un incansable buscador de la belleza, a veces creí encontrarla,
otras se me escapó de las manos, las más ha sido un espejismo, pero sé de su calor,
el aroma que deja a su paso y los efectos que causa, pero nunca la desnudez de
su perfección fue gruta donde pudiese penetrar, ni sus caminos serpenteados
lugares por donde caminar, lo que no podré nunca olvidar es su
presencia, es imposible, porque llevo adicción de búsqueda.
Reconforta saber
que en la vida de este hombre ya maduro, amante del cine, los
anhelos por aferrarme a la belleza son punto de referencia para
adentrarme en la gruta donde dormita desnuda tan bello sueño.
Si de algo me puedo sentir orgulloso en mi vida, es de amar el cine en total
plenitud.
Hay ocasiones que yo mismo me pregunto si ello es honesto, si por
hacerlo el cine va a regalarme otro momento de los miles que pueblan mi mente
cuando recuerdo la placidez de ciertas películas o el rostro inolvidable de
esos seres tocados por la magia de los Dioses que poblaron la pantalla y que yo
absorbo como el primer día...
Muchas preguntas puedo hacerme, pero no existen
respuestas que obviamente puedan satisfacer ese ego de creer conocer todo,
porque cuando lleguen, seguiré estando igual de orgulloso por conocerlo y mis
manos seguirán sudando al recordar y se llenarán mis ojos de fantasía...de
lágrimas también volaré como vulgar ave en busca de ese tiempo que perdí
sentado en las butacas de los cines cuando fui niño, por si la belleza olvidó
enseñarme otra cara que hasta ahora desconocía.
Quien ha contemplado con sus
ojos la belleza ya está condenado a morir.
A Luchino Visconti, su "Muerte en Venecia" y el conjunto de su
obra. Paco Huesca
Salí de casa con la intención de no volver, justo el día de Nochebuena. No había sucedido nada de particular, a veces, dan ganas de salir a dar una vuelta y que se prolongue un día.
Sin rumbo, tras un breve paseo, realicé una llamada y quedé con un amigo, al menos el día de Navidad sí tendría un significado: felicidad de la mía, no de la que dicta el calendario.
Me perdí entre los pasillos de un centro comercial. Caras largas cargadas de paquetes, dependientes con un semblante serio y con un mensaje en la frente: "Me quiero ir a casa". Lo normal.
Pero como siempre, las sonrisas atraen sonrisas, y me planté una en la cara antes de entrar a una tienda y recibí la mejor de una chica que me dio un discurso sobre las tallas y lo mal que lo pasaba alguna gente para encontrar algo que le favoreciera. Sólo le había preguntado por un pantalón.
La miraba con ternura mientras sorteaba los pasillos de la tienda como si estuviéramos en mitad de un laberinto de ropa imposible que ni ella ni yo pondríamos jamás.
"Color, hay que meter el color en nuestras vidas", me dijo.
"Estoy de acuerdo, es lo que busco".
No hubo suerte, pero las dos nos felicitamos las fiestas (o algo así) y seguí con mi misión. A veces, una no es consciente de la realidad al cien por cien, sobre todo cuando no ha dormido. Y esa sensación te hace flotar y relativizar las cosas.
Creo que me tropecé con diez chicos jovencitos que con caras entre pícaras y de una hombría que no les había visitado sujetaban bolsas con lemas femeninos. ¿Regalitos para sus chicas? ¡Seguro!
Mi adquisición fue un pintalabios rojo.
Cuando consulté el reloj comprendí que era mejor deshacer los pasos y acercarme a la parada de autobús. No hacía frío. No parecía el mes de diciembre. Sólo llevaba una cazadora (imitación al cuero) y pasé por al lado de un puesto de churros que no encajaba con esa temperatura primaveral.
Perdí el autobús. Lo perdí por contestar al teléfono, porque no pasó a la hora de siempre, y porque en el fondo, lo tenía que perder. Me dirigí a una parada de taxis, no había ninguno. Bien, tranquila. Volví a la parada, una chica que trabaja en una tienda a la que he ido alguna vez, sólo acertó a decir:
"Aquí había una pareja y han subido en un autobús, yo no tengo ni idea, nunca los cojo, ahora vienen a por mí"
La miré. Ella sabía que no tenía cambio, que las tiendas habían cerrado y no fue capaz de decirme: "mi chico y yo te acercamos a otra parada".
Suspiré, "el espíritu navideño debe ser un invento". Para no engañar, ni siquiera pensé en que me pudieran llevar a ningún lado, su mirada lo decía todo: "Me importa bien poco lo que te pase"
Intenté cambiar mi billete. Misión imposible. El centro comercial cerró, el chico del puesto de los churros, me dijo que acababa de cambiar a una chica y me mostró lo que había en la caja...
La culpa era mía: ¿A quién se le ocurre "escapar" ese día y luego querer volver?
Los centros comerciales son lugares extraños, llenos de luz y color en mitad, normalmente, de la nada. Pero allí, entre la oscuridad, había un chico bien vestido que no paraba de mirar a la puerta. Le pedí cambio. Pero no tenía aunque sí una buena frase:
-Soy cristiano y tú no tienes con quién volver a tu casa, ¿cómo te voy a dejar aquí? Te vienes conmigo en cuanto salga mi novia.
¡Y me puse a llorar! El chico era gitano, y tenía unos ojos verdes que se le salían. Nos contamos nuestras vidas en ese rato de espera. Pinceladas, un trailer.
- ¿Cómo te podré devolver el favor?, le pregunté.
- ¿Tú crees en Dios? Bueno, no hace falta, pásate por mi iglesia, soy pastor evangelista.
Me reí. Y me sequé las lágrimas. ¡A esa iglesia habíamos intentado ir una persona y yo durante años! Y ahora era invitada con honores, por un chaval que como buen cristiano, y sin conocerme de nada, me llevaría a casa.
- Todos sufrimos, lo pasamos mal, pero hay que seguir, ¿crees en las señales?
A esas alturas yo creía que Woody Allen estaba tomando notas en un rincón para grabar un corto urbano surrealista.
Su mujer tardaba en salir. Y su primo se unió a la conversación. Ambos eran jóvenes y con unas vidas difíciles, pero no les entraba en la cabeza dejarme allí; a ver, una es adulta, podía haberme ido andando sin mediar palabra, hasta mi casa: ¡Qué osadía! No me lo permitieron.
Cuando ya me había hecho a la idea de acudir, no sé muy bien qué día a la Iglesia, me tocaron el hombro, era el chico del puesto de los churros...
- ¿En qué dirección vas?, me sabe mal... igual te puedo acercar.
Un pastor, un centro comercial, un churrero con buen corazón y nochebuena.
La cuestión es que le venía bien y opté por irme con él, al fin y al cabo, el pastor jovencito (Antonio) esperaba a su mujer, y creo que ya me había ayudado bastante con la conversación. El churrero, Pedro, puro nervio, me contó que eran buena gente.
El conductor, el más joven de los dos, el día anterior le había pedido un churro, aunque no llevaba dinero, y ese mismo día se lo había pagado.
"Son buenos, quizás muy insistentes con el tema de la religión"
"No, no hay problema...", le dije mientras seguía su ritmo. No sabía nada de él, a mí me inspiraba confianza y le seguía muy tranquila, una vez dentro del vehículo le di las gracias. Le confesé que tenía carnet pero me faltaba lo más importante: un coche.
Sonrió.
Hablamos del puesto, de que el negocio de los churros iba unido a las hamburguesas, y que su puesto había sido testigo de muchos conciertos de cantantes conocidos en nuestro país.
- ¿Te espera tu familia para cenar, no?, le pregunté...
- ¿A mí?, y dejó de mirar al frente...., a mí no me espera nadie. Mi padre murió hace diez años, mi hermano hace tres y mi cuñado hace uno... ¿crees que mi madre tiene ganas de celebrar algo esta noche? Ahora me haré un bocadillo y a seguir viviendo. Estas fiestas son malas. Algunos no lo comprenden. Familia, familia... ¿y si no la tienes?
Me arrepentí de haberle preguntado, pero al instante estaba sonriendo y comentándome que el puesto estaría allí hasta el 6 de enero y algo sobre un concierto de Alejandro Sanz y una lluvia a cántaros.
Como un rayo llegó a mi calle, y le di dos besos. No se me ocurrió desearle felices fiestas y sí le di las gracias dos o tres veces.
- Voy a San Vicente, me pillaba de paso ¿qué tienes que agradecer? Cuando llegué a mi casa no había cena. La primera vez en mi vida. Pero me sentí muy feliz. Consulté el teléfono y tenía felicitaciones de todo tipo, lo dejé a un lado y les di un beso a quienes me esperaban. El ruido de los salvajes con la música y los golpes continuaba intacto. Les conté mi historia y les di dos detalles que había comprado para ellos.
Creo que ha sido la mejor nochebuena de mi vida. Tropezar con gente buena. Gente buena que se porta bien sin esperar nada a cambio.
Ayer, día de Navidad, un amigo me dijo que le asombraba mi falta de confianza, otra amiga me soltó el mismo discurso que consistía en: "Haberme llamado" Les dije que les quería mucho pero que no se me ocurrió llamar a nadie. No tenía ganas de molestar. Además, si lo hubiera hecho, me habría perdido esa experiencia.
Ahora tengo que pasarme por esa iglesia, aunque sea para saludar y comprar una docena de churros.
Por cierto, mientras daba un paseo por la playa anoche, le confesé a otro amigo algo de lo que no había sido consciente... entre los recovecos de mi monedero llevaba varias monedas, que quizás hubieran podido pagar ese taxi.
El otro día lo hice (el esfuerzo) y deseé Feliz Navidad a todo el mundo, pero hoy, antes de partir a respirar un ambiente distinto durante unas horas, deseo todo el ánimo a esas personas que detestan estas fechas. ¡Se acabó lo políticamente correcto! :)
Para ti que no soportas a tu familia (o a algunos miembros) y has de sentarte a su vera y cenar algo diferente, que ni te gusta ni te apetece.
Para ti que has perdido un ser querido y sólo tienes ganas de que te dejen en paz con felicitaciones absurdas.
Para ti que te tomas estas fechas con sentido de humor y acudes a cenas, comidas y demás saraos y consientes ponerte un gorro de Papá Noel "porque es lo que toca" ¡Valiente! ¡Héroe!
Para ti que echas de menos a una persona y estás como gravitando en el espacio. Disimulas porque "hay cosas más graves en el mundo" pero quisieras desintegrarte un par de semanas.
Para ti que trabajas en un centro comercial y estás de villancicos hasta el moño, pero no dejas de ser un gran profesional y muestras tu mejor sonrisa.
Si esto fuera el guión de una película probablemente formaría parte de una sátira terrorífica, un estilo a "La comunidad", con la gran Carmen Maura.
Llevo dos años sin dormir. Sí, todo comenzó por el año 2013. En esta Alicante nuestra, en este país nuestro, el sueño de los demás no es algo que se tome en serio. De hecho, si uno tiene la osadía de quejarse por esta cuestión te tachan de amargada o exagerada.
Hoy tenía un cuadro flamenco en mi habitación (con sirena de la policía incluida) siento no poder deciros el tema ,no me gusta especialmente ese tipo de música. Los vecinos andaban alterados, así llevan una temporada, ¿servidora? Llevo así varios años.
Me he acostumbrado a llevar auriculares todo el día (si estoy frente al ordenador) y cuando trato de dormir, suelo escuchar música relajante. Lo he probado todo: dormir en otra habitación, incluso dormir en otro piso pero la pared da al lugar de los hechos.
Hace unos años, le rogué, supliqué y creo que hasta lloré a una persona: que me dejara ir a su casa. No era un capricho, es que ya rozaba el histerismo. De hecho, el no dormir, unido a escuchar la misma canción está considerado tortura. No me ofreció su morada y a día de hoy no puedo comprender tanta crueldad. Sobre todo porque le cedí mi techo en varias ocasiones.
Hoy, alguien ha sido testigo de lo que hablo. Ya lo sabía, pero lo ha vivido en sus carnes.
No hay nada peor que la venganza de quien se siente reprendido, y eso sucedió ayer: llamaron la atención a los del "cuadro flamenco" pero servidora no estaba presente, así que me perdí la escena: lágrimas, madres defendiendo el descanso de sus pequeños, en fin, lo "normal" en este país.
Así que La venganza de Don Mendo, al lado de lo que hemos soportado esta mañana ha sido un chiste breve.
Menos mal que el sentido de humor y los buenos amigos prevalecen. Ya me han ofrecido lugares donde dormir para descansar tanto mi cuerpo como mi cerebro. No es que lleve los 365 días del año sin pegar ojo, pero el acto de ir a la cama se ha convertido en la noche de Reyes pero sin sorpresa guay. La sorpresa puede ser una piedra que tiran a tu fachada, o un estruendo que despierta a todo el bloque. Un perro ladrando puede resultar molesto, pero esto era y es insufrible.
Si habéis visto WAR INC pues, lo mismo. Tú tratas de mantener una conversación normal, y de repente: boom, zas... Vives en mitad del caos, como en una ciudad tomada, y no exagero.
Durante dos años sólo lo soporté yo, tenía el gran "privilegio" de dormir cerca de la jauría y a nadie parecía importarle. Ahora sí, menos mal. Aprovecho: gracias por nada a quien le rogué pasar un fin de semana entre cuatro paredes que no fueran éstas.
Todos tienen un vecino amante del bricolaje, de poner la música alta, la televisión, de no quitarse los tacones y "desfilar" a las cuatro de la mañana, pero este caso roza lo esperpéntico. Y se alarga en el tiempo.
Si no duermo mi humor cambia, me enfado con facilidad, y pareces un extraterrestre si te quejas: "Todos lo hemos sufrido", ya, pero eso no es un argumento ni solución. Sé de quien ha ido al Ayuntamiento a poner una queja, incluso para saber qué niveles de ruido están permitidos y es como vivir durante unos minutos en Dinamarca para al terminar la lectura comprendas que esto es España, y que tu descanso da igual. Es algo que se ha de asumir.
A mí me costó una discusión seria. Un día, cuando llevaba noches sin dormir y trabajando frente al ordenador sin descanso. Exploté. Y hoy me llamaba la atención cómo ahora hay personas que al verse perjudicadas, han reaccionado mucho peor que yo.
Invito a la calma (aunque cueste) a llamar a la policía (aunque no vengan) invito a pedir ayuda a un amigo y que te ceda una habitación. Al sentido de humor: mil gracias a los que hoy me habéis dado una sobredosis, a buscar soluciones: buscar otro hogar aunque la economía no sea boyante.
Porque el ruido, nuestro descanso no es un problema para quienes debiera serlo. Y muy serio. Y lo más triste: la culpa no es nuestra. No elegí tener a gente así a mi lado.
Mi salud se ha visto resentida varias veces, pero la que preocupa es la de personas que tienen alguna enfermedad donde el descanso es fundamental y les afecta el doble si lo pierden.
¿Os acordáis de Michael Douglas en "Un día de furia"? Pues no, calma y tomad aire tres veces, y cuatro. Resignaos. Sólo la buena gente que os rodee y la aceptación son la solución, por ahora.
Si algún día alguien me ruega o suplica: "¿Puedo ir a tu casa?" será bien recibido si su nivel de estrés se eleva más que las acciones del Santander.
¿Un poquito de música? Pero esta vez de la buena y sin subir el volumen.
Había optado por no felicitar las fiestas, esconderme estas semanas y fruncir el ceño, pero no me sale. No es mi naturaleza.
Sé que son fechas en las que:
Se echan de menos a personas que se fueron
Son semanas consumistas y de cenas a las que a veces no apetece ir (y otras sí)
Días de llamadas de personas que no te hablan el resto del año :)
Pero, me he dicho: ¿Y si le damos una patada al pesimismo? ¡Total, el mundo va a seguir girando!
Ayer compré el árbol de Navidad más pequeño del mundo. Cuando lo decoraba hoy me daba hasta risa... Pero es mío. Mi diminuto y poco ostentoso árbol. Al lado, hay un muñeco de nieve más pequeño todavía. Si los enciendes a la vez (el árbol tiene luces LED) parece la entrada de un pub.
¡Claro que no estoy alegre al 100%! Pero ¿quién lo está?
Felicito a todas las personas que sobreviven a estas celebraciones, a los que van a mirar un hueco dejado por una persona especial que este año no va a estar, a quienes pasan de las Navidades y las vivirán como un mes más, a los que vuelven a ser niños y tienen ganas de que llegue el día 25 o la Noche de Reyes (mi favorita)
Pero sobre todo, felicito a personas que están ahí de una u otra forma, todo el año.
Miguel Ángel: amigo por casualidad, hace ya siete años. Que cumple años cuando llega el 31 de este mes, y con el que se puede hablar de cualquier tema. Reflexivo, buen amigo, cariñoso y un tipo que le pone una sonrisa a cualquier época (sea buena o mala)
Elisabet: compañera de estudios, y luego amiga de largas llamadas telefónicas y de exposiciones donde, reconozco que el talento lo ponía y lo pone ella, y yo la he acompañado sólo como aprendiz (de todo se aprende) Es una luchadora y muy buena persona.
Esther: mi cuñada y mi amiga. Testigo de mi adquisición liliputiense ayer. Gracias por haberte convertido en mi confidente y por ser tan equilibrada XD, intento que se me pegue algo, estoy en ello. En serio, son muchas Navidades con ella, y noches de Roscón grandiosas.
Mabel: la amiga que llegó a través del blog :) ¿Se puede ser más optimista y graciosa? No, doy fe. Es la persona con más paciencia que conozco (también intento que se me pegue algo) sensata y loca a partes iguales, tímida dice ella, pero lo disimula muy bien. Siempre está ahí aunque le estén sucediendo un millón de cosas.
Esther: desde el instituto andamos encontrándonos y alejándonos. Ahora ya no vive aquí pero sigue igual de cerca. Una campeona, una buena consejera y la más optimista del universo. Ella es un ejemplo para mí. La quiero mucho.
Pablo: 11 años de amistad. La palabra tranquilidad si se busca en la RAE aparece junto a su nombre y apellidos. Si algo aprendo a su lado es a no tomarme las cosas tan en serio, pero a ser serio cuando hay que serlo. Es el único hombre que me ha regalado un globo (uno de mis sueños, las joyas son para otras) y por eso y otras razones más profundas, le quiero mucho. Belén: una de esas amistades que sabes que va a ser para siempre, a pesar de la distancia, no vive en Alaska, pero la vida da muchas vueltas y en ella se producen cambios y obligaciones que, a veces, impiden charlar con esas personas con las que te entendiste desde el minuto uno. Sé que éstas, van a ser unas Navidades especiales para ella.
Paco Huesca: a ti hay que nombrarte con apellido incluido. ¡Nos vemos de uvas a peras! Pero nos contamos todo. Prudente en cuanto a consejos y una enciclopedia andante en lo que se refiere a Alicante y el Séptimo Arte. El tipo más carismático que he conocido y que más sabe de cine porque lo ama y lo vive. Sensible y educado hasta el infinito.
Marta: que también conocí gracias a este blog y que años después ahí continúa, luchando y con su mejor sonrisa. Ay, mi Buenos Aires querido... :) es la mujer más joven de todas las que conozco (y que nadie se enfade) pero su actitud es así, la de una joven entre rebelde y sensata. Si voy a Argentina, te visito la primera, y lo sabes.
Roberto: el amor de mi vida. Al que se le ocurrió crear este blog. Una de esas personas que pasan por tu vida, dejan huella y piensas que van a estar ahí siempre. En lo bueno y en lo malo. La vida es caprichosa y a veces, juega mal sus cartas (o nosotros) pero será considerado el amigo más especial pasen los años que tengan que pasar. Y lo sabes.
Y ahora sí: Feliz Navidad, y en especial a Enrique Tárrago por sus comentarios, su ánimo constante en el terreno profesional, su optimismo contagioso y sus reflexiones críticas unas veces, y la mayoría, de una ternura máxima.
Dentro de poco, exactamente el 31 de Marzo de 2016, se cumplirán 60 años del arribo a la Argentina de un joven alicantino que decidió soltar amarras y tomar el buque Alberto Dodero, en Vigo, para iniciar la difícil aventura de conquistar un país desconocido, nada más y nada menos que con su arte.
Cuando hizo esta elección ya estaba triunfando en su país, el Teatro Ruzafa de Valencia lo había condecorado como artista predilecto de Circuitos Levante y estaba cosechando éxitos en el Teatro Price de Madrid junto a la gran Marifé de Triana.
Estamos hablando de Pedrito Rico, oriundo de Elda, a quien hace muy poco la colectividad española de Buenos Aires, a través de sus instituciones le rindió un merecido homenaje en Buenos Aires.
En esa ocasión, el conferenciante, el conocido locutor radial, Juan Alberto Baliari me propuso colaborar en el homenaje, accedí gustosa, aportando un collage de fotos, un chaleco de actuación y un capote torero con imágenes de Pedrito Rico, que fue confeccionado en Galicia por una prima mía.
Fue un lleno de público y estuvieron presentes entre otros el conductor radial de la audición Con Vos, el señor Ramón Suárez y las cancionistas Rocío del Cielo y María Alexandra, esta última compañera de Pedrito en la exitosa comedia "El niño de los milagros", exhibida en Canal 9 en 1967.
La emoción nos invadió a todos cuando en una gran pantalla vimos pasajes de sus películas y distintos momentos en la televisión. Ya no hace falta que hablemos de su trayectoria artística pues lo hemos hecho incontables veces pero que este sea el preámbulo del rescate que pudimos hacer de una actuación en RTVE del año 1969.
Nuestro deseo es que España no lo olvide, que nos brinde más material para que las futuras generaciones conozcan a este artista que tuvo como distintivo el sentimiento en la voz y el ritmo y el baile en cada fibra de su cuerpo.
Ayer tuve que ir al barrio de Carolinas. Hacía tiempo que no paseaba por esa zona de Alicante. Carolinas siempre ha sido el lugar donde me hubiera gustado vivir.
Allí se respira vida, hay buen ambiente y estás a un paso del centro. Cuando era adolescente tenía un grupo de amigos y nos reuníamos allí. Más tarde, la vida ha querido que personas que aprecio vivieran por la zona y siempre me he sentido como en casa, o mejor.
El motivo de escribir es hablar de sus comercios.
Al llegar a casa pensé en dejar una reseña en Facebook, porque se ha puesto en marcha una campaña para incentivar la compra en la tienda tradicional y la respuesta fue de lo más positiva. Me limité a compartir mi experiencia.
"Soy una defensora de los pequeños
comercios. El otro día leí un comentario sobre la escasa amabilidad que se da
entre los comerciantes, me quedé petrificada, por supuesto no dije nada.
Os
lo cuento ahora. He ido a mi querido barrio de Carolinas. En la primera tienda
he hecho una devolución, no sólo han sido encantadores, sino que sin decir nada
me han mostrado algo que yo no podía comprar en ese momento (y había gente
esperando) sin prisa, con una sonrisa.
Luego
me fui a comprar unas zapatillas para estar por casa y la chica estaba
embarazadísima.
Hemos
hablado de lo tontas que somos a veces las mujeres pensando en que el color
combine hasta con el pijama o lo que llevemos, al llegar la hora de pagar me
faltaban unos céntimos, yo quería pagarle con tarjeta pero me ha dicho que en
su tienda no se podía...
¿Solución?
"Ven a verme un día pero como me traigas el dinero no te dejo entrar"
Tercer
lugar, necesito una pila para mi reloj, la chica ve que se deshace ¡¡Un mal día
lo tenemos cualquiera, me costó cuatro perras!! Pues no le ha puesto la pila y
podría haberlo hecho. Con callar... Me ha indicado dónde había una joyería para
poner una correa al reloj bueno que tengo je y al más especial. Me lo regaló un
amante de los trenes (como Sheldon)
Hacía
años que no veía a esa pareja que regenta la joyería. Además de ser amables,
ponerme una correa de calidad a buen precio, nos hemos dado ánimos para ver "si
la cosa ya mejora por fin este año y empieza a haber trabajo para todos".
¿Que
falta simpatía entre los comerciantes? No, yo diría que tienen para dar y
regalar. Y que el apoyo que les demos haciendo nuestras compras es poco. Se lo
merecen por luchar contra tanto obstáculo. Es mi opinión que servidora también
adquiere alguna cosita por Internet, pero un olé por el comercio alicantino."
Entre
las respuestas ante esta reflexión estaba la de una amiga que fue compañera en un curso hace muchos
años. Su hermana tiene una floristería: FLORISTERÍA
SAN BLAS y me habló de Naira, una
enamorada de las flores, diseñadora y propietaria del comercio.
Esta
tarde tenía pensado pasarme por la tienda. Justo pensaba ir a San Blas (casualidades)
Es probable que otro día visite la tienda. He echado un vistazo a las
fotografías y es cierto que tiene buen gusto para jugar con las formas y los
colores de las flores y plantas: ramos de novia, decoración. Ahora le hace
falta una página para poder mostrar su creatividad.
Y
con esta última idea dejo mi reflexión: quizás algunos comercios
necesiten más marketing y publicidad para que nadie se quede sin conocer el
talento que se esconde detrás de muchos escaparates.
En la finca Jardinade Vamos a acompañar nuestro paseo por los comercios de Alicante con música