Fue un mediodía más que caluroso de este mes de agosto.Sonó el timbre.Tardé un poquito ya que me encontraba en la última habitación.
Crucé el jardín y abrí la puerta de hierro.No había nadie. Cuando bajé la vista a la acera me encontré una jaula ,tapada con un paño , un sobre con una pinza, y una bolsa.
Rápidamente la destapé y vi una pareja de pericos azules claros. En la jaula totalmente nueva, el agua, la comida, los cascabeles, campanas y hasta un pequeño espejo. En la bolsa, comida y una medicina. Ya con calma , y sin ese solazo,abrí el sobre.Y textualmente decía esto:
"Perdone,me han dicho le gustan los animales.Yo estoy enferma, soy mayor, me van a operar y no tengo a nadie, y no puedo cuidar a esta pareja de periquitos. Los tengo un año. Ahí los tiene con su jaula nueva. En la bolsa encontrará un paquete de comida y unas gotitas por si tuvieran diarrea. Sé que los cuidará y los querrá.Y perdóneme de nuevo.Gracias".
Bueno, pensé, pericos habemus.Hacía muchos años que no tenía pericos. En mi infancia los tuve. Y aún conservo su jaula y un paño que al efecto hizo mi tía Carmela,con flecos y bordados en rojo sus nombres. Era modista, artista y tía. Casi nada para mí.
Total que los he colocado en el salón, al lado de la ventana de la terraza del porche para no tener problemas con mis gatos.Los veo felices.Por las mañanas cuando comienza a amanecer ya les oigo.
Y cuando pongo algún disco,más ruido, les encanta.La perica se mira en el espejito,es increíble. Les he comprado unas barritas de frutas ,en mis tiempos no las había, y por lo que veo, les encanta.Y he rescatado el viejo paño que hizo mi tía Carmela con sus nombres bordados, Napoleón y Paulina.Y por las noches les tapo.
Ignoro, señora, si alguna vez leerá esta carta. Por mi parte no se preocupe. Estarán atendidos y tendrán mi cariño.Que todo le vaya bien, y cuando quiera viene a verlos o a llevárselos, porque siguen siendo suyos.Suerte. Aunque ,si ocurre esto, yo ya los querré mogollón.
Paco Huesca