5 de mayo de 2015

Jesús Hermida, el hombre que no pisó la luna pero nos lo contó




Jesús Hermida Pineda ha muerto. El gran comunicador. El de la dicción perfecta. El hombre que contaba historias. Ha sido a los 77 años. 

Con él se ha ido una forma de hacer periodismo personal. El corresponsal en Nueva York, el elegido para narrar la llegada del hombre a la Luna.

El hijo de pescadores que en Estados Unidos representaría la figura de hombre hecho a sí mismo. Radio y televisión. Sus dos segundos hogares. El hombre sencillo, se convirtió en un referente, era imitado por los humoristas de la década de los 90 como Martes y 13;y sus pausas, así como sus gestos llamaban la atención al espectador.

En sus programas no había gritos, ni espacio para personas que no eran del gremio. Él era periodista y un excelente comunicador. El magnetismo se tiene o no. A la cámara no le cae bien todo el mundo. Se rodeó de mujeres, algunas con más fortuna que otra en su carrera periodística.


Pero Hermida podía con todo tipo de formatos: entrevistas, informativos, locutor de radio...

Hace unos años fue la imagen de una aventura llamada "Escuela de Presentadores de Jesús Hermida". Y me presenté. Grabé un vídeo casero y entré en el programa. Todo desde nuestras casas, a través de Internet. Cada vez que él intervenía y escribía me costaba dejar mi opinión. Pero lo hacía. Sabía que era una oportunidad que no se volvería a repetir.

Cada semana, elegían a unos cuantos y se marchaban a Madrid a pasar una prueba. Mi vídeo gustaba, así me lo hicieron saber, pero fallaba en algo, en la cuestión monetaria. Por esta razón jamás me reuní con mis compañeros que no entendían nada. 

Un día, recuerdo que era la hora de la comida recibí una llamada, era de la Escuela.

Esta fue la conversación:

- ¿Diga?

- Hola, soy L. de Tracor y te llamaba porque me veo en una especie de obligación de corte humano podríamos decir...

(Yo permanezco callada y algo alucinada)

- Verás, ayer habló conmigo Jesús y me dijo (tú ya sabes cómo habla él) "esta chica tiene algo que contar, es distinta, vosotros veréis lo que hacéis..." pues eso, yo anoche, estuve venga que darle vueltas a la cabeza a su comentario porque se ha visto tus dos vídeos, y se lee todo lo que escribes y considero justo que lo sepas...

- Perdona, ¿me estás hablando de Jesús Hermida?

- Sí, - se ríe- claro... ya sabes cómo es y tras tanto insistir he creído que era ético que te llamara. No estás preseleccionada pero eso no significa nada... queda una segunda parte, tampoco quiere decir que vayas a entrar pero bueno, la web la vamos a mantener y si quieres seguir escribiendo. Sólo quería que supieras que se te lee...


Esa fue, más o menos, la conversación. Apenas dije nada y no sé ni cómo le pedí el correo electrónico de Jesús Hermida para darle las gracias. Tardé dos días en escribirle, lo hice y me contestó a la semana, fue escueto:

"Querida Joana:

Creo que lo que escribes tiene un gran valor y el email me ha parecido interesante. Te deseo suerte en lo que emprendas"

Jesús Hermida


Así que hoy, me quito el sombrero ante él, como profesional, por pertenecer a una generación donde hacer periodismo era sinónimo de seriedad y saber hacer, y le vuelvo a repetir su palabra favorita: gracias.



Joana Sánchez González


3 comentarios:

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Grande Hermida:
Lo que hizo este hombre es extraordinario. Mediante una supercompensación extraordinaria -que dirían los psicoanalistas- modificó su acento de las costas onubenses por una dicción enfática y carismática, con lo que creó un personaje de mirada y gestos regios.
Era un periodista de raza. Un lider, un mito, un maestro absoluto
Amaba a los BEATLES, como yo, y se definía por esa canción francesa maravillosa "Comme d'habitude" que Paul Anka convirtió en "My Way", pero Frank Sinatra hizo suya.
Recuerdo el programa "Su turno" y, vagamente, la llegada del hombre a la Luna, en mi infancia en Palencia, con mis padres y mi abuela frente al televisor en blanco y negro.

Referente a tu historia con Jesús Hermida es muy bonita. Es emocionante. Me da envidia, claro.
A la chica Hermida que puedo ser y que hoy recuerda a su maestro, MAESTRO.

Gracias Jesús Hermida: marcasta nuestras vidas, como un marcapáginas, sienpre estaba tu flequillo bien peinado, tu elegancia, tu voz calma y tu verbo preciso.

Joana Sánchez dijo...

Yo recuerdo los programas matinales. Es cierto, le gustaban los Beatles y esa forma de comunicar, que a veces llegaba a exasperar, con sus pausas tan largas, pero a continuación venía una idea interesante.

Sobre mi historia, se quedó en eso, una historia, como las que él contaba.

No me llamaron, y aunque me sienta orgullosa no se ha traducido en un trabajo digno y relacionado con un medio de comunicación.

Tu final es además de descriptivo muy conmovedor.

Un abrazo

Enrique TF dijo...

Bonito homenaje, Joana.
Un abrazo