26 de agosto de 2013

Alicante, verano y humo.




No me refiero al drama de Tennessee Williams ambientado en una pequeña población del Mississippi, me vale el título, y mucho. No nos volvamos locos. No vale  la pena. Alicante, la que fue casa de la primavera,la millor terra del mon, la guapa, guapa, guapa pero menos, anda como un poco dejada de la mano de Dios y de quien no es Dios...

No es descubrir nada nuevo afirmar que está sucia. Mejor dicho, muy sucia. En los lugares más carismáticos y durante este verano, deja ver sus vergüenzas. Desde la Explanada al Castillo pasando por La Rambla.Desde el Puerto al Cementerio.Y me da lo mismo si es  competencia  del Ayuntamiento, o  del Consell, o si es  de   la ahora llamada Autoridad Portuaria. Por cierto,¿para qué sirve dicha autoridad ?

Aparte de buen sueldazo para algunos y tener una policía que se  dedica a multar coches y llevárselos ...¡Qué pena! Si ni siquiera es capaz de traernos  cruceros  rentables para la ciudad. Bueno uno o  dos...y prou.

Pero qué hace la otra parte si la oferta no es como muy allá.Y lo que hay presenta un aspecto más que deplorable lleno de dejadez .Se quiera vestir al santo como se quiera,aunque contemos con la gastronomía, una red museística interesante  y  los espectáculos veraniegos cada vez más de capa caída, sólo  encontramos variadas fiestas en los barrios.

Ni un  solo evento de importancia y cierta envergadura nacional durante el verano que se asocie a la ciudad.Ni uno. No nos volvamos locos, insisto. Alicante en estos meses de verano su marca inequívoca es el sol,ese sol especial alicantino de verano y punto .


Hasta tendríamos que poner algunos peros a las playas aunque tengan banderas azules.Si nuestra ciudad tiene una marca,esa marca se llama sol.Lo demás,casi nada. Pecata minuta. ¿Por qué habrá tanto mediocre incapaz de ser creativo en una ciudad como la nuestra ? ¡Qué pena!  Y ellos igual andan hasta orgullosos  de  su labor cuando reina la desidia más absoluta.Patéticos.Y  es que durante el verano en Alicante solo se vende eso, humo.


Paco Huesca

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