En esta ciudad nuestra, mía y suya por derecho popular pero menos, se están experimentando maniobras orquestales en la oscuridad. La ciudad nunca ha tenido corte porque jamás ha sido villa. Pero se están apreciando ciertos movimientos sibilinos en el tablero de ajedrez público.
Parece como casi necesario haber tenido un pasado cuasi público antes acceder al cargo de turno.Si es posible, se prefiere.También basta caer bien.Osea aquello de más vale caer en gracia que ser gracioso.
Abundan los bufones,y aquí no ha habido corte.E incluso estamos llegando a más.Se codea con la prensa del colorín o el famoseo de medio pelo...Y comienzan las leyendas urbanas que no intrigas palaciegas- insisto con lo de la corte -con cargos públicos no importando su condición,sexo y sí religión.
Y aparecen cual "vecinos traidores" personajes con dagas,puñales y espadas dispuestos a una lucha fratricida.Y todos dentro del mismo pack. Y algunos,en otro tiempo leales servidores a la causa,no comparten determinadas decisiones.Y eso no es bueno.
Aquella ciudad, más o menos tranquila,se está transformando en pasto para todo tipo de cotilleos ,carnaza,ya sea en el papel de los diarios e incluso en el couché.
Pero la ciudad sigue,está ahí.Igual un poco sola ante la pasividad segura de unos y la total ausencia de otros.Usted, Excelentísima Señora, es la única que puede poner cierto orden y decoro.Por su propio bien y del resto,en esta tierra mía que es la suya y que no tiene corte porque no ha sido villa ,quizás ahora sólo sea cortijo.
Tenemos la inmensa suerte o no,como suele decir alguien muy conocido por usted, que en esta tierra nuestra no ande ninguna tonadillera,ni ningún ventrílocuo.De esa manera, seguro saldríamos en el "Sálvame" pero De Luxe y en 3 D.
Paco Huesca