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20 de abril de 2010

Mundo Sapiens



La Fragilidad de nuestra civilización tecnificada se constata cada vez que se produce un cataclismo de tipo natural de cierta magnitud.Es paradójico que algo que bautizamos como fenómeno “natural” y que para el planeta es tan común y necesario como para los seres vivos puede ser respirar, sea tan antinatural y destructivo para nosotros que nos lleve en cuestión de minutos a un estado de civilización preindustrial

Cuando se producen terremotos, fuertes nevadas, etc; de repente nos vemos sin todo lo que consideramos imprescindible. A partir de ese momento nos damos cuenta de lo insignificante que es la especie humana y lo importante que nos creemos.

La naturaleza no puede ser domada por nuestra tecnología. Siendo el espécimen humano solo una plaga que puebla un minúsculo planeta del Universo, nos creemos el súmmum de la creación. Nada más lejos de la realidad. Hay más cosas que nos rodean que son al menos igual de importantes que nuestra existencia.

Según comentaron en su día algunos de los astronautas que pisaron la luna, dijeron que ese viaje al satélite les cambió la vida. De repente sus esquemas mentales se vieron trastocados. Mientras realizaban sus trabajos científicos en nuestro acompañante orbital podían ver lo sencillo que era ocultar la Tierra simplemente extendiendo el dedo pulgar

Disertaban sobre la inmensidad del espacio y la belleza del globo terráqueo desde la lejanía. También destacaban que desde su posición a casi 400.000 Km de casa veían a la Tierra como un todo, donde las fronteras, razas y religiones no tenían para ellos el sentido que le damos aquí abajo.

Cuando los astronautas aún no habían viajado al espacio es como si hubieran estando viendo un cuadro enorme a un palmo de distancia durante toda su vida, solo tenían una visión sesgada del total, al alejarse pudieron ver la obra completa observando matices nunca antes imaginados. Ahora surgía la duda de quién fue el creador de semejante obra y que sentido tenía la existencia.

Seamos por tanto más conscientes de quienes somos en realidad y abrámonos a lo que nos rodea sintiéndonos parte de un Universo interconectado.

¡Que pasen un buen día!



Roberto Muñoz