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31 de diciembre de 2014

No salir en nochevieja y contarlo


23:03, a escasos minutos de que sean las 12 y toque lo de comerse las uvas al compás de las campanadas de la Puerta del Sol, abro mi portátil. ¿Para desear a los lectores de Alicante Cuenta Feliz Año 2015? 

Algo así, pero también para dejar una pequeña reflexión sobre estos rituales navideños. Ya hemos superado la nochebuena, el bendito día de Navidad, el recibir un "felices fiestas" sin saber muy bien qué decir, cuando una se siente o ha pasado por todos los estados menos el de la felicidad. Pero de eso los demás no tienen la culpa.

Una ha de ser agradecida, sobre todo con los amigos que se acuerdan de ti el resto de los días del año. 

Ahora toca una de las pruebas finales, tomar doce uvas (del Vinalopó) y no morir en el intento. El ambiente no es gran cosa, como muchos alicantinos y españoles he decidido quedarme en casa. ¿Salir? Uno se divierte cuando quiere, no cuando el calendario lo dicta. Es tan de lógica que no voy a relatar una suerte de obviedades.

No os voy a desear un feliz 2015 porque es una frase hecha.  Os voy a desear que saquéis fuerzas cuando no las haya, que cada día parezca el primero del año, que intentéis ser mejores, porque con eso ya tenéis la mitad de la partida ganada, que si no hay trabajo llegue, que el amor en todas sus formas y expresiones os rodee con sus brazos y si ya lo tenéis (afortunados) que lo miméis como se mima con esmero un bonsái. Y mucho humor, la mejor herramienta para enfrentarse al mundo. 

En definitiva, que os gustéis, que no es fácil.

No creo que duerma mucho esta noche, y no porque tenga pensado bailar hasta el amanecer sino porque unos vecinos que creí desaparecidos han pensado que una buena forma de empezar el año es dejarnos sordos a los demás con una música infernal. No importa, para eso se inventaron los tapones. Y esta noche no deja de ser especial, supongo.

Afortunados los japoneses que ya han entrado en el año nuevo de una manera más sosegada. Lo dicho, si os encanta la nochevieja, disfrutadla, si la odiáis, lo siento, o si sencillamente os gustaría estar en  otro planeta, me estoy planteando presentarme voluntaria para largarme a Marte. Pensadlo, hay sitio.

Os regalo una sonrisa y un abrazo, son gratis pero muy valiosos. :)

Y como colofón, el discurso de José Alberto Cordano Mújica (presidente de Uruguay) que ha aparecido en nuestra sociedad como una brisa fresca a pesar de contar con 79 años ¿Quién dijo que la esperanza tuviera que venir de la mano de un joven? Escuchad.




Joana Sánchez