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12 de agosto de 2011

Una Coca-Cola ¿y una sonrisa?


Parte de la producción de Coca-Cola en Alicante se traslada a Valencia. ¿Qué conlleva esta noticia? Más paro, despidos, y familias con serios problemas. Si pulsáis aquí encontraréis más información.

En este blog tratamos temas de la actualidad a nivel nacional, pero esta última bofetada laboral no es lo que necesita una ciudad, la nuestra, la que preside nuestro blog y la que cuenta con más parados por metro cuadrado.

A veces percibo que habito en dos realidades unidas por un hilo sensible, a punto de quebrar.

Mientras una parte de los españoles habla de vacaciones, de sus viajes, o envían fotos de las playas maravillosas donde están por su "merecido" descanso, la otra mitad se pregunta: ¿y dónde está mi sosiego merecido?

Estresa la inestabilidad. Estresa no tener casa propia. Estresa ver a gente que ha pasado la barrera de los treinta y que no puede emanciparse.


Estresa pensar en hombres y mujeres de más de cuarenta y cinco años que se han quedado en la calle. Y les cuesta horrores volver al sistema.

Estresa pensar en que cuanto más preparación se tiene, peor a la hora de encontrar un empleo. Ahora lo positivo es hacer un FP, buena idea, llega con retraso pero buena. ¿ Pero qué harán quienes han invertido tiempo, esfuerzo y dinero en estudiar una carrera? ¿Emigrar? Sí, no es nada malo. Y los alicantinos conocemos bien el tema.

La reflexión que hoy lanzo al aire es ¿hasta cuándo puede una persona vivir sin un sueldo que entre a su casa cada mes? Pueden decirnos que crisis es igual a oportunidad. 

Pueden decirnos que hay que ser optimista, pero no todos los españoles han vivido por encima de sus posibilidades, ni han abandonado los estudios, ¿qué pasa con ellos? ¿Nos vamos todos a Alemania y dejamos a los cuatro privilegiados compartiendo con nosotros sus vacaciones eternas?

La crisis será igual a oportunidad pero, las fuerzas flaquean. Sobre todo cuando se invierte energía y tiempo y los meses vuelan. No hay trabajo, no hay un contrato. Porque aunque el ser humano pueda vivir con poco y ser feliz, vivir con nada es imposible.

Los de abajo tenemos que movernos y lo hacemos, pero si los de arriba no escuchan, veremos menos sonrisas y más lágrimas. Y desgraciadamente, más violencia. Y lo más injusto es que esto ocurra entre los que no han pasado ni julio ni agosto en Mallorca... en su vida.

Joana Sánchez