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3 de febrero de 2015

14 de febrero, San Valentín


San Valentín. Un mártir. Un sacerdote. Un intrépido que casaba a los soldados, allá por el siglo III. Y por obra y gracia de occidente, Valentín se convirtió junto a Cupido en el símbolo del día del amor y de la amistad. 

Dependiendo del país, las tradiciones y los obsequios son diferentes. En los países anglosajones se estila regalar tarjetas, flores, dulces...

En América, tiene más peso la amistad, y es normal recibir una tarjeta por parte de un amigo que no tiene ningún interés de corte romántico hacia la persona que lo recibe. Por ejemplo, en México es habitual esta costumbre.

En España, se relaciona este día con los centros comerciales, en concreto con Galerías Preciados, así empezó todo. España es diferente, por supuesto. Por lo que son muchas las personas que sienten rechazo hacia esta festividad por considerarla un día para que los comercios hagan su agosto en febrero.

Tanto dioses como mortales, han sido elevados por el ser humano para enarbolar la bandera del amor. En el caso de Cupido, a lo largo de los siglos tanto su figura como los diferentes mitos se han ido alimentando, por una necesidad de rodear de un halo romántico al dios, ¿por qué a él y no a Anteros?

La cuestión es que a nadie le amarga un dulce, y ese día se harán tarjetas en los colegios para que los niños se las entreguen a sus compañeros o a sus padres. Los adolescentes en pelea continua con el mundo, esperarán sin admitirlo que alguien se acuerde de ellos. 

Los más mayores seguirán el protocolo y habrá cena,flores, escapada de fin de semana, baile, película, algún detalle y algún descuido que se traducirá en un enfado absurdo, de los que se pasan en unos días.

¿Que hoy no es 14 de febrero? Lo sé, pero cualquiera lo diría. Ayer todo eran corazones. No importaba el comercio ni lo que vendiera. Tratabas de no mirar y ¡zas! un objeto, el que fuera, con forma de corazón y con un ¡Te quiero! (siempre con exclamaciones) te atacaba.

No voy a ser la amargada ni la moderna. Es decir, no voy a criticar ese día. Quien quiera gastar y demostrar así su afecto hacia otro ser humano, bien. Quien opte por hacerlo los 365 días del año, también.

Pero ya que Alicante es una ciudad en eterna crisis, pueden estos días del amor y la amistad servir para que unos cuantos cenen a la luz de las velas, pasen una noche en un hotel de los que se ofertan, hagan una escapada a una casa rural, o elijan comprar un detalle en el comercio de toda la vida. Todo sea para que la economía mejore.

¿El amor? El amor es otra cosa. A pesar de ello, feliz día del amor y la amistad por adelantado. Vayan pensando en qué hacer ese día, si total se trata de hacer lo mismo que en navidad: dejarse llevar.




Joana Sánchez