6 de enero de 2015

Castillo Santa Bárbara y un día de reyes en Alicante

Los lugares son como algunas personas. Si te importan, descubres recovecos aunque las hayas visto o escuchado un millón de veces. Con el castillo Santa Bárbara ocurre lo mismo. Visitarlo hoy fue una improvisación por parte de una amiga. No entraba en mis planes, como la mayoría de las cosas bonitas de la vida.

Con una humedad que convertía las aceras en pistas de patinaje y un sol que a su vez, calentaba nuestros rostros, hemos iniciado el ascenso a uno de los lugares más emblemáticos de Alicante junto al parque de la Ereta. Pero no estábamos solas, otra amiga se ha unido a esta pequeña aventura. Cuantas más mejor.

Y así, juntas, con mochilas y ganas de respirar otro aire hemos pasado una jornada de sol, de historias que desconocíamos, como la del burro Manolo y horas después hemos descendido ligeras de equipaje y de problemas.

No sé si debo dar las gracias al Benacantil, a ellas o a todos los iones que se han venido conmigo. Pero la esencia de la felicidad no está en los grandes sueños o metas que nos imponemos, sino ahí al lado, junto a esa amiga, frente a esa playa, dando de comer a unos gorriones. 











Joana Sánchez

5 de enero de 2015

De Reyes Magos y de ilusiones

OCIO MAGAZINE
Otro ritual más: la noche de reyes. El recuerdo que tengo de mi infancia sobre esta fiesta es la de pensar "mañana tengo que volver al colegio", pero no era una niña caprichosa, así que sabía que tendría tiempo en los fines de semana de sacar el máximo partido a lo que sus majestades hubieran tenido a bien de dejar en mi casa.

Desde que tengo uso de razón recuerdo pasarme las navidades viajando. Siempre con mis primos en Mula (Murcia) con los que mi hermano y servidora lo pasábamos de maravilla, e incluso algunas noches del cinco de enero las pasamos allí y resultaba raro esperar hasta llegar a casa para ver qué nos habían dejado en la terreta. 

Vagamente recuerdo haber escrito cartas. Cartas donde no pedía un listado de juguetes, siempre me gustó más ver las caras de los demás que pensar en llenar mi habitación de objetos.

Si hay algo que me guste de esta noche es el roscón. No importa los años que pasen. Creo que es el momento más bonito, infantil que es una. El compartir esas risas y bromas de siempre, a la hora de tomar tu porción y mirar por debajo 'para ver si hay sorpresa o no'. El chocolate, ese placer que te puedes dar esa noche, mientras no dejas de mover la cuchara de madera para que no se pegue. 

Esos pequeños gestos son los que te pueden colmar de felicidad, no necesitas más. 

Tengo que hacer un esfuerzo para recordar si asistí de niña a cabalgatas de reyes, creo que no. A muchas no. Pero no importa. Los verdaderos reyes son misteriosos, que no magos, y es mejor esperarlos mientras duermes, con los ojos bien cerrados no vaya a ser que te pillen.

LOS PAJES REALES NEGROS

Ayer vi en televisión cómo mencionaban La Cabalgata por excelencia: la de Alcoy y será justo cerrar el círculo recordando que allí se viven las navidades de otra forma, con intensidad, cuidando los detalles, para que el alcoiano o quien visita el lugar sienta que son navidades por cada esquina, te gusten o no, te apetezca o no.

De hecho es la cabalgata más antigua, con sus 130 años de recorrido. La emoción esta noche deber ser doble allí. Así lo recoge hoy el diario Información.

¿Qué le he pedido a sus majestades? Un imposible, además esas cuestiones no se revelan porque, como los deseos de cumpleaños, no se cumplen si se proclaman a los cuatro vientos. Sólo espero que a cada uno de vosotros os traigan algo simbólico, un detalle diminuto y si por lo que fuera pasan de largo, no se lo tengáis en cuenta. Sencillamente, todos cometemos errores, hasta los reyes, por muy magos que sean.

Y como la vida es una suma de noticias que te llegan sin tiempo a ponerles un titular, esta canción va para todo el que hoy no vaya a vivir una noche de reyes y mucho menos mágica. No sé si Santa Claus o los reyes magos podrán hacer algo pero va por ellos. Es sólo una canción.



Joana Sánchez