El personal dice Alicante está más bonita que nunca,con las flores...Y ahí queda la explicación.No cabe duda que los jardines medianamente cuidados,con flores,suele agradar los ojos.Quizás se nota la mano de mando de una mujer.Digo yo.Pero una ciudad no solo son flores.
Ni que todo el año fuera el mes de mayo.En Alicante cuando paseas,bueno es un decir, pues siempre hay calles y aceras en obras,te das cuenta de otras cosas.Nunca comprenderé la falta de uniformidad en mobiliario urbano,alumbrado público y maceteros por poner unos humildes ejemplos.La cantidad de bancos diferentes,farolas distintas que más bien parece la ciudad un catálogo y maceteros de todo tipo.
Pero cuando pateas tu ciudad te das cuenta,también,de otros temas.Los dos chicos en la acera de entrada de unos grandes almacenes con sus perros y la pequeña cubeta de agua para los canes.La señora con sobrepeso y pañuelo a la cabeza a la entrada del parking de la plaza de La Montañeta.
Un señor en los aledaños de Nuestra Señora de Gracia con cartel incluido en ocasiones acompañado de una señora con andador.O la señora de rodillas en la avenida de Maissonnave.O la del chico del Este sin brazos ,con mujer y niñas, pidiendo ayuda.O un señor con barba en la puerta de una caja de ahorros mirando al suelo.O...
Un señor en los aledaños de Nuestra Señora de Gracia con cartel incluido en ocasiones acompañado de una señora con andador.O la señora de rodillas en la avenida de Maissonnave.O la del chico del Este sin brazos ,con mujer y niñas, pidiendo ayuda.O un señor con barba en la puerta de una caja de ahorros mirando al suelo.O...
Ojalá se pudieran solucionar esos casos y tantos otros.Mi ciudad me da un escaparate ,un termómetro, que me hace pensar que no está mas bonita que nunca.Son personas,seres humanos, que no figuras de nuestro paisaje urbano.Imagino que a ell@s les importará mas bien poco las flores.Igual poder comer o cenar algo en ese agobiante día a día.Y poco más.
Con frío o con calor,están ahí. No fallan. E incluso en ocasiones esbozan una sonrisa.Cuando veo a la señora del parking con su pañuelo a la cabeza y su platito para las monedas,la saludo y le pregunto como está. Y ella,muy seria,me dice, "qué mal está la cosa,hijo.Se nota la crisis."Cuando puedo le compro algo de comida de un super cercano,y lo agradece.Uno también tiene su crisis.
Cuando veo todo esto en la ciudad que habito siento la imperiosa necesidad de volver a mi casa.No por obviarlo, sería cobardía, sino por no ver la otra cara de la moneda.Un consumismo atroz en donde la gente pasea con bolsas de compra hasta los dientes por delante de estas personas.¡Qué mierda!
Paco Huesca