16 de noviembre de 2013

El año en que por fin nevó



Esta mañana escuché la noticia. "La A-7 amanecía cortada por la nieve a su paso por Albaida, entre los kilómetros 424 y 430, y en el término de Muro de Alcoy". Hace unas semanas nos quejábamos del calor, del poco ojo de los expertos en esto de las tormentas, frío y demás caprichos de la naturaleza. 


Pues ahí está: la nieve, en Alicante. Para ser más exactos en su provincia porque en la capital es un milagro que suceda.

Por lo visto han sido solo siete centímetros pero los servicios del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante han tenido que intervenir para retirar las ramas caídas como consecuencia del peso de la nieve y han quitado la que ha dejado atrapados a unos 40 vehículos en la salida de la A-7 de Alcoy.

La nieve, para quienes no convivimos con ella ni la hemos visto de niños está asociada a algo mágico, celestial, que relacionamos con ocio, bolas de nieve que se lanzan entre risas, muñecos que como por arte de magia se pueden crear en pocos minutos, también nos imaginamos estar en el interior de una cabaña junto a una chimenea de esas de pueblo de toda la vida tomando un tazón de chocolate caliente. Bendita imaginación.

Creo que para las personas que hayan quedado atrapadas en sus coches todo esto les sonará a idealización estúpida de quien no la sufre todos los años, pero quiero pensar que si así fuera y me quedara atrapada me seguiría pareciendo mágico, como cuando por las mañanas veo salir el sol o como esta noche cuando he contemplado una luna casi llena.

Ha nevado, y a pesar los contratiempos y malestar que haya causado resulta ciertamente encantador. Estas son las noticias que no salen en los periódicos.

Joana Sánchez

Nadie hablará de ellos.



Hace ya varias semanas que los veo. Están tumbados en el suelo. Se tapan con un par de mantas y duermen a los pies de la Iglesia Misericordia frente al Panteón de Quijano. Ahora hace una semana que he dejado de coger el autobús a esas horas pero el lunes me los volveré a tropezar.

Esta noche no he dormido por ese frío tonto que te atrapa y te impide levantarte a por más ropa de abrigo. Así que voluntariamente he pasado las horas entre escalofríos. Al llegar la mañana he llevado a la práctica el ritual de todos los años cambiar la colcha fina de colores por un nórdico que a pesar de tener pocas plumas al menos sé que cortará ese helor que tanto se prodiga en nuestra ciudad.

8 de noviembre de 2013

Los niños sólo quieren divertirse



El otro día no le di el protagonismo que merecía la maestra con la que coincido en el autobús. Ahora ya sé su nombre pero por ahora lo omitiré. 

Me gustó que me echara en falta la otra mañana y yo a ella ayer, tuve que reconocerle. Es una mezcla de la profesora que de niños teníamos como favorita, y una psicóloga con el humor del Dr. House.

La vida es así de grandiosa. Cuando sientes que 'mueres' acuden otros seres humanos sin que les llames para recordarte que tienes un lado bueno que gusta y es de agradecer.

1 de noviembre de 2013

Historias de autobuses, la eternidad en un asiento y conversaciones con una maestra




Desde hace unas semanas acudo al Parque Industrial de Elche. La línea 90 que sale de la estación de autobuses funciona muy bien, lo único que merece una crítica es que a la hora de la vuelta, si no trabajas por la zona de Tempe tienes que cruzar una carretera nacional con el peligro que ese acto conlleva.

No soy miedosa, pero me parece de locos que me tenga que 'jugar la vida' para llegar a la parada. Te acostumbras, a todo se acostumbra el ser humano pero creo que se debería estudiar una alternativa. 

Me apetecía decirlo y no por mí, sino por otras personas que tienen problemas para correr y carecen de reflejos.Al llegar a la ciudad de Alicante, tengo suerte porque la línea 06 está en la puerta me acomodo y sé que habré de pasar unos cuarenta minutos hasta llegar a casa. 

No vivo en un pueblo de la provincia sino en la periferia. Esta línea tiene un recorrido tan largo y con tantas paradas que daría tiempo a escribir un libro.

Soy persona de autobús. Siempre me han gustado pero compruebo, como bien decía un conductor hace poco, que quienes se encargan de aprobar los trayectos no han cogido uno en su vida. Muchas paradas deberían eliminarse porque apenas sube o baja gente, es una pérdida de tiempo y de gasolina.



Pero el lado positivo está en que conoces a gente mientras viajas. Estas semanas ensimismada en mis pensamientos con el mp3 y una libreta como única compañía observé que la gente apenas hablaba. Casi todo el mundo se dedicaba a mirar a una pantalla como abducidos, otros dormitaban y los demás simplemente iban serios pensando en sus cosas como la que escribe.

Hace unos días me fijé en una mujer. Perdió el autobús 24 que va hasta San Vicente y su cara era un poema. Tenía el semblante serio y sólo me atreví a cruzar una mirada de comprensión, sé lo que fastidia perder el segundo autobús, mucho más que el primero pero insisto, yo tengo mi mp3 y mi libreta.

Ayer me la encontré en la estación. Corría y se me ocurrió decirle que el autobús acababa de llegar que no se iba a marchar para que tomara aire. Y entonces ese rictus tenso y serio se transformó en el de una maestra. 




En una de tantas maestras que tuve de pequeña.Ya ubicadas en nuestros asientos, juntas pero cada una en su fila (no había confianza suficiente, supongo) me dediqué a escucharla, es lo que tienen los buenos maestros, explican tan bien que da gusto oírles hablar.

Todos los días cumplía con ese ritual, me confesó. Dos autobuses, uno desde San Vicente y éste que le dejaba en Elche donde ejerce de profesora de niños de 7 y 8 años. Por culpa de una caída había tenido que dejar de conducir. Pero su discurso cambió cuando le pregunté por los alumnos. Sonrió.

Y a esa sonrisa le siguieron historias, la de los cumpleaños y la tarta que con tiza cada niño quiere en el suyo, con sus velas que tras soplar son borradas acto seguido por la maestra ante la algarabía infantil.

Me habló de la cantidad de asignaturas que tienen, los idiomas y el cacao en sus pequeñas cabezas cuando escriben un dictado pero que les vendrá bien en el futuro. 

De lo mal que lo pasan algunos en el comedor y de la satisfacción vivida cuando prueban una comida que "no les gusta" sin haberla comido jamás, muy propio de los críos, y lo contentos que van a a decirle que las lentejas no están tan malas...


Esa fue la parte dulce. La amarga vino cuando tocó el tema de la hora del recreo, de esos bocadillos que no llevan nada, pero literal y de cómo ella tiene alimentos para poder untar o llenar con algo ese almuerzo invisible.


La ironía en sus palabras, el humor negro al contar algunas batallitas dio paso a la implicación de una señora que lleva toda su vida dando clases a pequeños.

Una historiadora que se decantó por el magisterio y que desafortunadamente tiene que combinar momentos preciosos de complicidad con sus alumnos, con otros en los que la única comida al día que hacen algunos niños es la que ofrece el comedor. ¿Cómo llamar a esa asignatura?

Lo vimos en "Salvados", lo leemos en los periódicos pero que te lo cuenten a la cara es diferente.




Se nos da bien criticar. Somos un país lleno de 'jueces', enseguida ponemos etiquetas a las personas, a los colectivos, o bien porque es lo que hemos visto en casa, o bien porque no nos interesa nada más que lo que nos suceda a nosotros y a nuestro entorno más próximo.

Los niños son felices con una tarta en la pizarra, y a la vez  necesitan algo que al menos nosotros sí tuvimos comer un bocadillo en el recreo. Me da vergüenza escribir esto. 

El amor, el cariño de los padres, los amigos, todo es importante pero que un colegio o una profesora tenga que hacerse cargo de algo que en principio no debería ser de su competencia nos dice que lo hemos hecho muy mal. Todos.

Pero me quedaré con la parte positiva. Su entrega y la pasión con la que hablaba de sus alumnos. Las conversaciones en el autobús, que todavía existen y con los maestros que dibujan tartas con tiza aunque para llegar a su puesto de trabajo pasen horas sentados en un autobús.

Joana Sánchez

29 de octubre de 2013

En Alicante no llueve pero ¿y si bailamos bajo la no lluvia?


Llevamos meses esperando que llueva por nuestra terreta. En realidad los alicantinos nos levantamos con otras cosas en la cabeza, pero los señores meteorológos se empeñan en bombardearnos con términos como alerta amarilla, naranja y de cualquier color que se precie. Y no, no hay manera de que suceda. Ni una mala gotita. 

La lluvia tiene un encanto que cuando eres niño valoras. Pisar un charco con tus botas de agua te hace feliz, si chapoteas ¡no hay palabras para describir lo que sientes! sin embargo al hacernos mayores observamos la lluvia con otra mirada.

27 de octubre de 2013

Con champagne y música de Serrat.

AMPARO SOLER LEAL JUNTO A LUIS GARCÍA BERLANGA

Fue hija de actores. Ex mujer de Adolfo Marsillach y viuda de Alfredo  Matas. Subió a las tablas a los 13 años con "Vestir al desnudo" hasta  2005 con "Al menos no es Navidad" con mi querida  Asunción Balaguer. Representó a todos los autores habidos y por haber. Y en el cine desde 1952 hasta el "París -Tombuctú (1999) de Berlanga. 

Fue cómica y dramática, y el cine se empeñó en darle  muchos  hijos, algo que nunca tuvo. En cine trabajó con todos los grandes y noveles de una época. La alicantina Cecilia Bartolomé la  eligió para su primer largo "Vámonos, Bárbara"(1977) que produjo y distribuyó  su marido.


24 de octubre de 2013

La España sin Manolo.





Se ha ido Manolo Escobar ese almeriense de nacimiento  y benidormí de adopción.El cantante-actor con más de veinte películas y con un disco " Que viva España" con diez millones de copias. Actor de películas inequívocamente carpetovetónicas  durante  más de medio siglo desde 1962. Entre sus películas, tres figuran entre las diez más vistas de las estrenadas en España hasta los 90.

La mayoría producidas durante el franquismo obtuvieron grandes recaudaciones. Algunas de ellas rodadas en Alicante y Benidorm ("Un beso en el puerto ") y La Manga  ("En un lugar de La Manga").Dirigido por Ramírez, de Orduña, Lucia, Saénz de Heredia, Ozores,Demicheli,Torrado y Romero Marchent , teniendo en cinco de ellas  como compañera de reparto a Conchita Velasco, su "otra pareja" " Pero ¿en qué país vivimos", "Relaciones casi públicas","Juicio de faltas", "En un lugar de La Manga" y "Me debes un muerto")

Debutó con "Los guerrilleros"(1963) en donde también debutaba Rocío Jurado  y su película "La mujer es un buen negocio"(1976) es la única que dirigió para el cine el televisivo Valerio Lazarov con guión de Tono Y Alfonso Paso,y la mejicana Teresa Velázquez como partenaire.