La Semana Santa de mis años de infancia está asociada a la imagen, en ocasiones un tanto tétrica,de gente encapuchada que se movía acompañada de música de bandas con tambores y trompetas, y alguna centuria de romanos de pega ,con olor a cera y flores y alguna saeta lejana e improvisada en las calles del casco antiguo (entonces chino) y en donde las señoritas de mala compañía bajaban las puertas de sus garitos medio prohibidos mientras ellas se arrodillaban y persignaban a la llegada del paso de turno con mucha devoción.
En aquella época de los 50 -60 en donde primaba la vida, pasión y muerte de Jesús, con algún peplum (de romanos) también se colaba con reinas malísimas,con vestidos más que ceñidos y bellísimas ,retequepeinadas e hipermaquilladas con sombras de ojos azul rabioso, era la programación casi obligada. Eso sí, junto con alguna española de esas oficiales del cine del nacional-catolicismo.
Desde "Quo Vadis ", "Los diez mandamientos","La túnica sagrada", "Rey de Reyes", "Ben-Hur" , "Barrabás","La historia mas grande jamás contada",....algún "Hércules", "Maciste" o "Ursus" para dar algo de color y nuestros "Molokai", "Fray escoba","Los misterios del rosario", "Marcelino pan y vino","Rosa de Lima" ,"El beso de Judas" o "Isidro labrador", por poner algunos ejemplos.
Pero claro ahí no quedaba la cosa.Hubo un tiempo,no muy lejano,que no había cines los jueves, viernes y sábados santos (cuando este dejó ser de gloria y pasó a ser santo), algo que me encantaría me lo explicaran alguna vez.
Y cerraban a cal y canto,hasta el punto que los grandes cartelones pintados por J.Borja (¡Qué bonitos !) se retiraban de las impresionantes marquesinas,convirtiendo los vestíbulos de los cines en un gran escaparate en donde se colocaba todo el material cinematográfico de las películas que se iban a estrenar a partir del Domingo de Resurrección. Era el día por antonomasia de los estrenos de lujo.
Y cerraban a cal y canto,hasta el punto que los grandes cartelones pintados por J.Borja (¡Qué bonitos !) se retiraban de las impresionantes marquesinas,convirtiendo los vestíbulos de los cines en un gran escaparate en donde se colocaba todo el material cinematográfico de las películas que se iban a estrenar a partir del Domingo de Resurrección. Era el día por antonomasia de los estrenos de lujo.
Los grandes y famosos estrenos del Domingo de Resurrección recogidos en prensa a bombo y platillo.Todo un clásico hasta que dejó de serlo.Recuerdo como me encaramaba tras los cristales de las puertas de los vestíbulos del Avenida, Ideal, Capitol o Monumental para ver todo aquel mundo cinematográfico de cartelones, affiches, fotos encartonadas,...un sueño.
La Semana Santa en este aspecto ya no es lo que fue.No hay casi pelis de romanos,ni suelen hacer versiones sobre Jesucristo en plan suave y tradicional,el cine de estampita del nacional-catolicismo pasó a mejor vida y el Domingo de Resurrección dejó de ser esa fecha cuasi mágica para estrenar los mejores films del año.Lo mismo pasaba con la cartelera teatral.
Los que éramos más que niños se nos ha dejado sin esos esporádicos escaparates de los cines,gracias a Dios,y hay cine de todo tipo, en esos días santos aunque sea para mayores de 18 años...algo impensable con aquellas clasificaciones de películas "gravemente peligrosa" o "mayores con reparos" que estaban colocadas a la entrada de las iglesias.
Delante de algunos cines,por la antigua avenida de José Antonio o por Méndez Núñez ,esos días santos por antonomasia, pasaban las procesiones con sus nazarenos, sus manolas, sus penitentes, sus tambores, sus trompetas, sus cirios,sus flores y ese olor inconfundible a primavera alicantina en una España todavía muy invernal,y oscura , muy negra, demasiado negra, casi tenebrosa.
Paco Huesca